Aburrimiento


El aburrimiento te ahoga


Un viejo y pésimo libro de Anne Rice me sorprendió en los noventa. En “La momia”, un inmortal que lleva ese nombre ni siquiera pierde su tiempo infinito durmiendo, no lo necesita. Y me impresionó porque ya pensaba entonces que si una vida humana se hace tediosa en ocasiones… ¿Cómo se puede distraer una momia de dos mil años que ni siquiera duerme la siesta? El Marqués de Sade lo tenía claro, follando de una manera más guarra y desagradable que la anterior. Pero claro, no veía que su libertinaje no era una rebeldía contra el mundo. O que no lo era tanto como el fruto de las muchas horas de no tener nada que hacer más que meterse consoladores en el recto en sus largos años de cárcel. El tipo estaba aburrido. “La momia” es ficción. Sade es realidad. La vida puede ser corta pero si no te ocupas haciendo algo se te puede hacer larga.

Luis Antonio de Villena, un escritor español, lo dijo hace tiempo en alguna conferencia: a veces siento hastío. Y le creo. Los poetas suelen hastiarse mucho. No así Nabokov que aseguraba que nunca en su vida adulta había sentido el aburrimiento. O Borges que a sus más de ochenta años le pedía más tiempo a la parca(que no le dio) para aprender lenguas nórdicas y leer los originales de sus viejos ídolos literarios. Y hablando de poetas o novelistas creo recordar que Bécquer hablaba sobre la sensación esa de estar de vuelta de todo, de estar cansado de la vida en su poema. Allí dice sentirse inmortal en esos momentos de cansancio en los que te parece que ya no te pueden sorprender con nada independientemente de que tengas veinte u ochenta años. Y es que el hastío, pienso yo, más parece un estado anímico producido por el ocio que una realidad objetiva. Puede que también tenga que ver con esos neurotransmisores que nos abandonan cuando estamos de bajón y hacen que le perdamos el gusto a todo. Porque son los que más tienen los que más se aburren. El aburrimiento es muy subjetivo. Si no te interesa nada no es que todo sea aburrido. El aburrido eres tú. “Las cosas no son buenas o malas, depende del punto de vista del que las mira” decían los griegos.

Tengo una conocida a la que no le gusta la música, la literatura y apenas el cine. Sí disfruta bastante con el cotilleo y con hacer daño de palabra a la gente. Este es un modo bastante poco recomendable de sacudirte el mal del cansancio vital. Podría hacerle un favor a la humanidad y hacerse un piercing con un cuchillo jamonero en el coño. El dolor te libera del aburrimiento de un modo casi automático. ¡Cuantas veces habré pensado en poner un brazo o una pierna en la vía del tren para matar el rato! Pero no es plan de hacer que la gente llegue tarde a sus trabajos. Y hablando de trabajo se recomienda para combatir este mal muy propio de niños, parados, de obtusos o de gente con pasta que no se quiere aburrir pero tampoco quiere trabajar que se entretengan ganándose la vida. Se dice que trabajando valoras más las cosas pequeñas(se referirán a los sueldos bajos), que le das más importancia a los días festivos(si no eres guardia de seguridad porque entonces solo los añoras y nunca los consigues), que te enriquece como persona(aunque no le veo enriquecimiento al hecho de cotillear sobre el jefe o vender a los compañeros para medrar). De todos modos estoy de acuerdo en algo. El trabajo evita el hastío. Si odias algo con todas tus fuerzas no te aburres. Tienes un objetivo: el de abandonar tu trabajo.

Pero es que a veces todo resulta repetitivo. Tengo un compañero de trabajo que lleva seis años diciendo la frase “me voy a ir” cada vez que le veo. Es un chiste porque nunca se va ni siquiera coge la baja. Se pasea por el trabajo con las manos en los costados y asegurando que se va a ir (es más un deseo que una realidad efectiva). Cuando la gente no sabe de qué hablar habla estupideces. Y yo el primero. Y es cierto que todos tenemos una gran historia que contar. Todos menos los individuos vírgenes como mi tercer encargado. Nunca me han interesado los historiales masturbatorios de los hombres. El gran problema es que nadie cuenta sus historias MAS INTERESANTES.

A veces siento que lo que leo, lo que veo o lo que escucho ya está como muy visto. Eso me suele pasar más en vacaciones y cuando no tengo dinero para pagar un viaje que me lleve lejos y me llene de incomodidades y me obligue a luchar por no perder una maleta, porque me den el alojamiento que me prometieron, por buscar un restaurante a horas intempestivas porque me muero de hambre, a largas caminatas con bultos a cuestas… Las incomodidades de la vida te resignan mucho. En esos instantes de agobio y huesos molidos no te aburres. Sólo quieres tumbarte en algún lugar relajado y sabes lo que vale un buen libro o una buena película si las disfrutas en posición vertical.

Creo que la vida es difícil para que no nos aburramos. Y si se tiene hijos es porque el aburrimiento ha llegado a un grado extremo. En esa fase se está buscando una flagelación unánime de los sentidos.

Gary Cooper decía que el secreto de la felicidad era pasarse todo el día trabajando y llegar tan cansado a casa que no pudieses pensar en nada. Supongo que lo decía porque era actor y no minero.

Comentarios

Meryone ha dicho que…
En los noventa (cuando empezó el 2000 yo tenía dieciséis años) Anne Rice me enseñó a mí que ser vampiro igual no molaba tanto como yo pensaba. El amigo Bram lo había hecho, pero menos. Anne Rice debe estar obsesionada con el aburrimiento.

Es cierto: la vida eterna tiene que ser un coñazo. La carne es triste y he leído todos los libros, que decía Mallarmé.

Aunque no considere cierto lo uno ni lo otro (el día que haya leído todos los libros -y releído muchas veces muchos- creo que me quedará tan poco por hacer que me dará un colapso sólo de la impresión), hay veces que es como si lo sintiera.

Y es terrible.

Pero uno siempre se recupera y sigue.

Cuidado con lo del brazo o la pierna, por cierto.

Y el cuadro de Hughes que te gusta es una walkiria, al parecer. Aunque yo jamás lo hubiera sospechado.

A mí me gusta particularmente el primero, pero creo que es porque necesito vacaciones y no llegan nunca...

Un beso
Nai ha dicho que…
Ains... Por orden...

1. Adoro a Anne Rice, mi perro se llama Lestat como el vampiro protagonistas de sus "Crónicas vampíricas"

2. A veces el aburrimiento simplemente es costumbre. A mi me aburre llevar la vida que llevo y no paro nunca pero me aburro. Me aburre levantarme a las 6 de la mañana, limpiar la casa, trabajar (y siempre es distinto), estudiar... a veces aburre la costumbre o el hábito. No sé si me he explicado xD

3. No puedo morderme la lengua por mucho que mi profesor sea el que tenga la última palabra. Nací sincera y bocazas xDDD

4. Lo de la imagen pornográfica en las aulas no era por fastidiar al profesor si no por darle gozo. Se quejaba de que cuando llegaba a clase estábamos sentados o callados. Pues jolgorio para darle gozo hombre!

Beso!
Anónimo ha dicho que…
Deberíamos vivir hasta aburrirnos.
No se me ocurre mejor diálogo con la muerte que éste: "¿cómo lo llevas nena?", "vámonos, que yo aquí ya no tengo nada que hacer, me aburro, estoy cansada". Sería lo justo.

No soy una persona especialmente activa, de esas que intenta llenar su agenda hasta el último minuto del día porque no se soporta quieta y pensando en la nada,pero hasta ahora no he tenido la sensación de aburrimiento absoluto. Algún que otro conato ha habido pero siempre asociado a desarreglos hormonales, resacas o tardes especialmente calurosas...
Así que espero que la muerte se enrolle y me haga esa pregunta y que no se presente de golpe porque ella también se aburre.


P.D. lo del piercing me ha matao, tenía que ser jamonero el cuchillo?
Sergio ha dicho que…
Aunque no llenes tu agenda ni hagas demasiadas cosas no tienes por qué aburrirte, lalongoria. Yo puedo estar leyendo un buen libro que es lo más cercano a no hacer nada que tengo y estoy de lo más entretenido. Creo que las personas más interesantes son las que menos se aburren porque encuentran ellas mismas su propia distracción.
Y lo del cuchillo es salvaje pero es que hay gente que se aburre mucho y hay que estimularla de algún modo.
Meryone ha dicho que…
rectifico

aburrimiento es no tener fuerzas mentales para hacer algo interesante y no estar lo suficientemente cansado como para no hacer nada...

que me pasa mucho últimamente

un beso

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