El independentismo humano

En el 622 de la era cristiana Mahoma tuvo que salir como alma que lleva el diablo(el diablo islámico, que me imagino que habrá algún tipo de equivalente a la hora de representar el mal que hacen los humanos y usarlo como chivo expiatorio) de La Meca. Las autoridades se mostraron poco indulgentes con el profeta y querían hacerle ver la vida de otra manera. En realidad se la querían quitar. Esto es lo que se conoce como la Hégira.

Mahoma llegó a Medina y allí instauró una especie de estado teocrático con todos los pardillos que se creyeron sus visiones. Como decía en un artículo anterior, el lenguaje es muy poderoso, casi lo más valioso que tiene el hombre. El que lo domina, domina a sus semejantes. Y además te permite montar una secta. Todo consiste en hacer parecer razonable el cúmulo de barbaridades que se te ocurren. “No importa ser verdadero, importa ser verosímil” que diría Platón. También los antiguos sofistas que conoció.

Y Mahoma causó furor entre los simples de su época.

En estos tiempos las sectas y los profetas también existen pero no llegan a convertirse en religión porque el nivel de alfabetización mucho mayor no lo permite. Pero en tiempos de la Hégira… Bueno, miles de muchachos embobados escuchaban a Mahoma decir cosas como: “Que esta mañana me he levantado y me ha dicho Dios que el hombre debe tener muchas mujeres” y todos aplaudían y creían lo que decía a pies juntillas. En nuestros tiempos, sólo le haría caso el sector masculino de la población. Y eso sin creer que Dios se mostrase tan elocuente con el profeta.

Pero la muerte no respeta ni a los profetas. Mahoma se murió por el 632 dejando algunas dudas entre sus seguidores.

Nada más palmarla un consejo decidió que el suegro y amigo del profeta Abu Bakr fuese el nuevo líder. Otros decidieron que el profeta no nombró sucesor. Los primeros son los chiíes. Los segundos los suníes. Ya tenemos montada la primera peleilla de familia en el hermoso Islam.

Los católicos ya llevaban tiempo dividiéndose entre los que creían que Jesucristo era Dios, los que pensaban que solo era hijo de Dios pero mortal(bastante evidente si pensamos que murió), los que no veían claro eso de cambiar los hermosos y carnales dioses romanos por uno sólo bastante antipático, borde y tremendamente exigente… Años más tarde las escisiones católicas crearían nuevas religiones. Protestantes, calvinistas, puritanos, baptistas, anglicanos(la primera religión de la historia que nace del calentón de un rey) y toda esa variedad de religiones o sectas, que uno ya no sabe a partir de qué número de creyentes se trata de lo uno o de lo otro, demostraron el carácter separatista de los que quisieron seguir las enseñanzas de Jesús.

Cualquier religión tiende a separarse.

En política es similar. A veces escucho a cierto compañero hablar de lo necesario que es hacer películas sobre los almogávares para que se destaque la heroicidad de unos tipos que supuestamente fueron catalanes. Y digo supuestamente porque la corona Catalanoaragonesa que los contrataba no es la actual Cataluña. Y él sólo quiere la independencia de Cataluña. Imagino que pensará que estos mercenarios eran tan puros que incluso en esos tiempos, intuyendo la Cataluña actual, no dejaron entrar a ningún aragonés en sus filas. Pero su idea principal es esta: Cataluña es una nación. Y me lo dice a mí que no creo que se pueda considerar nación ni al planeta tierra.

En “Las partículas elementales” Houellebecq no sólo separa naciones o religiones, también a la familia y dice que tendemos en estos tiempos a la soledad, al individualismo, a vivir en pequeños grupos cerrados, a vivir como… partículas elementales. Pienso que hay que darle la razón viendo ciertas cenas familiares de Navidad que acaban en discusiones airadas por temas tan “importantes” como la polémica decisión arbitral de cierto partido de fútbol.

El ser humano parece ir perdiendo el gusto por la manada. La escisión es su lema. A veces da la impresión de que nos puede ocurrir como en cierto cuento de Clive Barker dónde los órganos de un cuerpo humano se independizan los unos de los otros y se separan para vivir su propia vida, el corazón por un lado, los riñones por el otro, las manos por su camino…

Y sin embargo…

Hace poco descubrí que se podían forjar pequeños edenes de sociabilidad en grupos reducidos. La tendencia a la escisión se mantenía a niveles estables y muy aceptables. El grupo de acomodadores del cine dónde trabajo marchaba bien. Había buen ambiente, pocas discusiones, muchas risas sanas… Era un grupo bien avenido. Y podía haberlo sido mucho tiempo más.

Pero es que a veces, cuando el ser humano no quiere escindirse, hay alguien de fuera que viene a escindirlo. En este caso en forma de despido. Dos bajas en un día.

Parecemos estar condenados a la desunión.

Esperemos que esta desunión tan definitiva no llegue muy pronto al sexo. Separar un hombre de una mujer a la hora del orgasmo puede ser poco gratificante. ¡No dejemos que se nos vaya la mano en esto!

Comentarios

Ozymandias ha dicho que…
Hay que ver lo que da de sí el Historia y Vida, da gusto que te lo resuman...:-)

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