Le dí la mano a un escritor que he leído bastante
De lo que representa encontrarse en persona con tus ídolos literarios y de su decepción dejé constancia hace tiempo, cuando expliqué la anécdota de cuando fui a ver a Michel Houellebecq hace años y no me coincidió la persona imaginada con el escritor que me encontré. Es por eso que el día de Sant Jordi en Barcelona o la actual feria del libro cuando paso por Madrid ya no me estimulan tanto. Hay escritores, sí, pero el placer no está en esos señores agachados en el mejor de los casos sobre el libro de un admirador y firmando o en el peor de los casos en los escritores que solo están de relleno, con cara de circunstancia y sin fans a la vista, aportando más tristeza al evento que amplitud, los escritores en segundo plano que a lo mejor son de primera pero no se les ve cuando hay presentadores de televisión o gentucilla de la prensa rosa dejando su nombre en un libro que no han escrito ellos. Yo encuentro el placer en las páginas que han escrito no en las que han firmado.
Deberían prohibir a las editoriales llevar autores engañados a los que dicen que habrá mucha gente esperando para firmarles sólo por mostrar una caseta abultada y luego mostrar el triste espectáculo de un escritor mediático llevándose las miradas, las firmas y la atención de todo el mundo mientras varios escritores solitarios y avergonzados que hablan entre ellos para no aburrirse (escritores que suelen ser de verdad y a veces buenos pero sin cobertura televisiva desconocidos para la masa, invisibles y vulnerables) les parecen hacer de escolta y parecen subrayar más el éxito de lo televisivo con el fracaso de lo literario. El éxito es más notorio si le pones perdedores cerca para contrastar.
Pero el pasado Sant Jordi Enrique Vila Matas al que ya he mencionado algunas veces por aquí firmaba y yo tenía ya comprado el libro (y leído, este año firmaba lo mismo que el año pasado). Decidí pedir por mí mismo una firma. Normalmente nunca lo he hecho. Siempre he enviado a otros a que pidan la firma por mí (ver el post dedicado a Luis María Panero en Madrid). Ni le doy importancia a esas firmas ni a la foto con el escritor. Ya lo he dicho más arriba, el placer verdadero está en el libro. El libro siempre es mejor que su escritor. La literatura es algo premeditado y esforzado. El escritor es como tú y como yo y a veces incluso peor.
Pero Vila Matas es tímido, asegura en un artículo que comenzó a dar conferencias con ansiolíticos. Eso me alentó a pedirle la firma. Quería comprobar cuál de las dos timideces pesaba más , la suya o la mía(mi timidez va a rachas, en estado de rabia y furia se evapora, solo funciona cuando estoy tranquilo y me sirve para parecer más educado de lo que soy).
Vi que la persona que tenía delante se acercaba con gran intimidad al escritor y este le respondía afable a lo que fuera que le dijera y hasta se dejaba hacer fotografías con una media sonrisa.
Cuando me llegó el turno todo fue breve. Le dije mi nombre y él me pidió que lo repitiera. Yo lo había dicho en un buen tono de voz pero supongo que había mucho ruido alrededor. A su lado estaba el exitoso Javier Marías dejándose la muñeca y refutando lo que he dicho sobre el fracaso de la literatura(el mismo Vila Matas en Barcelona tiene bastantes más seguidores de los que suele tener cualquier otro escritor de los llamados de culto).
Y allí lo tenía, Vila Matas dibujándome un señor con su sombrerito y su firma y mi nombre en la primera página en blanco de “Dublinesca” (página amañada por mí dónde añadí números en lápiz a los que ya había, un 19 y un 10 en una fracción que mostraba que lo había comprado saldado en el Mercado de San Antonio dónde consigo ahorrarme por motivos que desconozco hasta nueve euros por libros recién salidos de imprenta, le cambié la fracción para que no percibiera el escritor que le compro de saldo y además le pido una firma).
Me animé a charlar con él y le dije que siempre que estoy leyendo a un escritor este aparece como conjurado en alguna feria del libro a la que voy, me pasó con Panero. Él me hizo como una media sonrisa asustada y asintió casi dando paso al siguiente. Nos dimos la mano y adiós.
Al principio pensé que le había molestado con algo pero luego recordé el modo en que se acercaba el anterior lector, el hecho de que yo había tenido que repetirle mi nombre, el gesto que hizo en cierta presentación de no oír bien. Creo que actuó como una persona a la que le dices algo, no te oye bien pero por timidez hace ver que sí.
Podría optar por decepcionarme del escritor pero esta vez la culpa era mía. En realidad la culpa siempre es del que se decepciona. El que decepciona no está obligado a nada. Es el decepcionado el que tiene expectativas y se monta sus engaños, el que desconociendo todavía se cree con el derecho de pedirle algo al que decepciona pero se equivoca.
El que espera más de la cuenta se merece que lo dejen plantado.
Yo a los escritores los voy a seguir leyendo.
Dejaré las ferias para los vanidosos, los fetichistas de las fotos y las firmas y para los alegres receptores de pisotones.
El día del libro y similares parecen ser cada día más para los que nunca leen pero ven mucha televisión, para los que compran el objeto pero no lo van a usar.
Yo le di la mano a ese escritor y me la he lavado muchas veces. Como admirador no soy gran cosa.
Comentarios
Eso sí, tengo una anécdota que siempre guardaré con cariño relacionada con Saramago, cuando me atreví a enviarle un fanzine que yo editaba donde salían citas suyas junto a dibujos míos. En la carta le decía que confiaba en no haberle molestado por publicar fragmentos de sus obras sin haberle pedido permiso. Al cabo de una semanas me llamó su secretaria diciéndome que al señor Saramago "no le ha molestado, sino que le agradece la publicación", o algo así, no recuerdo bien porque yo no podía creer que me estuviera llamando alguien de parte de Saramago y no supe ni qué decir... en fin, no volví a tener ningún contacto pero son detalles que se quedan ahí adentro.
Salud.
Eso sí, me declaro seguidor tuyo. Buen admirador. Y cada vez que llego hasta aquí, la cotidianidad de tu dicción, tus literaturiedades del día a día, son los puntos que necesitan mis íes.
Y tus comentarios, o la reciprocidad de los mismos, conforman la mejor de las dedicatorias.
Ha sido un placer, hoy como siempre, peregrinar hasta
tu stand...
Un abrazo, dedicado.
Mario
No creo que seas tan malo como admirador, por ejemplo tus comentarios en mi blog me alegran.
Besoss!
¿todo bien? Lo creas o no me informo periódicamente de tus novedades bloggeras y sé que estas por Lorca.
Bueno, estoy de exámenes y no debería estar aquí, de ahí que se haga más interesante todavía. jajaja
Un beso
Y la fotografía no sé, suponmgo que una persona observadora verá mucho datos ahí.
No sería mas fácil hacer las cosas sin esperar nada? conocer a las personas sin tener prefijada una sombra para ellos?
Muchas veces las letras dicen tanto que dificilmente pueden alcanzar el nivel de la propia persona, y que es mejor, la imagen de nuestra mente o la realidad?
Ninguno tiene culpa de nada mas que de ser humanos. Así somos...
No, no podemos evitarlo. No estamos preparados para juzgar el mundo sin una opinión preconcebida. Podemos intentarlo si nos esforzamos y nos concentramos pero normalmente no es así, siempre lo miramos todo a través de una idea previa.
Sólo una vez le pedí a un arquero de la selección de fútbol de mi país (Oscar Córdoba) hacerle una foto con mi hijo cuando estaba pequeño y eso porque coincidimos en el mismo hotel y después de ver que todo el mundo se le acercaba y él era muy amable. Esas cosas me dan corte.
En las ferias de libros como soy tan despistada ni me entero quien es quien y como te digo, al darme vergüenza el pedir autógrafos, pues ni modo, no tengo el placer o la decepción de esa experiencia. Me limito a disfrutar los libros y ya está, disfruto la lectura como antaño, sin necesidad de que los autores tuvieran que ser mediáticos.
Besos mágicos y feliz fin de semana
Las ferias, ya no es que me decepcionen, es que me acojonan.
y 2. me tope en la feria del libro de madrid con Bryce Echenique. Quise decirle lo q me parece justo q sepan los q nos hacen felices: q me hacia feliz a ratos. No creo q lo agradeciera. En su mirada vi como tiro mi piropo segun lo recibia al mismo sitio donde se tira el spam. Una pena. Pero, claro, el fallo puede ser de el, q sea una persona cutre q escribe bien, o mio por tener cara de idiota (q todos los fans se idiotizan un tanto), o del dia... "ya voy a tener bastante-demasiado de esto hoy"...
Lo q sea.
Un abrazo desde Noruega