En verano sí soy hostil
La mañana de ese
Sábado había tenido una mala discusión con mi cuñado sobre ese
tema. Yo le había demostrado sin dudarlo que me estoy transformando
en lo que siempre he sido pero que ahora ya ni siquiera oculto: una
persona tan indiferente a todo que tal vez por eso es capaz de
cometer una barbaridad. Aunque no debe cundir el pánico, sólo
mantengo una guerra de buzones rotos y pegamento en la cerradura del
maletero del coche de mis vecinos.
Tomábamos café
él y mi hermana cuando charlábamos sobre la obligatoriedad o no de
visitar a la familia de la persona a la que amas, de por qué yo
nunca quise visitar a a la familia de L..Mi cuñado veía esa actitud
como un desprecio en toda regla. Pero yo no me callé mis
pensamientos como otras veces. Se me debió haber subido el café a
la cabeza. Creo que fui duro con lo que le dije:
- Eso es porque tú tienes el espíritu de la colmena. Te lías con una persona y la amas junto a su familia porque no crees en el espíritu individual. Esa persona no es esa familia y esa familia no es esa persona .Del mismo modo que dos hermanos que se parecen pueden ser guapo y feo respectivamente, la sangre de tu sangre puede tener una forma de ser y una perspectiva que no tienen nada que ver contigo. Tu puedes ser adorable y tu familia no y viceversa. Pero no es ese el único tema. En la vida nos llenamos de obligaciones estúpidas unidas a las inevitables. Inevitablemente tenemos que trabajar pero no quedar con la familia de nuestra pareja cuando a lo mejor prefieres estar en tu casa cascándotela o viendo la televisión. ¿Falta de respeto? También lo es ir a ver a esa suegra que no conoces y sonreírle y de algún modo mentirle porque esa sonrisa es falsa y tú quieres estar lejos de ella. A mí no me gustaría que llegado el caso mi sobrina tuviera quince años y un novio y yo tuviera que hipotecar su tiempo de pareja porque siempre hemos tenido la costumbre de quedar los Sábados. No me gustaría retenerla contra su voluntad en casa. Me gustaría tenerla cerca de mí plenamente sincera y cuando a ella le vaya bien, no por compromiso, maldita palabra.
- No me convencen tus argumentos. Hay una moral. No es moral lo que dices. Para mí sí le faltas el respeto a la persona con la que estás. Se lo faltaste a L. por no haber querido conocer a su familia. Y seguro que te pierdes conocer a gente muy interesante así.
- Su familia vive en Sudamérica. Eso me salva un poco. En el mundo hay miles de millones de personas que ninguno de nosotros va a conocer nunca. Cuando me compré la televisión por cable no hacía más que sentir que me perdía algo en algún otro canal y en realidad no veía entero ningún programa. Prefiero conocer a unos cuantos elegidos a fondo y no a unos centenares de manera superficial y no tener más que confianza para hablarles del tiempo o temas cautelosos.
- Eso no es así- mi cuñado sacudía la cabeza pero regresaba a los argumentos de la moralidad que a mí no me servían porque la mía no era ni será nunca la suya. Y porque mi moral se fue por el desagüe de la citada indiferencia. Recordé la misma sensación de vacío frente a los cadáveres de mis familiares. Vivimos en una sociedad laica dónde la mayoría se hacen llamar ateos. Incluso mi cuñado. Pero a la hora de la verdad van a rendirles sus respetos a los muertos. Los funerales para mí siempre han sido una medida higiénica. Si eres ateo no crees que en la carne en descomposición haya alguien. Hasta regalarle flores es un gesto hueco. Puedes llorar su ausencia por el vacío que te deja y no será una cuestión de respeto ni de moral, será de emociones. Y si no le lloras pues es lo que hay. Es un error forzar el dolor por alguien por quién no sientes nada. Pero mi cuñado seguía horrorizado- Pero es que la vida es así, siempre hay que hacer cosas que no quieres. Se necesita algo de sacrificio.
- Sí, claro, eso dice la religión mayoritaria de mi zona geográfica. No sabía que tú eras religioso.
- Es que no lo soy. No tiene nada que ver con eso...
- Claro, claro, pues no me enseñes entonces argumentos tan endebles que responden más al subconsciente y a lo que aprendiste en la infancia que a convencerme a mí- estuve nuevamente duro con lo de la endeblez pero es que mi cuñado se estaba pareciendo a esos interlocutores de Sócrates en los diálogos de Platón, meros comparsas para hacer que el maestro se luciera. Nada de rigor como conversador.
Bueno,
resumo. Que por la tarde discutí con mi sobrina porque me rompió un
disco duro. Que poco después mi hermana me traicionó diciéndole a
mi madre algo que no debería decirle. Que yo corté con ella y mi
cuñado por temas que no vienen al caso(y castigué a mi sobrina con
nueva orden de alejamiento de mi piso). Que es verano y no es bueno
tenerme cerca.
Que
charléis en vuestras cafeterías sobre temas más agradables y que
hay ciertas verdades privadas que no necesita saber todo el mundo.
Comentarios
Esto con tu cuñado Eres un tipo hostil.
Besos refrescados
muy interesante tu visión sobre los sueños sin cumplir y las expectativas. aunque me da que pensar que es casi mejor no cumplirlos y vivir de la ilusión.
En mi caso no soy muy allegada a mi familia política pero soy "muy familiar". No sé como explicar esta discrepancia.
Me aburren sobremanera las reuniones familiares, sobre todo las que son por compromiso, pero al mismo tiempo soy incapaz de faltar a alguna, incluso cuando mi adosado insinúa que no quiere ir (porque a pesar de ser su familia les huye como a la peste) me enfado con él.
Tienes mucha razón respecto a que una persona no es igual a su familia; en el caso de mi adosado por suerte es así y en el mío creo que también. Mi hermano y yo somos como el agua y el aceite.
A mí el verano también me vuelve un poco hostil, pero mas que hostil, creo que introvertida, debe ser este maldito calor...
Besos mágicos
En cuanto al sol y el calor, como es algo que te hace vulnerable, quizá deberías buscarle algún lado interesante, hedonista, para disfrutarlo en lugar de sufrirlo. Es lo mejor que puedo desearte este verano, que disfrutes Sergio, como sea que lo consigas. Frente a eso, todo el resto se va diluyendo, incluso lo de ser un cascarrabias.
Un abrazo.
Angèline
Pilar: Sí, claro, a lo mejor definirme como indiferente choca con hostil porque no es lo mismo. Un beso.
Hilia: Es difícil mantener el equilibrio cuando soy un poco desequilibrado. Pero es que a mí según qué cosas me desagraan más que a otras personas. Estoy seguro de que es así. Veo gente que queda por compromiso y no le dule nada, van casi felices. Pero es que yo me hago un mundo perdiendo un tiempo tan, tan largo por compromiso y por reglas de un juego que no es el mío. Yo no le pido a nadie que se venga a mi mundo y me siga a mí por eso no entiendo que me quieran sacar del mío para llevarme al suyo. Obviamente he hecho muchas excepciones. Si no, estaría verdaderamente solo. Pero también es obvio que conviene acostumbrar a la gente a que no se acostumbren a tenerme para cualquier evento semiimportante o casual o porque sí porque yo no estoy para todos todo el tiempo, lo siento. Curiosamente hay gente que lo entienden en mi familia y en familias ajenas y cuando me ven aparecer lo celebran el doble que si fuera siempre. Entienden que mi esfuerzo puntua doble o mejor, que les debo querer mucho para abandonar mi batcueva y visitarles a ellos. Es como el comportamiento de las grandes estrellas pero sin haber pretendido nunca ser estrella ni nada. Todo lo contrario. Disfruto del anonimato y a veces de la invisibilidad. Saludos.
En cuanto a sentirme feliz con la felicidad de quien quieres puede pasarme ocasionalmente pero la gente olvida y por eso fracasan, que para querer a los demás primero te tienes que querer a tí mismo. No voy a ser infeliz por la felicidad de nadie. La pareja no se puede entender como un todo homogeneo. Son dos personas que van juntas y en paralelo pero que sólo pueden sobrevivir manteniendo impoluta su individualidad(mi relación actual es tan larga que casi creo que tengo razón de no ser porque esa otra persona tal vez sea igual de rara que yo).
Yo no tengo que discutir con mi cuñado, él discutió conmigo. Yo estaba la mar de tranquilo y hasta quise cambiar de tema. Me temo que estas opiniones mías no las he improvisado ni son de ayer. En cuanto a la indiferencia es mi estado temporal. Uno en el que entro ocasionalmente pero por suerte no siempre estoy dentro, claro, estoy contigo, me perdería la vida y las emociones. Antes de cerrar el comentario y "como no quiero que te vayas así" te diré que no soy un león tan fiero como me he pintado. Que soy culpable de esos egoísmos y esos desplantes es cierto(pero mira el comentario a Anne y verás que hay quien se lo va tomando como algo natural y ya ni ofende y hasta he recibido confesiones de familiares que dicen que les "gustaría ser como yo", no sé, supongo que querrán decir algo bueno aunque suene mal), pero en caso de emergencia y verdadera necesidad he claudicado y sigo claudicando y lo hago sin traicionarme a mí mismo porque a pesar de todo siempre me ha gustado la palabra flexibilidad. Saludos.
P.D. Gracias por los consejos contra el verano. No todo será malo pero debo activar ya mis protocolos de seguridad o sucumbiré a estos tres meses.
UN ABRAZO
Un saludo,
Angéline
Me ha gustado tu planteamiento y tu forma de contarlo, como siempre, pero ahora mismo estoy tannnnnnnn cansada, que volveré otro rato con la cabeza más despejada.
Un abrazo
*me alegra que hayas actualizado
No es mía, pero dice muy bien lo que yo diría. Amor (incluyendo la generosidad) y respeto, simplemente, no debería ser difícil de entender ni aplicar.
He estado "sin palabras" durante unas semanas, una mala noticia me las robó todas y, pese a que aún no las he recuperado, al menos estoy de vacaciones y eso anima un poco.
Lo temas familiares siempre son complicados. En esa parcela de nuestras vidas hay colocada una pegatina de esas amarillas "Caution, Restricted Area".
Yo soy más de la opinión de tu cuñado: por respeto, por educación, por no enfadar a mi pareja... Por esas cosas hago visitas a esos familiares impuestos. Pero al mismo tiempo soy más como tú, no me apetece que me impongan cosas, así que ese es un tema de enfados, imagino que como en la mayoría de las parejas.
Respecto al disco duro, yo creo que es reemplazable, tu sobrina no. Así es como pienso últimamente, estoy de "limpieza de pensamientos" a ver si así consigo encontrar palabras, pero "palabras" y no "remiendos" de huecos vacíos.
Bss
De todo lo escrito me quedo con lo que dices de que es imposible hacer feliz a una persona si primero no intentas hacerte feliz a tí mismo. He pasado los últimos diez años con una persona que se esforzó tan fuertemente en hacerme feliz que finalmente olvidó buscar su propia felicidad y acabó consiguiendo que ninguno de los dos lo fueramos.
Tuve muchas discusiones con él por lo mismo, porque intentaba explicarle que era a él a quien había elegido, y no a su familia, que consideraba autoimpuesta, y de la misma que siempre he considerado banal el tema de la sangre para mi propia familia me parecía injusto que se sintiera defraudado si no acudía a cada una de las comidas familiares que organizaban, y en las que si bien puedo decir que no lo pasaba mal, no hacía sino mirar el reloj esperando la hora de marchar, mientras ellos contaban las mismas historias de cuando eran niños o me presionaban preguntándome cuándo nos casábamos o cuándo ibámos a tener hijos.
Cada uno necesita su tiempo, su espacio y eso no es una cuestión de respeto o de cariño, no podemos pretender que todo el mundo aprecie y demuestre su amor o su cariño de la misma manera, ni que sintamos afinidad por toda la gente que nos rodea. Me importa un carajo compartir sangre con alguien si ese alguien es un auténtico gilipollas, no tengo por que llevarme como si yo hubiera elegido tener a esa persona cerca de mí, el respeto no es eso, el respeto es dejarle que el haga su vida y yo la mía sin que nadie afecte negativamente al otro. No necesito discusiones ni malas caras en mi vida por un simple hecho de tradición u obligatoriedad.
A pesar de todo ello, decir que el simple hecho de conocer a una persona que es importante para tu pareja, ya sea un amigo o su familia, sí es simple educación y propósitos de cultivar una buena relación.
Cuando uno siente que da mucho, y no obtiene nada a cambio hay un problema que muchas veces es de simple aceptación, pero hay un problema.
Los extremos nunca son buenos.
PD: Anda que estarás fino estos días con el calorcito que hace...
Este es el post de la discordia porque tuvo más polémica y disensión que ninguno. Tal vez se me vió radical y algo sí lo soy porque odio las costumbres "porque sí" pero a veces, como le he dicho a muchos de mis fiscales, también me doblego por cansancio, pereza, por no discutir o porque me sencillamente me apetece(no vivo aislado y a veces busco la vida en sociedad por airearme incluso con gente distinta a mí). Este post además es el único que he sacado más o menos de la reflexión de un personaje mío de una novela que estaba escribiendo. El personaje y yo coincidiamos bastante.
Luego lo del egoísmo es otro tema profundo. El que te obliga a que veas a su familia no piensa si te va bien mal, regular o bien. Si te la pone es doble egoísta. Porque no piensa en tí y porque piensa en si mismo. Mis parejas han conocido a mis padres cuando han querido ellas y si me lo han pedido. De lo contrario me ha dado igual. Pero bueno, como tú dices, no hay que ir a los extremos. Aunque a veces seamos naturalmente y biológicamente parte de ese extremo. Saludos.