La boda de mi primo(y II)
Las bodas son odiosas pero esta lo fue
menos. Estaba sentado esperando a que aparecieran los novios. Había mucha discusión.
Entre dos hombres… ¿Cuál llegaría primero? Pero la lógica respuesta llegó
pronto: los dos a la vez. Seguidos por su corte de pajes (la hija de mi prima
con un año hizo un buen paseo detrás de su tío pero se estaba comiendo el ramo
de los novios).
Estábamos en una carpa al aire libre y
junto al restaurante. Me sentía en una serie americana de la Fox con mucho lujo
y mucho pijerio y algunos escotes sabrosos por las cercanías. Normalmente no
quiero despistarme con eso, lo prometo, pero mis ojos son independientes de mi
correcta educación.
El futuro marido de mi primo tenía una
familia catalana de alto abolengo y bastantes pelas. La sensación de estar en dicha serie lujosa de la Fox
persistió todo el tiempo.
Alguien nos hacía fotos a los que estábamos
sentados y le sugerí a mi sobrina que le pusiera cuernos con los dedos a mi
padre para aprovechar el despiste y ponérselos yo a ella. Tenemos una bonita
fotografía que se podría llamar “tres generaciones haciendo el tonto”.
Me emocionó que mi primo se acercase a mí
para saludarme con un beso pero ojo, este no era gay, era más del estilo
familiar con el que los hombres se dan besos en las películas sobre la Mafia.
Les casó alguien autorizado por el
Ayuntamiento de la población de Blanes (de allí es mi primo) y nos soltó un
discurso lleno de chistes que seguro que se los hacía a todos los que se
casaban y eran bastante malos pero que prefiero a cualquier sermón bíblico,
cualquier cosa menos la Biblia y sus profetas tristes y sus continuas quejas.
Todos estaban muy emocionados con esa boda
entre hombres. Todos menos los niños que aceptan más rápido las novedades. Mi
sobrina a los cinco minutos me preguntó que cuando saldríamos de esa carpa y
esa boda para jugar, que se aburría…
Y se casaron. Y luego se hicieron
fotografías. Ellos y los familiares. Y eso que por el lado de la familia de mi
primo falló casi todo el mundo menos mis padres, mi hermana y yo. Mi familia sureña anclada en las viejas escrituras, ya sabéis.
Casarse es ser el centro de atención de
todo el mundo. Eres como un juguete para tus invitados (que se besen y se
besan, que bailen y bailan, que se desnuden como dijo uno y… bueno, en esta
boda también hubo límites).
La comida y esas carpas al aire libre
estuvieron de lujo. El baile con la gente forzándote a bailar no me gustó
demasiado. Mi cuñado se puso equívoco y me quiso sacar a bailar aprovechando el
ambiente laico. El pasodoble español fue un golpe a mi hígado de bailarín y la
sardana compensatoria una patada en los huevos. Descubrí que musicalmente
hubiese preferido un ambiente verdaderamente gay y a Lady Gaga, Scissors Sisters,
Rihanna o cosas así. Pero ni por esas. Folklore patrio de ese que detesto.
Siempre he detestado las bodas pero este
era un primo muy cercano. Como su hermana y sus padres.
Esta boda tuvo un buen ambiente y buena
comida y escasos formalismos pero una boda es una boda y siempre lo será.
Si alguien pensaba entre el público que una
boda gay tendría particularidades más grandes que ver a la pareja llegar a la
vez… se equivocaron.
Las bodas son fósiles de viejas costumbres
a las que yo no les encuentro más sentido que el del espectáculo por el
espectáculo. Todo lo demás es buscar compromisos a base de papeles porque los
de palabra parece que no convencen.
En algún sitio he leído que el primer paso
para divorciarte es casarte.
Comentarios
Y bueno, en mi boda éramos ocho y la música sólo la hubo en la ceremonia. No hubo baile ni esas historias. Y no se echó de menos,. la verdad.
besos
Esteer: El problema que le veo a las bodas es que dos personas que deciden vivir juntas no saben lo que les depara el futuro y por supuesto no necesitan que todo el mundo vaya a ver su amor. Está claro que las bodas es lo que separa más la mentalidad de hombres o mujeres. No he visto más que a un uno por ciento de hombres que vayan por iniciativa propia a una boda(a casarse, digo). El resto lo hacen por satisfacer a su pareja. Parece que el hombre da por hecho el amor y la mujer necesita recordatorios o algo así pero no me hagas caso, son teorías mías.
No fui por el simple hecho de que las bodas me dan sarpullido.
Si no me queda más remedio, soy la impresentable subida en tacones de vértigo que no para de devorar el catering y de beberse los buenos tintos.
Luego si me prometen paquito el chocolatero y el ya no puedo más de Camilo sesto, me quedo, me doy el gustazo de desfasar y con las mimas me largo a hacer la digestión de la boa.
Besos
lo que sí es obvio, y un poco pesimista, pero cierto al fin y al cabo, es que una boda es siempre el primer paso para un divorcio. pero no por eso debería dejar de casarse la gente. ni que sea por las horas de diversión y luego ya, vuelta a la realidad.
un abrazo
Lo de las bodas son fosiles de viejas costumbres es muy real, aunque yo formalice mi vida en pareja hace años, solo lo veo un mero formalismo, para mi solo cuenta lo que te dice la piel a piel...y el matrimonio solo es un contrato...
Bss
hilia: Si se trata de divertirnos no deberíamos preparar la ceremonia y nso ahorraríamos los gastos del cura. De hecho la ceremonia la podría montar yo para mis familiares y hacerles algún monólogo gratis y sin cobrarles ni un euro. Y luego la fiesta. Una boda con toda esa parafernalia de elegir trajes y pagarlos, de ir emperifollado-a, de... Bueno, como decía más arriba a mí me gustan como a tí pero solo cuando el que se casa o quienes se casan son muy cercanos o los veo habitualmente. Si no, me aburren. Pero este tema estaba pendiente desde hace tiempo porque quiero demostrar una teoría: las bodas son cosas de mujeres o gays. Y no, no es un cometario reaccionario o despectivo, es lo que hay para bien y para mal.
Zavala: Como estoy en pleno post de estudio antropológico para demostar una teoría privada, que las bodas no son cosas de hombres, te diré que tu eres el ejemplo de lo que pienso. Ningún hombre se casa por sí mismo. Te puedes casar porque te lo pide tu amor, porque te sacrificas, porque te obligan, porque... Nunca por gusto. Yo también me casaría por alguien que qusiera casarse conmigo y a quien yo quisiera. Tendría que querer mucho pero lo haría. Y sería un sacrificio absoluto. En fín, este es un post en el que requiero comentaristas masculinos pero voy a tenr lo cotnrario, aún así, ya te digo, confirmas lo que pensaba. Incluso conozco hombres que han convencido a sus mujeres de que ellos también querían la boda ¡Y es mentira! Saludos.
Nunca he ido a una boda gay, pero por lo que cuentas es el mismo potro con distinta guasca.
Aunque como soy tan contradictoria, para no entusiasmarme las bodas me he casado tres veces, (que tal que me gustaran) y la verdad es que lo que más eché de menos fue la fiesta en toda regla, las mías se redujeron a cumplir con el rito y una pequeña celebración para que no pasaran en blanco del todo snif...
Besos cargados de energía positiva y feliz fin de semana
No me volvería a casar por nada del mundo, con o sin bodorrio.
Eso sí, he disfrutado mucho en algunas bodas iendo de invitada, hasta me he emocionado... Últimamente también me emociono, pero en plan negativo pensando "¡Menudo ERRORRRR!"
Te envío besos y te deseo un buen final de puente
UN ABRAZO
Angèline
ladamadelasnieves: Entiendo lo de tu amigo y su forma de pensar pero habría que ver la relación que tiene con su familia. Yo tampoco voy a la mayoría porque tal vez no me importan no sólo los que se mueren, sino también la familia que va por compromiso. Pero claro, si es quién importa pues lógicamente lo haces y no piensas ni por qué. Si realmente quires no hay duda posible. Lo de hacer concesiones a creencias que no son las tuyas está bien como gesto por quienes importan pero nunca perdiendo de vista cual es el motivo. Yo fuí a la boda y le dije a mi primo que todo estaba bien y me preguntó si estaba de broma(lo malo de usar mucho la ironía es que no te creen cuando dices la verdad). Le dije que me lo estaba pasando bien y que todo estaba saliendo perfecto porque era así pero no evité decirle que era un hortera por lo de casarse. Como ahí pareció que me vió en mi personaje o en lo que al él le cuadraba de mí se rió y supongo que entendió que yo sigo sin respetar las bodas ni su significado pero a él sí. Creo que se puede respetar a personas cuyas creencias no respetas. Porque no, no siento respeto por la religión, por cualquier superstición, por las ceremonisas como bodas, bautizos y similares, ni por nada parecido. También hay gente que no respeta mis comics y sin embargo me consta que a mí sí me respetan por lo general. La gente no es sólo una faceta de su vida, son muchas, que no respetes una, no descalifica el conjunto. Y cuando lo explico de este modo me voy manteniendo dentro del contrato social y sus escollos. Casi siempre. Saludos, Angèline.
Ni el amor depende de ellas, ni su presencia desmerece el sentimiento.
Una boda gay es una boda, la misma celebración la misma ilusión, el mismo miedo vestido de gala.
Ya lo de los bailes, merece un análisis específico, desde la música elegida, a los/las pesad@s que se empeñan en que todos se contoneen con más o menos gracia.
Comparto la idea de que el respeto o el cariño por alguien va mucho más allá de estas formas o creencias, y lo importante son las personas, bodas a parte.
Un beso
Un abrazo tío,
Serchworld: Espero que en tu boda si la hubiera me pusieras "My vision" o mejor la cantases en directo. Sería diferente y de mejor gusto. Pero nada, que si te empeñas con Paquito el chocolatero yo también paso por ahí. Ahora que bailar no, eso sí que no. ¿Cómo se baila eso sin alcohol en el cuerpo?
No estoy nada de acuerdo con algún comentario, pero aquí no se comentan comentarios, o se contestan, así que... ya lo has hecho tú, y te ha quedado genial. Una boda no es para toda la vida, ahora mucho menos, pero en fin...
Y creo que el primer paso para separarte es el colmo de la buena suerte, además: preguntarle a ella mientras le miras a los ojos, ojo, dije a los ojos... ¿estudias, trabajas, eres de por aquí, o quieres tomar algo? y que ese día Cupido esté sin nada mejor que hacer y la faena te salga redonda, de puertas para adentro, primero, y de puertas para afuera con el tiempo.
Es un placer leerte, Sergio, por tu forma de escribir lo que dices, por tu forma de retransmitir tu cotidianidad.
Muchas gracias, también, por pasar por mi blog, por leerme, por comentarme. Gracias. Sé que no contesto los comentarios allí, nunca lo he hecho, no sé bien por qué... pero bueno, cada vez que alguien me escribe algo, le devuelvo la visita para darle las gracias infinitas y algo más.
Un abrazo, mafioso.
Mario
Aaaaaameeeeen!!
jajaja
El último párrafo, vamos!! ni que lo hubiera escrito yo (aunque mucho mejor que si lo hubiese hecho)
A mi no es que no me gusten, ni me dan alergia como a Verónica. La verdad es que voy a muchas, primero por trabajo y segundo por mi edad, en la que todos mis amigos empiezan a casarse jajaja.
No termino de entender por qué mis amigos se casan, aunque muchos lo hacen por cuestiones prácticas, otros lo ven aún como algo romántico y yo, confieso, disfruto viéndolos felices a ellos. La empatía es lo que tiene jajaja y me lo paso estupendamente en las fiestas (y eso que a penas bebo!)
Por cierto, a mi me encanta bailar, pero no ando sacando por ahí a la gente. Que baile quien quiera!
Besos
En cuanto a lo de comentar comentarios aquí hay libertad para todos. Siempre que cada uno cargue con sus discusiones yo dejo el debate abierto. De todos modos yo no no estoy en desacuerdo ni con los que están en desacuerdo conmigo porque no me tomo nada a pecho. Ya ves que no pontifico o esa es mi intención desde mi blog. Que lo que digo lo digo a título personal y que si a mí casarme no me sentaría permito que a los que sí no se les ague su fiesta. Yo sólo digo que algo no me gusta y explico por qué. Si importarme mucho que alguien defienda a capa y espada lo contrrio porque en este terreno de frases todo eso no me afecta. Bien mirado tampoco me afecta en la vida real. Cuando esquivo bodas que no me interesan no me llegan quejas. La gente prefiere criticar a tus espaldas. Desde luego es la mejor de criticarme a mí que no me callo nada, les entiendo.
Las bodas son una horterada y nunca las respetaré y así lo hago saber incluso a los que se casan pero no me pongo pesado con ellos. Nunca he convencido a nadie poniéndome pesado. Y luego está que con algo de vino encima y en esos ambientes no percibo tanto la horterada o me duele menos y que si hay alguien que tiene una ilusión y te cae bien lo mejor es dejarle en esa ilusión. A mí me gustaba más cuando creía que David Bowie era dios que cuando me volví ateo hasta del arte, la ciencia y cualquier cosa. Y lo mejor que tienen estos asuntos es que para tí o para mí ya hay una excusa para relajarnos o exaltarnos pero en cualquier caso disfrutar frente al teclado. Espero que a tí te bombardeen esas excusas.
Y sí, bien mirado lo de los escotes es cierto. Mirar sin querer es natural y no le puedo poner barreras a la naturaleza. En realidad sí estamos de acuerdo si lo pienso mejor o me lo haces ver.
En cuanto a que comentes aquí o allí da igual porque ya te he dicho que tus comentarios son un lujo y si son en mi terreno mejor que lo tengo más a mano.
Unm abrazo, Mario.
¿No sacas a bailar a la gente? Pues una bendición para tí. Aunque no crea en Dios pero te bendigo igual.