La primera vez puede ser traumática
Decidí empezar a correr por primera vez. Siempre había hecho deporte doméstico, ciclostática, pero se me rompió y no quise comprar otra. También había leído que Haruki Murakami empezó a escribir en serio gracias a la disciplina que ganó comenzando a correr. Lo escribe en su libro "De qué hablo cuando hablo de correr" que no he leído pero del cual conozco muy bien su contraportada.
Así que me puse unos bóxers muy anchos pero cómodos y una camiseta negra y fui al espejo. Con unas orejas de ratón parecería Mickey Mouse. Cambié la camiseta negra por una blanca que además repeliera un poco los rayos solares (aunque ese día no había). Busqué en el fondo de armario más olvidado. Fue un trabajo arqueológico con grandes resultados. Una camiseta de Bowie desgastada y con fechas de conciertos semiborradas, Berl-n, P-r-s, B-a-rc----a, M---d… Una camiseta ideal tanto para correr como para jugar al ahorcado.
Nubes, aire fresco, un verano que este año se disfraza de Otoño y a mí me dejaba en paz y ya hacía días que no tachaba los días en el calendario para que llegase un tiempo más fresco sin olores a podrido, insectos gigantes y deshidratación más la imposibilidad de salir a pasear después de las doce del día. El verano no tiene más ventajas para mí que ir a la playa y muy protegido, eso sí.
Como no tenía costumbre de correr me hice el valiente y salí en spring. Sobre todo para que no me vieran los vecinos. Me rompí doscientos metros más tarde, cuando ya salía de la ciudad. Tuve que parar un poco para llevarle aire a los pulmones. Estaba ya en zona tranquila. Algunas fábricas cerradas y casi nadie, sólo un perro meando en una farola. Claro que luego me acerqué y vi que iba a dos patas y llevaba pantalones de deporte y descubrí que era otro corredor como yo. La ciudad se debe estar inundando con los fluidos de los corredores. Como si me oyera el pensamiento, este se sacudió la polla, se la metió en el pantalón y escupió a un lado antes de seguir corriendo. No sé cómo podía sacar tanta agua ese despilfarrador. Yo al cabo de veinte minutos ya tenía todas mis existencias corriendo por mi espalda, mi frente, las axilas y el pecho mojando la silueta de Bowie y sus fechas.
Alguien pasó desde un coche y gritó algo. Hay quien me llama psicópata por esto pero… ¿No os pasa alguna vez que alguien os grita algo desde un coche y no escucháis qué ha dicho pero pensáis que no puede ser nada bueno y entonces buscáis una piedra grande en el camino y si la encontráis os gustaría lanzarla rápido contra ese coche, romperle el parabrisas y que parase el coche y se bajase el tipo cabreado y así poder aceraros a él y poder apuñalarle a placer solo por el pecado de gritaros amparándose en el anonimato que dan cuatro ruedas y mucha velocidad? No me hagáis caso.
Hice varios trotes acompañados de mucho caminar, cada vez me cansaba más rápido. Lo supe porque si antes veía lo que ocurría frente a mí ahora sólo veía las baldosas del suelo y me había convertido en un ángulo obtuso, muy obtuso que corría o hacía que corría.
Por si fuera poco y a pesar de que buena parte de los perros en parques y jardines se me acercan con la lengua fuera y me inclinan la cabeza para que les acaricie un poco y hay mucho cariño entre ellos y yo, unos cuantos perros adiestrados de fábrica me dieron los suficientes sustos como para cambiarme repetidas veces el ritmo del corazón. Este tipo de animales se diferencian de los domésticos en que son unos hijos de perra en el sentido en que sólo pueden serlo sus amos, los humanos. Los animales sin adiestrar me suelen querer y suponen magníficas excusas para ligar en un parque en el que leo.
Estaba agotado y no podía seguir. Hasta el peso de las llaves en mi bolsillo derecho me escoraba hacia ese lado y le daba algún que otro cabezazo a los árboles. Pronto llovería y la radioformula que pasaba canciones viejas no me animaba mucho ni con su mejor intento “voy a mil y no puedo parar, inútil controlar…" .
Una chica se me adelantó a buen ritmo. No sé si fueron los shorts, o sus piernas o lo que se intuía bajo los shorts pero me animó a correr un buen rato detrás de ella como el perro detrás de la liebre, o el burro detrás de la zanahoria o el psicópata (pero de modalidad sexual) detrás de su víctima. Se fue con su belleza atlética y no me dejó ni unas tristes feromonas para localizarla.
Cuando regresaba casi dos horas más tarde de haber corrido poco, haber caminado mucho y haber hecho el tonto todavía más me encontré con una bajada en rampa de la que me quise aprovechar. Corrí de nuevo en spring. Lo suficiente para caerme de morros pero el mayor castigo se lo llevaron mis rodillas en raspadura. Una caída. Lo peor en España. Un lugar que basa su sentido del humor en cosas como “Mortadelo y Filemón” de Ibañez o “El Quijote” de Cervantes, en reírse del daño ajeno y sobre todo de las hostias. Una caída en un lugar poblado dónde me vieron muchos, los mismos que se rieron. Sólo uno me dijo que si me había hecho daño y le dije que no. Pero más me dolía el orgullo que las rodillas ardiendo.
Así acabó mi primer día deportivo. Es posible que sea el último.
Comentarios
un besito nada acelerado,muyyy tranquilito.
Perdón por no pasar estos días por aquí, he estado bastante desconectada de internet.
Besoss!
Yo iba a correr... tiempo ha. Qué tiempos aquellos.
Vanessa: No, yo suelo ir al revés con la suerte. Luego le voy coginedo el truquillo. Pero más que mala suerte lo mío es falta de experiencia y torpeza. Y tu consejo de andar me parece bueno. Seguramente me recupere y lo vuelva a intentar pero elegir el verano para comenzar con el deporte al aire libre tampoco me parece buena idea. El calor me mata. Besos
Vanessa: A lo mejor me influyó también, entre otros escritores, tu misma en tu blog con ese atleta que paradoja, mientras él triunfa en privado yo fracaso en público.Así es la vida de graciosa. Mi mayor coqueteo con el deporte ha consistido en la ciclostática que me permite ver series de televisión y hasta leer. Hice muchas horas con ese inútil trasto que ahora me llena la habitación inútilmente. Alguna vez también fuí al gimnasio pero estaba harto de ver hombres que no sé si iban a ducharse o a pasar delante mío para que les viera la polla (algo en lo que no estaba muy interesado, la verdad, con la mía ya tengo bastante). Y hasta ahí mi deporte. Tampoco soy alguien que se adapte bien a un equipo y mucho menos a un entrenador que me grite. Si no sigo corriendo cogeré la bicicleta y por supuesto nadar. Creo que en el agua está mi futuro deportivo. Es lo que más me gusta de todo. Saludos y te agradezco el deseo pero cuando el verano sea verdaderamente inclemente y no tan moñas como hasta ahora, no sé si yo podré soportarlo.
María: Lo sé. Yo he visto cientos de caídas y en ninguna he visto que al menos alguien no se riera. No sé exactamente dónde esta la gracia de ver a alguien desnucándose pero aquí, en mi propio país, parece el mayor punto de la comicidad. ¿Ocurrirá igual en Inglaterra?
Un beso!!
Un fuerte abrazo.
La verdad es que el primer día de hacer deporte, si llevas mucho tiempo sin practicar, es horroroso.
Hay que empezar con metas más pequeñitas e ir en aumento. Pero en fin, nos suele pasar a todos.
Me has recordado la primera vez que hice senderismo, fue horroroso.
Espero que no desistas por la mala experiencia del primer día.
Pitt Tristan: Cuanto tiempo sin verte por aquí. Aunque sea desautorizando a Vanessa, je,je. No sabía que había tantos deportistas expertos por mi página. Soy la oveja negra del deporte.
Anne: Creo que me gustan más los deportes solitarios y debería empezar por calentar con la ciclostática y luego si me animo con lo otro y así seguir escalando. Y todo poco a poco porque siempre me pueden las ganas de comérmelo todo el primer día y así no se va lejos.
Espero que sigas con los intentos...dicen que el que la sigue la consigue y quien sabe si además de premio te llevas también el conocer a la de los shorts...quien sabe...:D
Y ríete lo que quieras. No hay persona que en un momento u otro de su vida no resulte cómica o directamente tonta. Yo que me río mucho del mundo también acepto que el mundo se ría un poco de mí. Es sano.
Lo seguiré intentando. lo de correr. No lo de perseguir a nadie.
Recuerdo "Cosas que debes saber", una abuela china, unos socorristas, una chica que quería quedarse embarazada. Nadie que corriera, creo.
Ánimo!
Ayer te leía con el móvil en el bus y tenia que contener la risa.
Sobre la camiseta, buena elección.
Sobre el tiempo otoñal,que suerte, aquí el tiempo mas bien es infernal, el domingo superamos los cuarenta donde yo estaba, cerca de murcia y hoy en Elche teníamos 34 a la sombra por ello envidio tu tiempo otoñal, que suerte.
Yo odio correr, se me da fatal,hace muchos años solía correr con mi hermana y como siempre, iba tras ella, nunca lograba alcanzarla y cuando empezaba a verla doble era cuando tocaba el fondo de mi resistencia y tenia que parar a tomar aire y me sentaba a esperarla en cualquier parte hasta que ella pegara la vuelta y llegara a mi altura otra vez,me he pasado el invierno en el Gym pero todo cansa y fue llegar finales de la primavera y dejarlo.
Sobre lo de lo del grito desde el coche, nunca se ha ocurrido lo de la piedra y el apuñalamiento, jejeje
la próxima vez que un tío me grite algo obsceno desde el anonimato de las cuatro ruedas lo tendré en cuenta...
En fin muy buena esta entrada me has hecho reír y te aseguro que no me he reído imaginandote espachurrado por los suelos después de la paliza que te habías dado "corriendo", en serio, no me he reído de eso. ;)
DEW
Aquí el calor se va acercando lentamente. Hoy empieza a estar soleado pero todavía no sudo. Me temo que mañana ya estaremos de lleno en tu clima.
Por cierto, no hagas lo del coche. Yo tampoco lo he hecho. A eso se le llama paranoia y a veces la gente habla fuerte desde un coche y la cosa ni siquiera va contigo, je,je
Adeu
Pero venir hasta aquí y solidarizarme contigo es genial. Así, de paso, puedo volver a leerte y agradecerte que hayas ido a mi otra casa que, dicho y escrito sea de paso, no sé por dónde va a continuar.
Pero bueno, a ver si escribo un algo, hoy... Tengo un relato en la cabeza y tras leerte, cierto, lo que más necesito es escribir, pero lo que más me apetece es correr como un gamo buscando a la chica esa de tu relato... en fin...
Te dejo un abrazo
Mario
http://cronicasdeuncapullo.blogspot.com/
Me mola tu sitio, me quedo y te sigo! saludos!
te sigo :DD
besos
http://sonrisasdearcoiris.blogspot.com/
UN ABRAZO
Pepé: Y a quién no le podrá eso dar vergüenza.
Esteer: Muchas gracias. Me pasaré.
Reltih: Trota, trota que cuando le coges el gusto no es tan malo como lo pinto por aquí.
Yo por eso no corro, ya no estoy para esos trotes jajajajaja
Besos mágicos
Yo me he planteado muchas veces salir a correr, pero me gusta tan poco y tengo un aguante tan absurdamente patético que siempre lo dejo para otro día (o año).
Lo del coche y la piedra.... si si, claro a todo el mundo le pasa lo mismo, tranquilo que es normal