Un último recuerdo y ya




En agosto he salido fuera para encontrar paisajes que echaba de menos sin haber visto nunca. Para echar de más o que me echasen de más. He tenido que llenar mi tiempo pero también el de otra persona. Y no siempre es bueno. El trabajo ayuda a que nos enfrentemos a gente que no nos afecta en nuestra vida y está bien, ellos se quedan en el trabajo y tú te vas. El ocio puede hacer que nos enfrentemos a quién sí nos importa. Pero antes de alumbrar esta oscuridad diré que las vacaciones bien. Ya lo adelantaba la otra semana.
He conocido gente. Tengo las ciudades etiquetadas por personas que conocí. Era mi compañera la que se acercaba a hacer las preguntas. Y los preguntados los que luego se dirigían a nosotros y además de indicarnos el casco antiguo de una ciudad nos explicaban algo de ellos, de la idiosincrasia del lugar. Les interesaba saber qué pensábamos de su tierra. Les complacía ,aunque ya lo esperaban, que nos estuviese gustando tanto.
En Oviedo caminamos por la catedral de la Regenta y compramos en su mercado más famoso, el Fontán. Yo incluso visité la biblioteca que tenían al lado para ver cómo va allí lo del libro pagado por el contribuyente. Básicamente como en cualquier lugar de España. Va bien. Y luego, en el mercado, un puesto con libros clásicos a un euro. Me quedé pensando si era recomendable llevar ese tipo de peso para la vuelta. "Como si no tuvieras bastantes ya", me dijo ella que nunca tiene bastantes zapatos y que llevaba dos pares comprados esa mañana contra mis manos vacías por el momento.
En el enorme parque de San Francisco casi nos perdemos. Durante unos segundos sentí un improvisado laberinto de verde vegetal a nuestro alrededor. Pero lo desenredé circundándolo por su lado externo hasta llegar a las reconocibles casetas de helados. No somos brújulas humanas precisamente.
En Avilés comimos bien y barato. Vimos la tétrica Iglesia de San Nicolás que aterró a mi compañera pero me encantó a mí, que algo de gótico tengo. Preguntamos por su faro y nos preguntaron siempre que cual de los dos así que acabamos en el que se veía de lejos. Pero a cambio vimos una bonita playa. En Avilés también, un anciano detectó con la vista mi mapa y al ver que era turista preguntó si nos podía contar la historia del parque en el que estábamos y algunas consideraciones sobre Avilés. Fue interesante y rápido, nada pesado. Él tuvo un rato de charla casual y nosotros un guía entregado. Al salir toda la gente nos llevó a sus lugares sólo viendo nuestro aspecto extranjero. Llevar el mapa nos delataba bastante, parece ser. No esperaban a que preguntásemos. Nos adivinaban la desorientación y nos preguntaban que a dónde queríamos ir. Y por último comimos barato, abundante y bien en un lugar que tenía antigüedad e historia narrada a cargo de la señora Cuca que lo regentaba. Estaba especialmente disgustada con el joven y novato camarero. Pero ese día el chico estuvo eficiente. "Hay que darle una oportunidad a los jóvenes", nos preguntó más que nos afirmó la señora Cuca. Nosotros le pusimos muchas estrellas al chico para que la oportunidad siguiera.
Y en Gijón un señor al que le preguntamos por el lugar más turístico, nada más bajar del tren dijo que prefería llevarnos allí. Casi media hora de charla caminando a buen ritmo. El tipo decía que se iba a mudar a Cádiz porque no le gustaba el clima de su tierra. O a Santander pero que la gente era tan "estirada como en Oviedo y que no se abrían mucho". Ja,ja pero si eran fantásticos en Oviedo. Claro, nadie se suele abrir tanto que sin conocerte de nada te cuente su vida al instante. Como él. Pero allí el nivel de apertura es tan alto...
Y el último día discutimos en el desayuno del hotel por alguna tontería que apenas recuerdo. A mí no me gustaba una amiga suya ni su hermano que me hizo de okupa en las pasadas vacaciones de Mayo cuando huí de casa. Algo así. Ella se enfadó y yo también porque a ella nunca le ha importado descalificar a mis amigos. No me vale la ley del embudo. Pero que vamos, que es lo de menos. Y ella se fue para seguir con Oviedo y yo para el hotel. Y luego llovió mucho y no se cómo sobrevivió ella a esos aguaceros porque ya de regreso hablamos poco, sólo temas logísticos. Cosas del verano. Mucho tiempo para ver y que te vean las personas más cercanas. Pero nada tan malo que me borre Asturias del recuerdo. Siempre estoy a tiempo de ponerle un broche de oro en otras vacaciones, en otros de los muchos lugares de esa comunidad autónoma que al menos para mí, nunca se agota.
A vosotros os debe quedar ya lejos esto de las vacaciones también, ¿O no? Para mí el resto del año ya sólo será trabajar en esta amada-odiada ciudad condal. Aunque debo añadir que el Otoño sí vale la pena por aquí. Especialmente Octubre. 
Y hasta aquí la postal.  

Comentarios

Susana ha dicho que…
Me encanta Asturias y su gente. Un beso
Sergio ha dicho que…
Un beso, Susana
Devoradora de libros ha dicho que…
Muy bien contado. Me ha encantado.

Saludos.
Sergio ha dicho que…
Gracias, eso me anima a seguir en tiempos de semi-bloqueo.
عطية الصاوي ha dicho que…
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عطية الصاوي ha dicho que…
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Dorotea Hyde ha dicho que…
Me ha encantado la crónica. Ya parece un tópico eso de las dicusiones en vacaciones, pero a mí me pasan cada vez más a menudo. Me alegro de que no fueran tan importantes como para estar por encima del viaje.

Uf, ese personaje de Gijón que quería mudarse a Cádiz... no sé cómo es la gente de Oviedo, pero él (él en concreto, no por ser de Gijón y meter cizaña) parece demasiado abierto.

Un abrazo enorme.
Recomenzar ha dicho que…
es un placer el haberte hallado leído y disfrutado abrazo desde Miamai
Sergio ha dicho que…
Sí,ja,ja el de Gijón era todo un personaje. Pero en plan especial. No por ser de Gijón. En cada lugar hay alguien que se sale del molde. aunque este era sanote.
Sobre los tópicos de las discusiones están cargados de razón. Parece que son tan inevitables como recibir un cuatro como resultado de sumar dos y dos. Un abrazo
Sergio ha dicho que…
El placer es mío de tenerte por aquí un rato a pesar de que puedes disfrutar de Miami. Saludos
Mario ha dicho que…
Me encanta viajar. Hacerlo a la Asturias cantábrica y de interior y la que asciende hasta lo más alto de los picos de Europa, me gustó sobremanera. No sé con qué quedarme de esa tierra. La comida genial, el ambiente portuario también genial, Avilés me sorprendió, incluso en lo gastronómicamente barato. Gijón como un Detroit (pelín más decente) me sedujo. Oviedo, bien regentado, elegante, señorial, clásico y literario me abrazó en cada paso.

Tengo que regresar algún día. Aunque mi commpañera de viajes dice que ella no es de repetir. Yo sí lo soy. Y me quedan ganas y cosas por ver, probar y recorrer.

Este año he estado en Cantabria, a la que también regresaría o regresaré...

Un placer pasear por tu postal.

Gran abrazo, Sergio.
Verónica Calvo ha dicho que…
Iba leyendo y me acordé que una vez, en Gijón, pregunté por una calle y me acompañaron, como te pasó a ti.
He pateado Asturias y es de esos lugares que atesoro en el corazón. Tengo que conocer la iglesia de San Nicolás, has despertado mi interés.
Yo recién llegada de Cantabria, con ganas de volver, que se han quedado lugares por visitar.
También visité bibliotecas. Tenemos vicio, Sergio. Y van bien también por allí.

Abrazo.

Sergio ha dicho que…
Te ha pasado con Çantabria lo mismo que a mí con Asturias. Que me he dejado mucho por ver y muchas ganas de hacerlo. Pero precisamente Cantabria podría ser el lugar que visitaré la próxima vez. Por seguir con el norte en verano y porque seguro que también me gusta.
Me siento más acompañado con lo que dices de las bibliotecas, ja,ja
Un abrazo
Sergio ha dicho que…
Es curioso que dos de vosotros que habéis disfrutado con Asturias me sugerís Cantabria. Si tenía alguna duda ya se han disipado. El año que viene estaré por allí. Lo de no repetir en algunas personas es muy común. La sensación de que se pierden algo. Pero es que siempre se lo perderán. El mundo es inabarcable para el tiempo que tenemos y no digamos nuestros bolsillos. Yo a estas alturas ya encaro las vacaciones como diversión pura. No tanto como un viaje de aprendizaje desesperado como uno de placer. Y hay que pensar también que repetir Asturias o Çantabria se puede hacer en otro de sus muchos puntos de interés para hacerlo igual pero distinto. Fuerte abrazo para ti también, Mario.
Zhura ha dicho que…
Que gusto encontrarte con gente tan amable en los lugares.
Últimamente, la verdad es que yo he estado fuera de España y como hablan en otro idioma y yo obviamente no me entero.... pues nos da para hacer señas y poco más.

Me encantaría eso de que te vayan contando la historia de lo que ves o por donde paseas. Una de las cosas que más me gusta son los "walking tours" o como se quieran decir jajaja.y en tu caso han sido de pura cepa.

Un beso y nos seguimos leyendo!!

https://similocuramedeja.blogspot.com/
Verónica Calvo ha dicho que…
Se te echa de menos...
Dorotea Hyde ha dicho que…
Concido con Verónica, echo de menos tus entradas.
Maman Bohème ha dicho que…
Sergiooooo!!! Necesitamos tu versión de cómo vives todo esto!!!!!
Yo al menos!!!!
Sergio ha dicho que…
De momento leyendo mucho pero inapetente. Ya lo contaré cuando me venga la inspiración. En ti estaba pensando hace poco. Saludos
Enrique Girona ha dicho que…
Asturias es preciosa, mas solo la conozco de vista en fotos. Espero visitarla algún día. Un abrazo.

www.enriquegirona.com

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