Mucho mal rollo
Estábamos
en los juzgados. El hijo del vecino por golpearme, estrangularme unos
segundos, aplastarme con su cuerpo cien por cien grasa, cero coma
cero por ciento cerebro. El padre le acompañaba acusado por pisarme
la cara. Lo vimos por aquí hace algún tiempo.
Tras
más de un año sufriendo los titubeos y errores de la
justicia(perdieron mi informe forense de daños y tuve que repetirlo,
ir a que examinasen mis desaparecidas heridas o rasguños tras varios
meses) había juicio. Pero la situación y la estrategia eran otras.
Estaba claro que a pesar de la buena intención de los que me
hicieron el informe y pusieron daños psicológicos por asalto, tenía
todas las de perder como acusador contra mis vecinos.
El
hijo vestía como un pordiosero, truco gastado para que des sensación
de indigente y pagar menos si pierdes el juicio. ¿Engañan todavía
así a los jueces?
Una
semana antes había leído el sumario de mi caso. La noche del
incidente se presentaron los mossos en casa de los vecinos. El
energúmeno junior comenzó a increparles "Sois unos bufones
del de abajo, sois unos bufones...". Eso se tradujo en
resistencia a la autoridad y los mossos le habían denunciado.
Primera carcajada frente al grueso sumario de tan escaso caso. Mis
vecinos creen que muevo los hilos de los mossos d,Esquadra y los
jueces. Pero la vida quería más bufonadas para satisfacer al vecino
joven y patán. Allí mismo, mientras esperaba a L. y en el pasillo
del juzgado a escasos metros de los vecinos, salió un alguacil de
una sala al que conocía bien. Un antiguo amigo trekkie con el que
había compartido aficiones, colegio e instituto. Nos abrazamos
emocionados por el inesperado encuentro mientras el hijo del vecino
me señalaba y gritaba a su padre: "¿Lo ves? ¡Los conoce a
todos! ¡Los tiene comprados!La justicia es suya" Le
expliqué a mi amigo lo que ocurría, se rió un rato y me deseó
suerte mientras desaparecía con unos papeles y un acusador y un
acusado a su propia sala contigua a la mía.
De
todos modos yo tenía las de perder o las de ganar a medias, a lo
pírrico. Los vecinos, desesperados y agotados por el pegamento que
acostumbro a poner en la cerradura del maletero del coche(aseguraban
haberme filmado con una cámara) habían pedido proceso de
conciliación en el Ayuntamiento. Estábamos negociando un armisticio
y el juicio no favorecía la diplomacia entre ambas partes. Ese día
ya era tarde para acusar o no era el momento, había que al menos
postergar esta lucha así que me alegró ver llegada y alterada a la
rezagada L. y acercarse a los vecinos para sugerirles: "Mira,
todos queremos que acabe ya esta guerra y ahora tenemos todo eso del
Ayuntamiento que ustedes mismos han solicitado. Si quieren hablarlo
lo hablaremos. Nosotros suspendemos temporalmente este juicio y ya
discutiremos qué soluciones hay a nuestros problemas con el ruido a
ver si todos podemos vivir en paz de una vez".
Alegría,
buenas caras, alivio en los crispados rostros del padre y el hijo,
observación atenta desde dónde yo estaba...
Hablamos
con nuestra alguacil cuando salió y le pedimos una suspensión por
seis meses. Tras hablarlo con los jueces en la sala nos dijo que
subiéramos a tal planta y pidiésemos por escrito esa suspensión
temporal.
Los
cuatro juntos en un ascensor. L. hablaba con el chanchito como suele
llamarlo ella. El padre no hablaba con nadie, decía al aire que yo
dejase de llenarle de pegamento las cerraduras del coche y me llamaba
delincuente(le dije que eso no era delito, que era falta, que se
leyera mejor las cédulas que nos enviábamos el uno al otro cuando
nos denunciábamos mutuamente) pero él seguía con su tono de viejo
cansino y pesado: "¡Deja de delinquir, deja de delinquir!".
Y el hijo diciendo que yo no estaba muy bien de la cabeza, y L.
intentando apaciguar los ánimos y tratando de calmarnos.
Claro,
los guardias de seguridad tuvieron que situarse como barrera entre
los vecinos y yo y regresamos a la casilla de salida.
Hay
diferencias que sólo se solucionan con la muerte de alguien y no, no
estoy pensando en tomar parte activa. Sólo digo que el diálogo es
para los que hablan la misma lengua y que el castellano de mis
vecinos es una lengua y el mío es otra y que ellos hasta la fecha
sólo han reaccionado favorablemente al terrorismo de un bote en el
que podemos leer la marca "Loctite".
Comentarios
Seguro que se mudan en unos meses (cruzo los dedos) o le toca una buena primitiva y les das dos palmos de narices y un buen bote de Loctite.
Besos
Vaya S.
Estoy de acuerdo en lo de hablar o no el mismo idioma, pero.bueno, confiemos por una vez ...
Pilar: Si se mudasen sería casi tanto o más que la lotería. El dinero en exceso produce problemas o eso dicen. El silencio no. De todos modos ya voy sabiendo que yo supongo también un incordio y un problema(hasta un cierto temor) para ellos. Las cosas están tranquilas y se van resolviendo a la mala. Eso es un golpe terrible para el pacifismo. Me siento como Harry el sucio.
Daltvila: Es que el título da mucho juego, me encantó cuando lo leí y no pienso cambiarlo más, je,je Todo esto para nada, para hacerse mala sangre.
No confío en hablar el mismo idioma pero sí en que me entiendan con interprete o traduciendo. Y todo va mejor como vengo diciendo. Saludos, Dalt.
Confío en que tarde o temprano puedas solucionar estos malos rollos con tus vecinos, y aunque hablen un castellano diferente, creo que pueden llegar a un acuerdo, pues por suerte cuentan con L que paracer ser un sol.
Besos (BEP no puedo evitarlo jajaja)
Saludos estés donde estés que parece que es de vacaciones. Besos.
Es lamentable no tener más comunicación y empatía.
Vecinos desagradables tenemos todos, pero creo que aquí, nos ganas a todos.
Que sea leve y a ver si se mudan.
Espero que todo se solucione de la mejor manera.
Un beso grande y feliz verano...
Enya: Gracias, Enya, ya he contado estas cosas por aquí antes y lo sabes. Feliz verano y regresa pronto.
UN ABRAZO BROTHER
Pero bueno, me preparo un café, imprimo tus dos malos momentos escritos, me voy al sofá con tus letras en una mano y con la taza en la otra, y te leo, y te disfruto para volver a gozar como un yonqui necesitado de sus rallas, de sus caballos, de sus mascotas retóricas.
Porque sabes sacarle partido a las cotidianidades. Vamos, que conviertes tus momentos en capítulos, y tus días y semanas y tiempos en auténticas novelas. Genial. Siempre. Y, para más inri del bueno, aciertas a la hora de plasmarlo, que es lo que me gusta. Mejor.
Mientras te mezclaba con el café no dejaba de pensar que tenía que contestar a tu comentario en mi espacio. Agradecerte que sigas siguiéndome. Que me leas, que me comentes aunque no te conteste allí y acabe amarrando mis barcos de papel en tu ensenada. Lo de la ensenada me va de vicio, aquí. Porque yo me refiero a esa parte de mar que entra hacia adentro y puedes dejar bien aparcado un barquito velero llamado "malrollo V" Y ahora me doy cuenta, mientras te comento que también una ensenada es algo dispuesto en forma de seno. Mira tú qué bien.
Sergio, no me asustan ni me preocupan tus infinitos comentarios. Qué va. Además, te entiendo a la perfección. Son geniales porque es como si dejaras en mi blog parte de tus vivencias. Y eso es de agradecer. Pero lo mismo me sucede contigo. Que al comentarte de tanto en tanto, lo hago de manera extensible, acordeónica... Y si es por eso, también yo tendría que pedirte disculpas por si algo de lo escrito y depositado aquí no llegas a entenderlo.
De todas formas, si así sucede, puedes anotármelo y, prometido, te envío un solucionario.
En fin, amigo, que es un placer contar contigo para contarnos cosas.
Un abrazo
Mario
En cuanto a lo de no entender algo que escribas es cuando menos divertido. Escritura más diáfana no la hay. Si fueras pedagogo como yo a lo mejor te valorarías en tu justo punto con eso de escribir pensamientos y sentimientos complejos y expresarlos tan bien. No es fácil y es curioso que los que mejor lo hacen son los que más temen no ser entendidos. Es como si sólo se pudiera ser grande dudando de que lo eres.
Por otro lado ya me has pillado. Los malos rollos tienen su medicina en la escritura y el redactado. Destilando la mala leche acaba saliendo algo mejor y ya puedo salir a la calle con otra perspectiva. Además, sobre el papel o la pantalla del ordenador me puedo reír lo que no me río mientras lo vivo.
Por último decir que me agotó tu hospitalización a dieta de café. Parece que la vida nos busca el talón de Aquiles de vez en cuando, que nos hace débiles por un tiempo para rompernos y ver luego como nos recomponemos. Espero que estés bien y que puedas seguir ahí. Un abrazo.