Amigos y ficciones
Hace poco
comentaba con J. lo poco que sabemos de la gente. Amigos que conocemos de toda
una vida. Los vemos al cabo de años y aunque en un estudio preliminar nos
parezcan los de siempre, un dato que no sabíamos de ellos nos sorprende. Altera lo que sabíamos de ellos.
Un vecino
nos cuenta que X., al que creíamos un tipo tranquilo, ha salido corriendo de un
bar dónde los parroquianos querían molerle a palos ¿Qué hizo? A otro que
destacaba por ser tímido y buen estudiante lo coge la policía por
exhibicionista. Sorpresas. Pero no deberían serlo. No sabemos nada sobre el
prójimo. Tengo vecinos que son “hola” y “adiós” durante años. Conozco mejor la
vida íntima de un bloguero que conocí ayer que la de estos vecinos tan
cercanos. No conocemos a nadie. Aunque vivas con ese alguien. Tenemos una somera
idea de los demás pero siempre faltan datos. Los otros siguen siendo
constructos de nuestra mente. Son personajes que nos montamos en la cabeza con
lo poco o mucho que nos dejan ver o nos cuentan sobre ellos. Si hacen algo terrible
nos olvidamos de lo mucho bueno que hicieron. Si hacen algo bueno, dejan de ser
tan terribles como creíamos. A veces el prójimo vale por la última noticia que
tenemos sobre su vida. En cierto sentido las personas que conocemos son
personajes de fantasía no menor que Sherlock Holmes o el monstruo de Frankenstein.
Incluso nuestros familiares.
Llevo semanas
siguiendo la evolución culinaria en facebook de un viejo amigo que siempre ha
destacado por su seriedad y su poca disposición a hacer el payaso. Siempre
sobrio. Poco dado a hacer chistes o buscar situaciones ridículas. Pero cada
Lunes nos enseña su última tortilla de patatas. Yo miro las fotografías y me
muerdo la lengua por no decirle que no entiendo el sentido de que nos muestre
siempre el mismo plato. Bueno sí, que no sabe hacer otros. Y que este le debe
enorgullecer. Pero que no se flipe que solo con eso no le van a llamar de
MasterChef.
Recuerdo una
época en la que estuve de monitor de comedor. Había niños normales (la mayoría), niños traviesos (unos pocos),
niños pelotas y algún que otro delincuente en potencia al que agarré de la
solapa en un rincón y amenacé de modos que no necesitáis conocer. Pero una de
las niñas me llamaba siempre la atención. Cada vez que terminaba su plato
corría a enseñármelo para que aprobase lo limpio que lo dejaba. Cuando se lo
celebraba se sentía realizada. Se iba sonriendo y feliz a su mesa dispuesta a
encarar el postre con no menos alegría. Espero que no haya crecido así,
dependiente de la aprobación ajena para ser feliz. Pero el caso es que mi amigo
el “tortillero” me parece que enseñándonos su plato en Facebook busca el mismo
tipo de aprobación. Es el mismo tipo de “busca-me-gustas” que pulula por esas
redes sociales. ¿Y a quien no le gustan los "me gusta"? Pero él vive colgado de
la aprobación ajena. Para mí ha dejado de ser un ser humano para convertirse en
una tortilla semanal. Ocasionalmente hace aportes no menos interesantes como
las nubes que se ven a través de la ventana de su cuarto o la lluvia que ha
caído. También fotografía una estatua delante de su casa y el estado en que la
dejan las palomas o los viandantes. Minimalismo informativo, podríamos
llamarlo. Y después de poner todo eso me lo imagino esperando la limosna de los
clics en “like”, los pensamientos positivos de las amistades que nos tenemos
que sentir fascinados por esa vida tan interesante. Yo la última vez,
aprovechando que vivo cerca casi le digo que me invitase a su última tortilla. Que
enseñase menos y aportase más. Al menos que sirva de algo tanta publicidad.
Nunca me ha gustado ser un tipo de escaparates. O me dejas probar o comprar o
no me lleves de tiendas. Para mirar cosas bonitas ya tengo mi ombligo o… da
igual, tampoco necesitáis saberlo.
Hace una
semana se acabó su sueño. Alguien le dijo que si era tan independentista por
qué hacía tortilla española. Él dijo que no era de patatas, que era de judías y
se liaron en una discusión casi surrealista. Una que a mí me hizo volver a
morderme la tecla por no decirles que me costaba trabajo saber cuál de los dos
era más gilipollas. Que pasar de tortillas a tortas era de tontos. Pero ya
sabemos cómo acaban estas conversaciones. Te cogen de enemigo común y ellos se
arreglan. En facebook es mejor callarse.
Sé que todos
somos personajes en la mente de otros. Incluso yo que os dejo meteros de modos
verdaderamente impúdicos en mi mente (últimamente no tanto pero no os confiéis,
yo sigo teniendo la misma falta de vergüenza con mis cosas). Incluso yo soy por
dentro diferente a cómo me veis por fuera. Es cierto que lo más profundo de la
gente es la piel, lo dijo Oscar Wilde. Sólo somos superficies. Y es por eso que
me trabajo mucho mi personaje de facebook. Allí me muevo entre personas reales
que siempre me han conocido. Para ellos sigo siendo el fan de Bowie, de los
cómics, friki de la literatura o de la televisión… cosas así. No me salgo mucho
del papel. No participo casi nada, es fácil equivocarse y acabar en una
polémica sobre tortillas o lo que sea.
No importa que
seas un personaje en la mente de los demás. Verdadero o falso da igual, es lo
que hay. Lo importante es que ese personaje no sea uno al que quieras cruzarle
la cara por la calle cuando lo veas. Especialmente por temas tan banales como
los ingredientes de lo último que has cocinado.
Comentarios
A veces he escrito que somos otros diferentes de nuestro reflejo en el espejo, que somos una mezcla de lo que pensamos, lo que sentimos, lo que nos da miedo y aquellos niños o niñas que fuimos, sí quizás incluso con esa necesidad de aprecio para sentirnos seguras.
Bueno, que me extiendo en demasía, un beso
es que a final de cuentas para allá vamos, un caso similar pero anexo a lo que dices, sucede con los grupos de whatsApp de vecinos , en persona todos son buenos vecinos pero en la comunidad virtual aparece el "troll", el chistoso, el que la da por filosofar, y no falta el revolucionario sindicalista que quiere destituir a la administración pero cuando esta en persona es el vecino más tranquilo y agradable.
en fin...
Pero...es adictiva. Y ya está dentro de nuestras costumbres.
Va a ser difícil erradicarla...jejeje
Muchas veces me paseo por mis blogs como si fuera alguien ajeno a mi...me miro con autocrítica y pienso que "esa" mujer, es estúpida, aburrida y cutre...Y que mejor se dedicara a otras cosas y a no decir burradas...
Pero luego, mis instintos exhibicionistas me pueden. Y me digo que para eso está internet. Al alcance de burros, inteligentes, genios y zumbados...
Total...una más no hace daño a nadie.
El problema viene cuando haces una montaña de cualquier cosa que te pasa en la red. Pero vaya...que el día a día también tiene sus cosas...
Yo también hablé de facebook,ya lo sabes, no es una plataforma que me entusiasme y la tengo para enterarme de cosas en plan rápido que de otra manera me llevaría más tiempo. Y me descojono muchas veces con lo que cuelga la gente, pero también me alucino con otras personas que utilizan face como si fuera un blog y escriben textos cortos de su vida cotidiana o de lo que se les ocurre y les queda genial. Así que...hay de todo en la villa del señor!!!!!!
Estoy segura que todavía nos queda mucho por ver de lo que van a inventar...y seguro nos tiraremos de los pelos...pero seguro caemos!
Estaba muy atrasada de entradas...es que ni escribo ni me paseo...grrrr
estoy en la parra, el calor me mata... y me está costando muchísimo adaptarme a esta súper ciudad...el ánimo no me acompaña demasiado...
un abrazo Sergio!
Maman boheme: Hace algunos siglos o incluso menos la privacidad no existía. En los pueblos todo el mundo sabía todo sobre todos. El siglo XX comenzó a meternos en parcelas invididuales de pisos donde una gran cantidad de personas apenas se conocía por las breves conversaciones en el ascensor. La tecnología,paradójicamente, nos está devolviendo a la mentalidad de aldea global. Otra vez el cotilleo y la visibilidad pública. En grandes cantidades. Pero yo que procedo de la privacidad, tengo choques imprevistos contra esta excesiva exposición y no acabo de entenderla(aunque a veces admito disfrutar con la falta de pudor de algunos en facebook, twitter, etc.). Así que claro que entramos ene stas redes sociales. Criticarlas no es desear siempre su destrucción. A veces sólo tomamos distancia para no dejarnos absorber del todo. Una actitud crítica no es mala. Ser autoconscientes de que podemos caer en el ridículo o en algo peor(decir que estamos de vacaciones es invitar a los ladrones a entrar en nuestro hogar) no significa renunciar al progreso(este llega sí o sí o te pongas como te pongas).
No tengo nada contra las nuevas tecnologías. Sólo me gusta analizarlas como todo lo que me pasa delante. Después de todo me ayudan a pasar un rato escribiendo que es lo que me gusta.
Espero que estés mejor de ánimo. Arriba, Maman
Es fácil crearse un personaje desde las teclas. De hecho nadie es tan sincero ni transparente como cree o dice.
FB y demás redes sociales es un espejo de todo ello. Y además crean un grado de estrés vital a muchos que ni te digo. Bien lo expones con los "me gusta", el número de "amigos" y demás.
Vivimos de cara a la galería nos guste o no. Seremos más o menos sociales pero todos ponemos nuestra mejor pose.
Tu amigo el de la tortilla de judías que acabó casi a tortas con el otro... no se si reír o agarrarme la cabeza. Pero sí que sé que llevas razón con que en vez de enseñar debería aportar.
Las movidas en redes están a la orden del día. Yo voy a mi bola, seguramente porque tengo claro para qué las utilizo. Un rollo.
Y nada más, sólo que aquí espero tu siguiente entrada.
Cuando te leo estoy en una isla interesante.
Abrazo.
Por supuesto respeto las aficiones de cada quien, el subir fotografías de manera compulsiva a redes sociales, contar lo que se desayuna, lo que se cena , si tienes gato, perro o si ... etc tengo face pero vamos esta muerto , no me atrae ni me atrapa, será porque lo mío es mío y de quienes están junto a mi en el día a día y para eso ya nos vemos, nos hablamos, nos escribimos o nos pensamos en silencio .
Lo creé por temas que ahora no vienen a cuento y desde luego no me a aportado nada especial , hace no mucho un amigo me dijo eso de porque no vuelves a face ... total que duré tres días , eso de cotillear e ir de perfil en perfil y todos somos amigos de mis amigos no va conmigo, pueden que me llamen hipócrita o falsa , tampoco me quita el sueño, pero darle al click para que sepan que estás que eres el que más te visita y te admira , me parece bueno una bobada con perdón jajaja
ay puede ser que después de leer esto piensen algunos que vivo en la edad de las cavernas pero mira Sergio con mi blog , mi twitter que uso cuando me aburro y mi vida de a pié me doy por conforme de momento
un beso y espero que tu amigo invite mas y muestre menos :P
Y no , no nos conocemos a nosotros mismos, como vamos a conocer a los demás¡¡
mejor sorprendernos cada día aunque a veces no nos guste esa sorpresa ----
Pero es curioso, yo que no tengo un cuerpo Danone, más bien un cuerpo mil Danones, me has hecho reír, casi llorar y hasta odiar un poco a tu cuñado o a su barriga o a las dos cosas. De tu hermana no digo nada porque sería como atacar a la mía, que en más de una ocasión ha exclamado eso de… ¡hala, qué barriga Eso se lo ha dicho a su novio, unas cuantas veces, a mí, unas cuantas veces, a mí hermano, otras tantas veces. Mi pareja, alguna vez también se ha pronunciado al respecto. Y al respecto le he dicho que el día uno de enero está a las puertas, que es la fecha indicada para dejar de comer a espuertas… Afú, qué bueno está todo lo que engorda y qué placer más exquisito produce todo lo prohibido. Pero que vamos, tras decir eso que digo que ha dicho, nos hemos puesto medio ciegos, por aquello de la prudencia, comiendo y bebiendo y hasta riendo. Pero bueno, ahora que hago bici como con más apetito, así que no dejaré pasar un verano sin playa y una playa sin bocatas de verano frente al mar lamedor de orillas de tortillas, que no de tortas.
Y hablando de tortas con sabor a tortillas o viceversa, me ha encantado tu relato último. Bueno, este en el que dejo mi comentario, creo que plagado de faltas por culpa de tu cuñado, o el mío, o la tecnología. Sí, te escribo con el móvil, mientras tomo café y miro con el rabillo del ojo a la camarera moderna que se ha tatuado una cafetera italiana en el brazo. ¡Menamorao Sergio! Si un día te acercas por Girona, te traigo aquí. El café no es para tirar cohetes, pero la camarera sí. De verdad de la buena.
Que por cierto, tengo un amigo la mar de independentista que está luchando por entrar en Master Chef, o lo estaba. Y uno de sus platos icónicos es la tortilla española. Yo le ataco con este título. Y el me dice que me deje de chorradas, que la cocina es internacional. Que los títulos de los platos, también. Entonces cambio de tercio y le doy con lo de querer concursar en TVE, y remarco lo de T V E. Y ahí solemos dejarlo porque de lo contrario, la tortilla española convergería en tortas al paisano.
En fin, voy a publicar este comentario. Y pediré un café. Otro. Y me parapetaré detrás de la Vanguardia (es el único que queda libre) para espiar a mi vecina tras la barra y estudiar ese tatuaje tan bien bonito.
Gran abrazo, Sergio.
(coño, La Vanguardia es del jueves día 8, sí que voy a disimular bien, sí)
Habrá que visitarla. Si me paso por Girona ya avisaré con tiempo. Así compartimos técnicas de miradas disimuladas que no molestan. Con o sin prensa de por medio.
Gracias por ese comentario tan divertido e inspirador. Lo que está bien escrito te fuerza las ganas de escribir. Un abrazo
Primero: "Para mí ha dejado de ser un ser humano para convertirse en una tortilla semanal". Las risas que me he echado para terminar un día raro y agobiante :D
Y segundo, la chicha. Es cierto que no conocemos a los demás, algunos ni siquiera se conocen a sí mismos, tenemos la prueba en esas afirmaciones y acciones que hacen más para convencerse que para convencer a los demás, como si quisieran negar el lado oscuro que todos tenemos. Me sorprende cada día como si fuera la primera vez cuando salen los vecinos de un suceso dando su opinión en el telediario. A mí no se me ocurriría, porque, ¿qué sabemos lo que pasa dentro de una casa?
Y en cuanto a la aprobación, yo me muevo por twitter, no por facebook, pero es más de lo mismo. Ves gente que lanza sus tuits impostados, para hacerse los interesantes, cuando en realidad están vacíos de contenido y probablemente sean copiados de alguna fuente de filosofía barata. El postureo.
Un abrazo.
Te aclaro que la falta me la haces cuando estoy aquí, que me aburro como una ostra, porque en mi tierrita no pensé en vos sino un poquitico jajajajajajaja
Cuanta razón tienes en lo que dices que hay que trabajar mucho el personaje del facebook porque es fácil equivocarse, yo cometí el error de decir que estaba triste por haber regresado y no pasar la Navidad con la gente que quiero y no veas la que me liaron los amigos de aquí y alguna otra malpa... de allá, que también ayudó...
En cuanto al quid de tu post, coincido contigo 100% ni siquiera a nuestra pareja de años, o a los hijos que los parimos y creemos conocerlos como a la palma de la mano, (que tampoco la conocemos) llegamos a conocerlos como realmente son, cada día nos sorprenden y no siempre para bien.
Respecto a los like, con lo del vídeo que está sacando facebook de como fue el año 2016, ahí me di cuenta que al parecer soy la que está haciendo el papel de monitora de sala de mis amigos del fb, puedes creer que le he dado "me gusta" a 11.782 publicaciones en lo que va del año??? Así que si tu amigo necesita una que le apruebe sus chorradas háblale de mí jajajaja
Me encanta volver a leerte y gracias por hacerme reír como siempre. BEP
Así que lo de tu nostalgia sentó mal. Desde luego yo lo hubiese entendido. Ya ves que no me lo tomo a mal. No se te puede obligar a sentir algo diferente a lo que sientes. Pero vamos, que si son gente razonable tampoco le darán muchas vueltas al asunto.
En el vídeo de Facebook no había mucho que hacer con mi participación y pusieron mi frase de Enero sobre lo mal que me sentó lo de Bowie y acaba con un etiquetado tuyo en "los amigos que se merecen todos los libros del mundo". Luego tengo 156 "me gustas" y es increíble lo falso que fui. Seguro que no me gustaron tantas cosas este año. Pero es que hay gente que te lo pide como favor para promover sus asuntos. Desde su negocio de psicólogo de gatos a su carnicería. Y a mí me tiene que gustar para ayudarles. Con los amigos músicos no gano para likes.
Me alegra mucho tenerte con toda tu vitalidad por aquí. Además... ¿Dónde conseguiría esos BEP si no? Besos para ti también.