¿Y quién no ha contado un sueño?
Apenas la conozco pero me cuenta uno de sus sueños. Luego el resto. No tengo la confianza suficiente para decirle, lo más suavemente posible, que no me apetece ese plato del pensamiento. Y entonces ella explica el de ayer, el de antes de ayer y aún el del otro día que ya ni escucho. Yo no sé qué hacer con ese material de su cerebro, a qué agarrarme para responder por encima de los monosílabos o el ambiguo "a ha", cómo devolverle a su dueña alguna respuesta razonada y no sentirme como un escultor del mármol al que le envían arcilla y ahora no sabe cómo trabajar sobre un terreno que no es el suyo. Pero ella me explica un nuevo sueño. Y van cuatro. Y si le digo que pare se ofenderá. Lo entiendo. A mí me ofenden si me dicen que no les importa nada lo que estoy explicando. Ella habla de sus sueños, entendidos estos como lo que ocurre cuando duerme y no entendido como proyecciones o ilusiones de futuro. Le suele pasar a la gente que no duerme como una piedra o que no está lo suficientemente cansada. Es más reparador dormir del tirón y como dándole un sorbo a la muerte, sin sueños, que pasarse toda la noche creando historias sin pies ni cabeza. Te despiertas paradójicamente más vivo tras un dormir absoluto. Si estuviera enamorado de ella tal vez la escucharía menos aburrido, le haría más caso a la melodía que a la letra y esto no importaría. No es el caso. Pero los sueños de los que me habla siempre me han parecido, a falta de otra interpretación, como la rabia, la impotencia y los malos ratos del día condensados por el subconsciente y puestos en bolsas de basura que luego el camión de la mañana se llevará hacia la nada. No para que los escuche yo, desde luego. ¿Qué hago? Es ella la que ha llamado a mi puerta metafórica cuando empezó con el tonteo del facebook. Es ella la que pidió este café y ahora que la tengo justo en el vestíbulo de una intimidad compartida estamos todavía en plena banalidad de los temas, es hablar del tiempo o de cualquier otra estupidez. O no. Si tuviera a lo que agarrarme ya podríamos disfrutar de una conversación magnífica, a veces ocurre esa magia de los diálogos interesantes a los cinco minutos de un principio. Pero tengo que resignarme a esta selva tupida de onirismo. Coloco mi piloto automático y... ¡Oh, no! ¡Les da un significado premonitorio! Lo que me faltaba. He dicho tres o cuatro veces que soy un gran escéptico, apenas he pasado del "pienso, luego existo"( a veces creo que soy un personaje de blog). He contado dos o tres anécdotas sobre mi tendencia a no creer en nada que huela a religión, superstición o ciencia irrefutable. Pero no me ha respondido. O sí. Me insiste. Pide una interpretación freudiana(otro psicólogo superado). Me pide opinión. Yo respondo una vez más que no creo que... pero no me deja terminar y sigue con su sueño y pasa a otro. Finalmente creo que no me molesta tanto lo de los sueños. Creo que me molesta más que no me esté escuchando. Claro que de eso yo también soy culpable.
Comentarios
Bueno, sobre tu entrada, no se, como dice Zavala igual le molas...o igual está nerviosa con tu presencia ..
Igual deberías haber cambiado tú de tema, sutilmente, desviando su atención..
Bss
Un besote
Garriga: Ja,ja, esa idea no se me había ocurrido pero como aquello es pasado te puedo decir que acabó en cama, sí.
Enya: Sobre lo de molar mira los dos comentarios anteriores y hasta recordarás aquellos posts sobre Lali y lo que pasó y cómo luego ella demostró algún desequilibrio. Tu sueño me ha interesado porque parte de la base de una fobia que compartimos (si te contase lo que me ha ocurrido con esos bichos este verano dejarías de soñar porque no dormirías). Este mes parece que te preocupa algo o te da miedo... Todo el mes con ese sueño es mucho.
Bwana: El tema derivó en otros que a su vez derivaron en su casa y eso fue otra historia.
detalles: Brillante y bien engrasada tu intuición femenina. Se convirtió en una psicópata que insultaba por teléfono mientras la dejé. Besos.
Aunque pensándolo bien, seguramente el día que nos encontremos personalmente no se me ocurrirá nada interesante que contarte, es lo que tiene el directo, te emboba...
Besos (BEP)
Tu siempre tienes algo que contar, creo.
Besos.
Me incomodan las conversaciones unidireccionales, en las que solo hay un locutor y ningún oyente, y todo transcurre lenta y dolorosamente. En cambio, cuando te encuentras con alguien que a los dos minutos; no sabes cómo ni de qué modo ha sucedido, empiezas a conectar, te interesa todo lo que te cuenta, y escuchas atento —aunque te hable del apareamiento de las jirafas—, entonces sí escuchas, y te sientes a gusto.
Supongo que la chica necesitaba contarte sus sueños, aunque para ti sus palabras sonaran a un eco lejano.
A veces necesitamos mucha más paciencia que oído.
Un saludo S.
Sergio, retomando lecturas.
Un placer volver a leerte.
Saludos
Besos
Pilar V. : Pilar, Pilar, que esas lecturas perniciosas te han dejado muy soñadora... Una relación debe, tal vez un rollo no. Claro que aquí el soñador debo ser yo que tengo digresiones cada dos minutos. Besos
UN ABRAZO BROTHER
Sergio, creo que sólo entenderás lo mucho que me "suenan" tus textos el día que hablemos y pongamos los acentos de nuestras historias sobre la mesa.
Parece que escriba yo, muchas veces. O mejor, parece que escribas lo que te he contado tantísimas veces al amparo de un café, para mí, y un lo qué quieras para ti.
De lo que ella es culpable, y de lo que tú eres culpable, también lo somos todos. En fin, creo que me entiendes...
Voy a salir, después continúo leyéndote.
Un abrazo
Mario
SOmos así de raras, a veces.
Besos ;)
Volviendo a tu texto...interpreto o mejor dicho, pienso que esa relación no llevará a buen puerto. Ponerse en modo "automático" cuando alguien te está hablando, sea de lo que sea... mal síntoma.