La imposibilidad del Carpe Diem
"Los hay que cada día
ensayan su muerte"
Verónica Calvo, Blog "Tinta de sueños"
Llegué al trabajo y el uruguayo me dijo ”……..” (no lo escuché bien). “¿Qué han enterrado a Fernando?” “No, no, que lo han ingresado” Ah, vale, pensé. “Pero es por algo del cuello, debe ser algo malo” me dijo el uruguayo mencionando el cáncer sin decirlo porque hay gente a la que las palabras de lo feo asustan como si hablar conjurase los males. Fernando, con el que ha mejorado mi relación en los últimos tiempos y parece haberse rendido a mi maravilloso encanto personal, me envía pronto un Whatsapp diciendo que está ingresado en un hospital cerca de mi casa porque el líquido de la pleura se le corrió del pulmón hasta el cuello. Charlamos no demasiado bien sobre el uruguayo. Las relaciones en un trabajo son mudables. Mirad la historia. Aquí España se alió a Francia contra Inglaterra, Inglaterra se alió a Francia contra España, España e Inglaterra lo hicieron contra Napoleón… Deja pasar un tiempo y lo que antes te parecía bueno luego te parecerá mal y tal vez si sigue pasando el tiempo suficiente vuelvas a la casilla de salida. Además, según la psicología, aliarse a otra persona contra una tercera refuerza los lazos entre dos aliados. Con Fernando se acabó temporalmente el mal rollo (pero me sigue cayendo mejor el uruguayo, la verdad).
Al día siguiente me llamó un inspector de la empresa. “¿Sergio? Bueno, ya lo sabrás pero te llamo
para comunicarte que Fernando ha muerto ¿Puedo contar contigo para que le
cubras mañana?” Y yo, que ya llevo una muerte cercana a principios de año y
empiezo a entender que esto no es algo que solo pase en Gaza o Ucrania y que
está por cualquier sitio me quedo
impresionado.
Busco a Fernando por Internet. Le veo en Facebook junto a su
mujer, su pasión por el Barça, le recuerdo agobiado por el verano terrible que
le ha dado la empresa, nuestros más y nuestros menos… En fin, me asalta la
filosofía que te deja siempre la muerte de los otros, especialmente la de los
que mueren jóvenes. Y esa noche casi no duermo.
Al día siguiente me llaman de la empresa para confirmar la
noticia. También me llama el uruguayo llorando y me dice que yo que estoy
cerca, me informe por favor de dónde lo entierran o si estará en el tanatorio.
Voy con L. al tanatorio pero todavía no les ha llegado allí nadie del hospital.
Tal vez esté en otro lugar. L. y yo nos prometemos que a partir de ahora carpe diem, la muerte está últimamente
que no respeta a nadie. No es que la vida nos esté dando sorpresas. La que está
que no para es la Parca.
Entonces me vuelven a llamar de la empresa. De las oficinas:
-¿Sergio? Eh… Oye que de momento todo sigue igual pero que…
como te vi afectado y eso… decirte que Fernando está vivo. ¿A ti qué inspector
te informó de que estaba muerto?
Luego vuelvo a hablar con Fernando, nunca antes lo había
hecho con un muerto resucitado y nos
reímos. Aunque os puedo asegurar que si antes cuando estaba vivo tenía mal
carácter ahora que está “muerto” es peor. Me pregunta si es denunciable el
error del inspector. Bueno… Sólo es denunciable lo que cause perjuicio y se
pueda demostrar (y eso si se puede pagar un buen abogado).
Ahora regresaremos al trabajo, seremos “muy amigos” un tiempo
y luego iniciaremos nuestro ritual de guerra fría, violencia y malos rollos.
Exactamente igual que si nunca nos fuéramos a morir.
Comentarios
JOderrrrr!!!!!!!
Vale...ya estoy...supongo que si lo escribes es que es cierto como que yo estoy aquí tecleando para hacerte un comentario...pues alucino...¿cómo se pueden equivocar en algo así?
Por otro lado, de la muerte no se salva nadie, aunque siempre nos quede esa cosa de que "a mi no me puede pasar"...o los que están a mi alrededor serán eternos...Ya dije una vez, que el problema de nuestra sociedad es que no nos preparan para eso. Ni muertes ni enfermedades y quien las sufre, parece que nosotros estemos exentos de que nos pueda suceder.
Ah! para ironizar un poco... la muerte nos hace dignos, simpáticos, buena gente y amigos de nuestros amigos...Todos nos recordarán perfectos y geniales cuando estemos pasando a "mejor vida". Aixxx...es lo que es...
Lo siento...tantos días sin leerte y me enrollo como una persiana...que seguiría...pero dejo espacio a los demás...
Un besazo!
Se dice, se rumorea que este es el país que mejor entierra a sus muertos: todos son buenos.
tD1b.
La muerte (de los demás, se entiende) nos paraliza nos pone en cuestión todas las pequeñas cosas que nos ocupan, preocupan y entretienen, como si pensáramos que nos impiden vivir, pero probablemente sea un modo de intentar elevarnos sobre la realidad de que vivir es ese conjunto de diminutas cosas que nos llenan.
Me alegra que Fernando esté bien, y tambien que en unos dias/meses siga siendo ese tipo del curro que no terminas de tragar.
un besazo
Estar un tiempo y dar a los demás de que hablar y que suelten todas las parrafadas sobre uno debe ser la leche... estando vivo para reírse después, claro.
Sí tienes toda la razón y en un abrir y cerrar de ojos todo el mundo vuelve a actuar como si nunca fueses a morir... tal vez sea el único modo de sobrevivir tranquilo
:)
Pues no, el imbécil estaba vivo... y cuando ya estábamos vestidas de negro riguroso y todas alborotadas a punto de salir para la funeraria, nos llamaron para informarnos que había sido una equivocación. Nos hubieras visto la rabia grrrr
Besos BEP
a volvo: Muy bueno lo de los muertos de este país. Hipocresía en estado puro. En cuanto a lo de las alianzas ya ves, psicología del refuerzo. De todos modos intento evitarlo. Aquí mi alianza se sostiene con pinzas. Me sigue cayendo mejor el enemigo a pesar de sus defectillos. Fiel que es uno.
Pilar: Pues sí, a Fernando no termino de tragarlo ni tampoco empiezo. Ahora que es amable resulta peor porque le veo despedazar a otros y recuerdo que hace poco yo era uno de los despedazados y le puedo observar en su salsa destructiva. Aún así es interesante como objeto de estudio. Besos.
Sylvia: ¿Cómo pueden equivocarse en eso? Tengo mi teoría. El uruguayo es muy emocional. Yo lo ví casi de luto cuando llegué y por la forma en que me comunicó el ingreso de Fernando en el hospital me pareció entenderle que estaba muerto. Pero claro, al volver a preguntarle me dijo lo del ingreso. El inspector que habló con este, de todos modos, debía estar borracho. Y ahora están empezando a tirarse el muerto-vivo los unos a los otros. Le echan la culpa al uruguayo, este a ellos. Espero que no me acaben acusando a mí que pasaba por allí...
Laura: "Pues no, el imbécil estaba vivo..."
Ja,ja,ja tú historia me recuerda un cuento dónde la "resurrección" de un muerto que estaba vivo provoca más mosqueo que otra cosa. Y es que fastidia volver a cambiar los muebles de lugar en el cerebro, volver atrás cuando te habías hecho a la idea de otra cosa.
A mí me tocaba hacer más horas pero ganar más dinero y ahorrarme su mal rollo perpetuo así que a pesar del mal cuerpo que te deja la muerte de otro, su resurrección tampoco fue una fiesta.
Pero todavía me río de vuestra rabia porque estuviera vivo. Besos
y hablando de todo un poco: anda que no te ha costado reiniciar por aquí. pero se te perdona, obviamente.
hilia: Me encanta que digas que conozcas a Fernando. Si supiera este hombre que lo he convertido en personaje(o ya lo era y yo solo lo he cortado y pegado de la realidad al blog) no sé qué cara pondría. Tiene una psicología cuando menos tortuosa.
Y sí, me ha costado arrancar. Por nada malo. Estaba escribiendo mis cosillas secretas, letras de cajón para nadie... Saludos, hilia.
Me gusto la historia, con final feliz (aunq malograble). Y lo de los cambios en las alianzas y en las opiniones sobre los aliados está en 1984 cuando reescriben la historia.
Un abrazo y un gusto leerte de nuevo
UN ABRAZO
Reltih: Ese personajillo es muy puto, sí, y ya no puede dejarlo, no sabe ser de otra manera.
Todo va cambiando pero al final se vuelve al punto de salida.
En cuanto a esto de muertos resucitados, pasa a menudo.
A mi me "mataron" hace años y la cara de sorpresa de la persona que me debió tomar por una aparición, fue indescriptible.
Así que a Fernando solo le queda reírse y al que dio la noticia regalarle una dalia.
Gracias por poner mis versos :)
Detallazo.
Abrazo
Yo quiero que cuando me muera sea un error de un inspector y siga viva. Bromas a parte, aunque si algo he aprendido estos dos últimos años es que es mucho mejor tomarse las cosas con humor; la verdad es que cuando la muerte acecha lo hace a conciencia, como las desgracias que parece que se ceban siempre con las mismas personas.
La palabra cáncer no nos gusta. De hecho yo aún sigo sin pronunciarla. Cuando recuerdo lo que hemos vivido, suelo hacerlo hablando simplemente de enfermedad, así parece que es menos grave.
La semana pasada a un familiar muy cercano se lo diagnosticaron. A su familia les dijeron que no había nada que hacer, ni operación, ni tratamiento ni nada de nada. Decidieron decírselo a él pero el estado de shock le impidió que comprendiese lo que realmente ocurría. Él dijo que iría a esa clínica de Pamplona tan famosa y que haría lo que fuese necesario. Esta semana fue a consulta y la oncóloga que lo trató le dijo la cruda realidad: puede darse un tratamiento para alargarlo unos meses y sino sólo le quedan semanas.
No sé lo que ha sentido, no sé qué es lo que le pasa por la cabeza pero no quisiera estar en esa situación nunca porque una cosa es saber que te vas a morir, que todos lo sabemos pero parece algo muy lejano, y otra es saber que ya no te queda tiempo, nada, cero ilusiones, adiós a todo.
Es duro y hasta que no lo vives no sabes todo lo que puede suponer.
Supongo que él se despertará todos los días, si es que consigue dormir algo, y deseará que alguien le diga, es un error, tú no tienes nada, se equivocaron...
Respecto a las alianzas, van y vienen. El instinto de supervivencia siempre aparece, sea de la forma que sea y en el lugar que sea, y hacemos lo que haga falta para ello.
Está claro que tú amas mucho la vida. Y a tu edad la valoras todavía más. Cuando te llegue el momento será menos malo d elo que imaginas(pero crucemos los dedos para que tarde mucho en llegar y no sea malo).