Prensa y etiquetas
Vuelvo a remover la prensa de distintas ideologías. Hasta dónde me llega la memoria siempre barren para casa. No hay concesiones al contrario. La información no debería ser parcial pero siempre lo es. Está escrita por sujetos luego eso la vuelve subjetiva. El problema es el grado de subjetivismo.
Nunca he pasado por un régimen dictatorial que pueda recordar aunque mi país, como el de cualquiera, lo haya tenido. Es por eso que desde que tengo uso de razón (no demasiado tiempo ya que sólo la uso en las grandes ocasiones) la prensa de mi país es “libre”. Y esa es la primera etiqueta con la que tropiezo. ¿Libre? Si trabajas para un periódico de izquierda nunca hablarás bien de la derecha. Tampoco de los anunciantes que te patrocinan. Si trabajas para uno de la derecha no aceptarás como válida ninguna opinión de la izquierda y cuidarás también a tus empresas anunciantes. Eso no me parece muy libre que digamos. Pero es que la misma etiqueta ya es una prisión en sí. Con la política pasa como con la religión, que cada uno la entiende como puede o como quiere. He visto gente con ideas francamente comunistas y viceversa apoyando un partido derechista, pura desinformación. En los pocos debates que tengo con conocidos se me ha acusado de toda la gama de ideologías posibles que hay entre la ultraderecha y la ultra izquierdista. Yo personalmente no me pienso alinear en ninguno de esos equipos, ni siquiera en los más centrales. Al final todo se reduce a meterte en un grupo y adoptar como propias las ideas de otros. No me da la gana. Si vas por libre te quedas con lo que te gusta de aquí y de allí. Y además, he descubierto que cuando apoyas a un partido apenas escuchas lo que dice el otro y si al otro se le escapa como por casualidad algo inteligente te lo vas a perder. Sólo porque tu credo o idea o política o vete tú a saber qué hermetismo nacido de todo ese etiquetaje te hace ver una parte del mundo pero te prohíbe la otra.
Y que conste que todo esto no es a favor del cambio de chaqueta, es diferente. Yo tengo mi coherencia a nivel interno. Es sólo que las ideologías grupales dan pena cuando no dan rabia o asco. El otro día me indigné viendo cómo a Vargas Llosa se lo quieren apropiar todos desde que le dieron el Nobel. Los de derecha subrayan algún artículo que dicen haber leído, los de centro izquierda que es un triunfo de las letras ¿españolas? por haberse nacionalizado de aquí, los peruanos que son los que más derecho podrían tener a decir algo al respecto apenas salen hablando tímidamente por las noticias de la prensa española. Y qué bueno cuando los escritores dicen que el triunfo es de Mario y de nadie más. Él hace grande a su país y a su continente y no al contrario. Amén por eso último. Se puede ser individualista sin ser excesivamente egoísta. Es que si te alinean a un lado u otro serás el malo o el bueno por motivos que ni siquiera podrás controlar.
Con todo esto digo que ya no creo en la prensa. Incluso en las dictaduras había más criterio para leerla (por lo menos sabías contra quién luchabas, imagino). Ahora, con la posibilidad de leer lo que quieres se te puede pasar por alto que tu periódico preferido no es infalible y que su información debería ser criticada tanto o más que la contraria (es más fácil que te engañen tus amigos a que te engañen tus enemigos).
Así que me levanto, leo la prensa de mi país sin pensar mucho en su ideología. Luego me voy a leer titulares de cualquier lugar del mundo sobre el tema que me interese y si no entiendo su lengua la traduzco con Google (y trato de montar el puzle de traducción que consigo). Finalmente pienso analíticamente sobre toda esa variedad de enfoques.
Al final no tengo la verdad absoluta. Pero sé que estoy dos peldaños por encima de los que la buscan desde la exclusividad de una ideología o una etiqueta.
Razón tenía el poeta que dijo que “el mundo es ancho y ajeno”.
Comentarios
Para mí, la verdadera tragedia del periodismo no es tanto que esté dejando de ser "libre", pues a fin de cuentas está siendo sometido a la misma esclavitud que todo lo demás, la pasta. Cuando uno navega en galera, sorprenderse de que su ticket de embarque no incluye camisa y sí azotes en la espalda, es tontería.
El problema es la escasísima repercusión que verdades como puños publicadas en las principales cabeceras de los distintos medios, e independientemente de su ideología, afectan el curso de los acontecimientos, y por tanto, a la vida de los individuos.
Sí, de vez en cuando cae un Watergate, o una niña desnuda escapando del napalm, pero como individuo, y en mi opinión, estos éxitos puntuales no justifican una vida donde tu productividad como periodista consiste en pegar gritos en el desierto, o en el mejor de los casos, reconvecer a los ya conversos, mientras combinas a los 35 años amargura de un hombre viejo con la precariedad laboral de un becario (uno en permanente amenaza de despido por "ideología improcedente").
El periodismo se muere porque cuando el hombre se ve obligado a sobrevivir, se muere el periodista.
Y así visto, hasta resulta comprensible que el cuarto poder se convierta en el decimoséptimo chiste de una sociedad enferma, en la que hasta los médicos que te han de sanar te recetan los medicamentos que les pagan vacaciones exóticas a fin de semestre.
P.S. Admirarás a aquel que buscando La Verdad, utilice el colosal traductor de Google para buscar las verdades parciales de otros periodistas a sueldo que escriben idiomas ininteligibles.
(Si es verdad que el paraíso ofrece 72 vírgenes, yo para ti pido mínimo 125. Eternamente depiladas, por supuesto).
"¿TE MANIPULO?"
Los de corbata fina
y las de faldas de satín,
¡no me manipulan!
Es fácil que en una sociedad
donde no te enseñan ha ser guía,
y dónde los que enseñan
tampoco lo son, ni quieren serlo...
-todos quieren ser titiriteros-
¡Claro! ahí donde todo lo queremos
molidito y en la boquita;
-debe ser muy lucrativo
ser manipulador-.
¡A la mierda! Con todos esos
que dicen tener necesidades,
primero se necesita tener principios,
para después saber cuantas
necesidades no tenía ni sentía.
Y lo peor de todo, es que hasta
el perro que no tiene chanda,
también aprovecha
la falta de liderazgo
para dejarse manipular.
Tengo mi disfraz mimetizado
con palabras falsas e hipócritas…
¡A ver, a ver! Dónde están
los estúpidos y las estúpidas
qué quieren que les dé por el culito.
un abrazo hermano.
""Es sólo que las ideologías grupales dan pena cuando no dan rabia o asco""
Esta frase es algo que siento yo tanto en este tema de política como en el tema religioso,,,odio todo tipo de fanatismo y de ideología grupal.
Y sobre este tema de fanatismo y religión tengo para escribir un libro.
Solamente añadir a tu comentario que yo no necesito rebuscar en otros lugares para estar en profundo desacuerdo conmigo mismo, pese a creer a pies juntillas todo lo que he escrito. Y es que es igualmente injusto no reconocerle al periodismo su capacidad de contención, si aceptamos que el mundo se iría al carajo mucho más aprisa de lo que se va si no lo tuviéramos; es precisamente ahí donde radica mi verdadera decepción de fondo para con "la prensa": que su capacidad tampón es casi tan incuestionable como su histórica inhabilidad para detener la hemorragia.
Fin de las metáforas Tampax.
El problema es de la prensa, pero tambien de la gente. La educación debería ser la base para crear seres humanos que fueran capaces de pensar por si mismos y no putas ovejas. ¿Lo veremos? me da que no. La especie humana es gilipollas (con perdón).
Inteligentes reflexiones.
Estoy de acuerdo, Neko. La educación en la que nunca se invierte lo suficiente, por algo será, es uno de los problemas a tratar.
Meme, eso lo siento en el tema religioso, político y en un puñado de lugares más. Sólo pensando un poco más sobre lo que te rodea te olvidas de la visión unidimensional. No es difícil. Sólo lo parece cuando no se practica.
Los partidos son una vergüenza, ya que en ellos, dentro de cada uno, no se tiene la posibilidad de reflexionar y proporcionar ideas contrarias a lo que la dirección de un partido ordena. No hay REFLEXIÓN, sin ella estamos perdidos.
Gracias a escritores como Vargas LLosa uno puede llegar a sentirse libre de verdad, aunque sólo sea durante 400 páginas.
Un saludo.
Muy mucho.
La libertad es un refugio solitario. En el siglo XXI no tiene muchos seguidores. La persona libre ya no quiere opinar. Los esclavos dejan que otros piensen por ellos.
Muy buena entrada
Besitos!
Me retiré de él durante un periodo de hibernación total hasta que entendí que sólo me llevaría a la ignorancia y el descrédito de todo.
los más cerrados e inhibidos
es una forma de despejar dudas de aclarar su propio sistema interno o traducirle en forma de tangible
para mi sólo cuenta lo intangible
como tu estar por encima de todos y sacar lo mejor de unos y otros
los libre pensadores
en la prensa no existen
ten en cuenta q los periodistas también se están ganando la vida
y en cuanto a la religión
es una metáforo
Dios es siempre igual
sino tenemos a muchos filósofos para aclarar dudas
lo q ya no me gusta es la interpretación a través de los lideres de la religión como si fuese distinto un Dios de otro en fin
la política es perversa
atrapada en un sistema ireversible
la verdadera política se hace desde abajo
pero ahí entra ya la apatía generalizada
el borreguismo
en fin
intento ser fiel a mi misma
Saludos y buen blog.
Gracias Gincrispi. Se agradece el paseo por aquí y por supuesto el comentario.
Coincidimos en como nos informamos. Yo por ejemplo, trato de informarme de lo que pasa en mi país a través de los medios de comunicación de aquí y de lo que ocurre aquí contado por los de allá; no siempre quedo satisfecha, pero me parece que así recibo una información menos parcializada.
Besos brujos y feliz fin de semana
De acuerdo en la manipulación, en la mentira continuada de los medios y de los poderes, nunca hago concesiones a la opinión pública, mi divisa es, hoy como ayer, la gran frase de Maquiavelo: "sigue tu curso y deja que la gente hable".
Es una entrada apasionante y que da para mucho, por la reflexión de algo que me parece evidente, como a tí, pero que nadie comprende. ¡Qué cruz! La peor soledad que hay es el darse cuenta de que la gente es idiota, Houllebecq.