En "Castefa"
Y por qué debe doler el pasado si no te dejas.
Hacía unos años que no regresaba
a ese pueblo donde trabajé y dónde también monté mi versión personal y privada
de Sodoma y Gomorra. Como conté hace años relacionaba el pueblo con mi trabajo
así que les deseaba un tsunami a ambos. Estímulo condicionado, nada personal.
Pero ahora regresaba a comer con M., un amigo que se ha trasladado allí por
motivos sentimentales y se relaciona con una nativa del pueblo.
A mi regreso al lugar le encontré
otra luz al pueblo. En estas circunstancias y sin estrés me pareció inofensivo.
Incluso me gustaba. Lo bueno de los pueblos respecto al centro es que valen su
peso en oxígeno, que no están tan masificados, que te corresponde una mayor
porción de cielo abierto y hasta más estrellas y una luna más definida, como en
HD.
Paseando por allí me asaltaba a
pesar de lo dicho un recuerdo en cada paso. Aquella apasionada aunque algo
desequilibrada y pesadillesca relación con P. estaba en cada baldosa del lugar.
La memoria me superponía decenas de imágenes de lo mucho que ocurrió allí con
ella. P. era como Alien o la primera película de Resident Evil cuando todavía
no aparecen los monstruos y da más miedo que cuando ya los ves y constatas el
látex o los efectos digitales y no son para tanto. La mejor inquietud la tienes
cuando todavía no ves porque imaginas. Yo pensaba a cada paso que me
encontraría a P., un bello monstruo eso sí.
¿Qué temía? ¿Era el miedo del
adicto a recaer en la coca, el del exfumador al humo de otros, el de que te
ofrezcan dulces cuando estás a régimen? ¿Miedo a recaer en aquella carne con
curvas peligrosas? No. Cada vez me estaba dando más igual.
Fuimos al viejo cine dónde
trabajé, follé, golpeé a gente. Estaba muy venido a menos desde que no estaba yo
(nada que ver la crisis económica). Lo observé en la distancia, apenas
dejándome ver como un fantasma o una aparición mariana (más bien sergiana),
parapetado detrás de M. Todo aquello estaba lejos. El pasado disparaba balas de
fogueo contra mí. El tiempo lo pone todo en su sitio. Y su sitio es más bien
irrelevante. Ocurre que lo que ocurre rara vez suele ser importante. Al menos
no hay algo que lo sea para siempre.
Comentarios
Siempre falta comprobar si la presencia de quien acompañaba en esos lugares produce el mismo efecto, o deja un pensamiento de "no es para tanto o incluso un ya no es nada".
El tiempo siempre baja los niveles de importancia, hasta límites inapreciables.
Besos
Belén B: Es que hay pantallas y aparatos que hacen del realismo del HD algo más auténtico que lo real. Pero sí, esas lunas sin polución son las mejores.
Sylvia: Esa persona de momento solo aparece por la ventana abierta del ordenador via facebook y muy de tanto en tanto. También por ahí esta controlada. El tiempo lo fumiga todo. Algún día nos fumigará a nosotros ya que no distingue entre lo bueno y lo malo. Besos.
Un fuerte abrazo, Sergio. Estamos de vuelta como ves, pero poquito a poco.
Me acordé de la manera tan diferente como los dos contaban el mismo hecho, de mis años borrascosos por llamarlos de alguna manera, y de un tiempo que por lejano, hasta me parece inventado...
Bien por ti, por mí, que al parecer ya dejamos todo eso atrás, donde no puede volver a hacernos daño.
Besos (BEP)
El pasado me hace sentir triste cuando me dejo, cuando estoy bajo de defensas. Nuestro estado de ánimo también se debe a veces a estar en forma o cansados. De noche duele más que de día y al sol.
si,bwana: Otro ejemplo más de tu pensamiento atemporal, ni siquiera joven, más allá de los corsés del pasado, presente, futuro. Un maestro, vamos.
Laura: y de un tiempo que por lejano, hasta me parece inventado..
Cierto. El recuerdo es como contarnos lo que pasó una y otra vez. Puro cuento al final. Una narración resumida de lo que ocurrió y a veces falseada.
De tus años borrascosos he tenido pinceladas por aquí y por allí y creo que superan a los míos. Espero que queden ya como aprendizaje y nunca como daño.
Besos
Saludos
la indeferencia, esa gran aliada. ese ansiado estado de superioridad.
y por cierto, muchas felicidades por tu trabajo.
UN ABRAZO
Sí, la sensación de triunfo sobre lo que me venció es grande. Y luego la paz del estoicismo, la sensación de que nada importa...
Reltih: Todos tenemos los nuestros. Ya ves que se les puede patear. Un abrazo.
Me ha encantado la frase resumen, aunque ambos sabemos que solo sucede así cuando el pasado es realmente el agua que ya no mueve el molino, mientras no es así, el pasado es un ser peligroso que te atrapa y te confunde.
La distancia emocional es dificil de alcanza pero cuando llega proporciona una especie de visión periférica muy interesante ¿verdad?
Me alegra el éxito, pero no fueges con demasiada hogueras ¿vale?
Un beso
Intento frenarme para no incendiarlo todo, es un buen consejo el de las hogueras, tengo tendencia a jugar con eso que quema. Besos.
Algo insignificante puede convertirse en nuestro más terrible "monstruo". Lo peor de todo es que con el tiempo y la distancia a veces ese monstruo crece.
A mi me ocurre con mi pueblo algo parecido a lo que describes. Son determinados sucesos desagradables del pasado lo que mi memoria selectiva decidió cultivar y así es imposible que pueda tenerle cierto cariño.
¿Por qué mi mente decidió conservar eso y no otras cosas más agradables? Ni idea pero probablemente las calles no sean tan oscuras como yo las recuerdo.
Del cine solo he visto a jessi con la que coincido en Gran Via.Ahora somos mas cinefilos que trabajando alli.
Besos