Otra sobre escritorcillos engreídos (I de II)




Hace poco he vuelto a pasear por su página web. Por curiosidad malsana. O porque es más fácil recordar a los malos que a los buenos. La memoria es inteligente. De los buenos no tienes que protegerte. De los malos no te puedes despistar. Porque te la pueden volver a hacer. Y no es que sea para tanto. Solo es una anécdota del pasado de la que no dejé constancia por aquí.
El tipo había ganado un concurso de blogs de un diario muy leído en internet. Allí destacaba por lo transgresor. A veces era maleducado pero la poca vergüenza que tenía explicando su vida o insultando a sus detractores hacía que unos cuantos pasásemos por su espacio a echarnos unas risas. O a odiarle.
Luego se fue o lo echaron del blog y se montó su propia editorial. Se autoeditó y aunque tuvo vacas muy flacas y lo pasó mal le reconozco el empeño y el esfuerzo que le llevaron a ganarse la vida en esto de escribir. Escribió como negro para algún director de cine, la biografía de una actriz porno, para la página de un productor también porno… Ya he dicho que era transgresor aunque un transgresor muy poco original, el porno gusta o disgusta pero ya no hay grandes polémicas al respecto.
Yo tenía bastante trato con él porque le comentaba de vez en cuando en su blog como Houellebecq. Era mi Nick de esa época. No porque quisiera esconderme, es que quería llamarme como mi escritor preferido y la red me lo permitía. Aquí me puedo disfrazar y hacer carnaval todo el año, algo que me gusta (total, cuando llega el verdadero carnaval nadie se anima a que vayamos disfrazados de nada). 
El tipo editaba también algunos escritores noveles y marginales como él. Es por eso que le envié una prueba de lo mío por si podía echarle un vistazo pero cometí un error. Su mail de respuesta fue rapidísimo. Tanto que parecía que me estuviera esperando.
Me decía que no había visto que yo le hubiese comprado ningún libro y que él se acordaba de todos sus clientes, que sabiendo lo mal que le iba el trabajo no tenía derecho a pedirle nada (no se lo pedí, le dije que si podía y que si no… pues nada), que si llevaba leyéndole años y comentando por su blog lo primero de todo era ayudarle y no pedirle(pues a lo mejor pero si no le había comprado nada no era por falta de ganas si  no porque en esa época no tenía ni para comprar libros de Houellebecq así que mucho menos los suyos), que su vida era muy dura y no tenía tiempo que invertir en mí(aunque debió invertir un buen rato en escribir ese mail y en lo que hizo después).
Le dije que con decirme que no ya bastaba. Que lo entendía y que no sabía que había que PASAR POR CAJA para recibir su atención. Esto le molestó bastante. Suele ofenderte más cuando te reconoces en la ofensa.
Recibí un mensaje en el que me había buscado en su facebook para bloquearme, para decirme que también había borrado mis comentarios de sus blogs y lo explicaba más o menos así:

¿Qué se siente cuando tu vida se borra desde un teclado como el mío? Cuando sabes que todo lo que has hecho escribiéndome ahora no es nada. Todos tus comentarios han desaparecido. Te he borrado definitivamente de mis páginas.  

Pues mi primera impresión es que mi interlocutor era una persona con trastornos del comportamiento grave o que en lugar de estar hablando con un tipo de cuarenta años lo hacía con uno de doce. Él podía haber borrado mis comentarios pero yo los había olvidado hacía mucho tiempo. Casi me hizo un favor. Algunas cosas que se escriben rápido y sin pensar y están en el blog de otra persona no se pueden editar. Están mejor silenciadas.
Luego decía que tenía cara de tonto o algo así porque había visto mis fotos en internet y que mi novia era inventada (típico proceder adolescente, creedme, de algo me tiene que servir la pedagogía).
También se había metido a leer mi blog y decía que mis comentarios eran los habituales de alguien que se cree por encima del resto del mundo y les da consejos que nadie necesita. Justo lo que él hacía entrada tras entrada de su página. Además de cosas peores. En el suyo por ejemplo llegué a encontrar una historia dónde le ponía una bandera española encima de la cara a una ecuatoriana fea (según sus palabras) para follársela mientras le hacía cantar nuestro himno nacional. Nunca le vi la gracia a ese tipo de basura. Ser transgresor así es fácil. Lo difícil es serlo y aportar algo positivo o con lo que poder identificarte. En la época de estas historias ya le fallaba la inspiración. O la usaba para polemizar faltando al respeto de los que ya suelen ser faltados al respeto habitualmente. Ir a lo fácil ya casi no es transgredir.  
El mail era muy largo. Se debía haber pasado mucho tiempo buscando quien era yo, relacionarlo con mi Nick, borrar todo, etc. Sólo porque le dije que no sabía que tenía que pasar por caja para que me hiciera caso.
Y lo cierto es que nunca un escritor me ha hecho tanto caso como este. Así que era hora de vengarme un poco. En plan suave. Sin cabezas de caballo en la cama o secuestros de familiares. En plan voy a echarme unas risas y sin consecuencias pero te voy a descubrir.
Me puse la careta de troll.

                                                                                      Continuará…



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