Pasado sin nostalgia
Me fui a una
biblioteca del centro que tenía un par de libros de los difíciles de encontrar.
Mi más sincero agradecimiento a la red del catálogo catalán de bibliotecas. Lo
encuentro casi todo. Y a veces casi todo me encuentra a mí. Hay hallazgos
interesantes en el camino.
La
biblioteca tenía una guardería encima y vi como los niños de preescolar
jugaban. Uno iba en un pequeño triciclo y me saludaba con la mano. Las
criaturas son muy educadas, lo saludan todo. Recuerdo que mi sobrina no sabía
hablar y se lo pasaba en grande diciéndole adiós a los trenes.
El niño
seguía saludando a pesar de que yo ya le había devuelto el saludo y al final se
chocó contra una columna de la guardería, se calló y empezó a llorar. No sé
objetivamente si el responsable de ese accidente de tráfico fue él o fui yo
pero como vi que la profesora se acercaba corriendo a recogerle del suelo hice
lo más adulto que se me ocurrió, salí corriendo para que no me vieran.
Por detrás
del edificio estaba la salida de lo que era un colegio con más clases aparte de
esa guardería(o no era una guardería, sólo una clase de P-4, como no tengo
hijos ni mucho interés en los niños calculo con imprecisión sus edades). Y allí
es donde quedé impresionado por la sorpresa. Había muchos padres. Los
suficientes como para bloquear la calle y no dejar pasar a nadie. Pero en
Barcelona el bloqueo es ya parte de nuestra vida así que eso no es lo que me
llamó la atención. Lo que me sorprendió es que vi a F. después de, no sé, ¿Diez
años?
F. fue una
venezolana compañera de trabajo y durante un mes de fluidos corporales. Hace
mil años que hablé de ella por aquí(bueno, más bien los diez que he mencionado
pero mil en tiempo subjetivo).
Cuando la
conocí tenía dos niñas de maridos distintos y un nuevo marido español al que le
fuimos construyendo unos cuernos maravillosos que le debieron horadar
profundamente el cráneo pero es que el tipo se los merecía. Ella me dijo que su
marido estaba liado con al menos dos chicas en los viajes que hacía por motivos
de trabajo, era director de un magazine cultural de un periódico muy importante
en Cataluña. De la sección cultural. A los dos nos encantaba Buckowski y Nabokov
y las veces que hablé con él descubrí un alma gemela. Le gustaba mucho escribir
en su tiempo libre. A veces le decía a F. en broma que a nivel personal casi
debería haberme enrollado con su marido antes que con ella por eso de que éramos
más compatibles.
Pero luego
F. empezó a enfriarse. Por lo que supe estaba buscando su tercer hijo para permanecer
en España sin tener que trabajar. Mi objetivo, ya lo he dicho antes, no son los
niños. Me interesa algo el proceso pero no el resultado. Así que no tardó en
liarse con alguien que le dio su tercera criatura. Un tipo de su tierra
totalmente asqueroso y con el pelo pintado de un naranja lamentable. Aunque lo
de asqueroso puede deberse a que hablo desde el despecho.
Así que
ahora estaba allí. Esperando ver salir a alguien del colegio. ¿A su hija de
nueve años o a una cuarta? No lo sé. Pero no me apetecía hablar con ella. La
perdí de vista hace mucho tiempo y no teníamos nada en común. Sólo lo que
pueden tener en común un hombre y una mujer con los genitales operativos. Pero
más allá de eso me costaba mucho llenar sus eternos y casi místicos silenciosos
(una compañera nuestra no perdía la oportunidad de decirme que sus silencios no
eran místicos, más bien los propios de una retrasada mental).
Así que
regresé sobre mis pasos. El niño del
accidente ya no estaba.
Regresé a mi
presente. Menos glamouroso pero sin complicaciones.
Y sin niños
de conveniencia.
Lo que son
las cosas. En su momento me disgustó ver marchar a una persona a la que ahora
no me acerco ni para saludar.
Comentarios
Un abrazo.
PD qué entrada tan buena, cargada de ironías. Me he reído muchísimo.
Espero volver a comentarte cuando deje de reírme , la entrada de hoy da, como siempre para hablar sobre bastantes temas... Y cómo soy muy bocachancla no sé yo si sería capaz de exponer en este momento mi punto de vista coherente sobre tannnnto que se me está ocurriendo
Jaaaaaaaaa
Besos sin fluidos ni ruidos :)
Ahora lo entiendo, jajajajaja.
Un saludo.
P.S. Este comentario no tiene nada que ver con el relato que es magnífico, como todo lo que sale de tu pluma.
Saludos, Dorotea.
María: Pues eso que nos perdemos. A lo mejor lo que tu llamas bocachancla es una visión diferente y original de la realidad mucho más refrescante que lo políticamente correcto. Y ya te digo yo que a mí no me gana nadie a bocachancla, ja,ja. Besos
Pitt Tristan: Gracias, Pitt, un honor verte pasar por aquí. Y me considero culpable de la acusación. A veces se me acumula la faena y no me paso ni por mi propio blog. Pero el tuyo lo he leído muchas veces y no siempre he dejado comment. A veces es difícil añadir a lo que ya está bien dicho pero vamos, que yo sigo siendo de tu club de misántropos hasta cuando no me ves. Saludos.
Me has recordado a mi idolatrado Holden Caulfield :)
Pues sí. Te encuentras con personas del pasado en un presente donde lo que te inspiran es volverte invisible para que no te vean.
Situaciones de la vida, nada más y nada menos. Quiénes somos para juzgar.
Abrazo, Sergio.
P.D. En su momento yo también disfruté con ese guardian entre el centeno.
De lo demás sigo mutis x el foro... Q se me desata la lengua y me quedo sin megas
Feliz noche! !
Saludos ;-)
Yo a veces tengo hasta repelús, miro y digo pero ¿cómo yo?¿pero por qué? brrrrr y sí, si puedo media vuelta.
Bss ;)
Creo que todos tenemos personas en nuestra vida de las que en un presente, si pudiéramos renegaríamos, pero bueno como dijo Jose Ortega y Gasset: "yo soy yo y mis circunstancias", así que nos toca apechugar con ellos jajajaja
Zhura: Gracias, Zhura. Y también tenemos personas en un presente que en un futuro serán pasado. Conocía esa sabia cita. Saludos