Crónica de un fracaso no anunciado (al menos por la prensa muda)
Tenía que votar aunque fuera al aire. No me gusta el sistema pero tampoco la vida y sin embargo sigo sin suicidarme. Así que mi primo me dio el fin de semana libre. Ida y vuelta a Barcelona y todo porque no me trasladaban el colegio electoral a Murcia. Tenía que ir yo al colegio. Pero el tema era otro. Yo volaba a Barcelona por un voto y una revolución que de todos modos era más interesante en Madrid. Si quería informarme mejor sobre el tema sólo tenía que regresar a lo que ya había visto días antes. Siempre he dicho que no tengo fe en la prensa ni en la televisión. Ahora todavía menos ¿Se puede perder una fe que no tenía? No debería enfadarme por lo que ya sabía. La prensa engaña más por lo que oculta que por lo que enseña. Simplemente no hablan de algo y el mundo que vemos es como una pequeña parcela.
Tuve tiempo de ver a una parte de los rebeldes. Un buen montón de personas acampando y pidiendo algo no demasiado concreto en principio. El desorden no es bueno. Estoy seguro de que había ideologías muy distintas entre todos ellos. Pero también de que todos estábamos de acuerdo en que los políticos corruptos sobran y que “tantas corbatas y tan poca vergüenza” es lo que pensamos todos (como se leía en uno de los cientos de mensajes escritos por la plaza).
Con la mayoría de los que estaban allí no me hubiese tomado ni una caña en un bar pero en ese contexto no sólo no me molestaban sino que les tenía bastante simpatía. Era sorprendente el esfuerzo de paz y calma y hasta civismo que se consiguió. No puede ser fácil que varios cientos de personas no degraden una plaza si se agolpan en ella pero no, todo bien, hasta improvisaron ceniceros partiendo latas de cerveza y arremangando los bordes afilados hacia dentro.
Había algo de festivo en el ambiente. Se mezclaban las edades, los sexos, los inmigrantes, los desposeídos. Daba la ilusión de que en esa plaza se habían suspendido temporalmente las clases sociales o los rangos y todos éramos efectivamente iguales. Se pedían derechos y se exponían ideas con megáfonos que no estaban diseñados para esos anfiteatros improvisados, el sonido sólo te llegaba si tenías enfrente al orador, los que estábamos a los lados apenas escuchábamos al ponente y sí a las personas que tenía cerca. A una de esas personas le pedí con la amabilidad que me caracteriza que se fuese con el móvil a otra parte:
- ¿A qué coño vienes a la asamblea si vienes a hablar con el móvil? ¡O te largas de aquí o te meto el móvil en el culo!
Todos me miraron como si fuese el típico exaltado que usan las noticias para hablar mal de esta gente. Pero como el tipo se fue con su móvil sin rechistar yo pude controlar el genio y no dejar mal al movimiento pacífico (el sol me calienta más de la cuenta).
¿Y qué pedían? En algunos casos utopías, en otros imposibles y en casi todos los casos propuestas muy racionales. Cuando escuché trabajo para todos y no más políticos o cosas así ya supe que no se conseguiría nada pero como decía otra de esas frasecitas escritas por ahí “si luchas puedes perder, si no luchas ya has perdido”.
Allí era una lucha muy Gandhi. En realidad ni era lucha. Era protestar pero más que nada soñar. Toda la gente que conozco estaba a favor de ellos. Y yo también. Ya he dicho que no de todas sus propuestas pero sí de las más votadas.
Por la noche regresaba dirección Lorca para seguir temporalmente con lo mío y lo de mi primo y escuchaba con horror el triunfo abrumador de los políticos corruptos en Valencia y del partido en general. Ya lo sabía. En cierto blog ya dije que todos sabíamos quien ganaría las elecciones. El poder es una tarta que se reparten entre dos partidos aparentemente opuestos de cara a la galería pero muy acaramelados entre bastidores.
Recordé las asambleas. Una de ellas al lado de un árbol y una fuente donde hace tres años le quisieron robar el bolso a mi pareja mientras estábamos en lo nuestro.
Me siguen indignando más los chorizos a gran escala.
De momento sólo veo una batalla perdida.
Comentarios
Pero a la vez, me parecen demasiaso tiernos y desdibujados, una vez pasa el rato de quejarse, viene el de plantear alternativas, y ahí los encontré tan tiernos, tan verdes, tan bucólicos, (eso sí organizados, limpios y ecológicos)
Me temo que se pierdan en nada, y nosotros con ellos, porque la voluntad de cambio nos enmcamina hacía atrás, eso sí vestidos de azul y encantados de conocernos.
Hoy no estoy muy animada, pero seguro que remonto, no me queda otra,
Un beso
Me ha encantado tu crónica. Debería fijarse alguien en ti. Si se (te) fijara un partido político, para encabezar una lista de sopa de letras y palabras infinitas, por lo menos. Y si se (te) fijara un periódico o medio de información alguno, para que le retrataras la sociedad sucia que te ha tocado vivir y que nos está tocando la moral y lo que no suena...
En fin, sobre todo gracias por haber regresado, y por hacerlo por la puerta grande...
Un abrazo
Mario
Las protestas van a seguir, eso está claro. Y espero que sean más concretas en el futuro. Orden, sólo hace falta orden y pedir el tejado de una casa antes que la Luna.
Mario: Aquí el placer de leerte es el mío que hasta comentando eres tan grande como en tu blog. En cuanto a partidos políticos que se fijen en mí, no sé, no doy el perfil. Una vez fui encargado o medio jefe de un cine y no pasé de compañero simpático. No consigo el nivel de cabrón requerido para ciertos puestos. Y las letras requieren cierto grado de irresponsabilidad, nada de estar organizando a gente que a veces se sabe organizar muy bien por sí misma. Un abrazo desde, otra vez, Lorca (tengo que parar un poco, sólo el viaje y los transbordos de tren a aeropuerto y jornadas al sol etc, me han matado). Mañana resucito.
Hou con tu post recordé el mayo francés, cuando el grueso de las protestas finalizó al anunciar De Gaulle las elecciones anticipadas que tuvieron lugar el 23 y 30 de junio de 1968.
Pero en este caso no soy tan optimista. Primero porque Zapatero no es De Gaulle; segundo porque el movimiento está igual o peor de disperso que los estudiantes franceses del 68, ni antes ni ahora se tenía un proyecto claro, y a la hora de la toma de decisiones siguen votando a los mismos políticos de siempre con lo cual no se observa cambio ni a corto ni mediano plazo; y tercero me parece que fue algo coyuntural y que mucha gente asistió más por novedad y cotilleo que realmente porque sintiera que pudiera hacer o contribuir con algo.
Espero equivocarme y que el 15M haya sido el primer paso hacia un futuro mejor para todos.
Besos mágicos
Mi posición es que estoy a favor de la propuesta antes que de no hacer nada pero no me hago ilusiones. ¿Crees que a los políticos les guste tener a esos jóvenes en sus plazas recordándoles lo inútiles que son? Sólo por molestarles ya es más que nada.
UN ABRAZO
Y los de las porras... que se vayan a la porra, como decías en mi blog hace un rato: después de la represión ahora hay más gente. Esto sólo ha hecho que empezar.
El otro día una chavalita subió para comentar que esperaba que no terminara nunca la acampada, que era genial, que los quería a todos y no sabría qué hacer cuando acabara... no sé si se tratara de algo aislado, pero me dió que pensar aquello que dijo.
Bueno, el tiempo nos dará o quitará la razón
Pero además de ser una guerra suave es una especie de fiesta para muchos. Y aún así hay mentes pensantes detrás y mentes que piensan bien. Confío de verdad que se organizarán mejor y lo harán bien. Estas jovencitas y en general los que quieren recuperar Woodstock no ofrecen una propuesta seria pero hay mucho más que eso. Confío en ello.
P.D. Siempre me esfuerzo por cambiar eso que dices y lo consigo mucho tiempo. En el fondo soy optimista pero a veces cuesta tanto...