Epílogo
Regresé
sobre los cinco minutos de pasos que me llevó recordar el libro.
Me
dolía la cabeza. No sabía si era la llegada de una resaca o la
tarjeta de visita de una gripe en ciernes(pero la gripe la cogí dos
semanas más tarde).
La
alegría del vino llevaba un rato desaparecida. Ya sólo podía
acogerme a la alegría del desahogo sexual que me resultaba
preferible a la primera. Por lo menos no tiene efectos secundarios
como el alcohol.
Estaba
enfadado conmigo mismo por dejarme el libro. Sólo quería ir a mi
casa y descansar.
Lo
que en su momento había parecido buena idea ahora no lo era tanto.
Con la mente dolorida y apuñalada por punzadas constantes sólo
quería llegar a mi piso y encomendarme a los beneficios del
Ibuprofeno. Ya no quería más Lali ni más catalonian language
training (y por cierto, aprobé mi examen de nivel de catalán), ni
más chalets silenciosos pero ajenos. Sólo quería el libro que no
era mío sino de la biblioteca. Y luego no ir más allá de esta
noche. No suelo empezar algo tan rápido así que tampoco terminarlo
pero siempre se aprende algo.
Me
abrió la puerta en albornoz y con una toalla en la cabeza. A este
pasó iría a trabajar casi sin dormir. Y qué bueno no tener tampoco
a nadie en las cercanías a quién molestar con una ducha nocturna.
Salió
casi asustada preguntándome si pasaba algo.
Le
dije que me había dejado el libro en su casa y me respondió creo
que molesta que me lo hubiese devuelto otro día. ¿Tan importante
era? No le respondí sobre eso.
Ella
lo sacó de su bolso y me lo dio bruscamente aunque en la puerta nos
despedimos con otro beso. Allí me preguntó que hasta cuando. “Ah,
ya nos llamaremos” y que teníamos
nuestros números y todo eso. Pero no quise ofrecer más
explicaciones que pudieran usarse en mi contra.
Y
sí, ya después de eso me alejé relajado y casi feliz salvo por el
cráneo y sus punzadas, hacia algún transporte público en el que
poder acurrucarme sobre mí mismo y sufrir en soledad el dolor.
Un
autobús nocturno resultó la mejor solución. Pero un autobús que
esperé media hora, tardó casi tres cuartos de hora hasta llegar al
centro y me dejó en un lugar donde tuve que coger otro autobús más.
Regresé
a casa mientras pensaba que todo lo extraño que provocamos que nos
suceda suele ser por aburrimiento o por la falta de un objetivo
claro.
Afortunadamente
esto que ya estaba viendo como un error no me lo parecía tanto. No
de esos que tienen grandes consecuencias, al menos. No en teoría.
Todo
lo vivido solo me parecía ya digno de un encogimiento de hombros.
Una
forma de ser más feliz de lo normal al llegar a casa.
Comentarios
Quizás sea así, en todo caso una forma diferente de pasar la velada, un modo distinto de relacionarte con el pasado, una manera nueva o no tanto, de arriesgar la piel, salvando el alma, dentro de las páginas de un libro.
Quien no cruza el río, no se moja, pero tampoco llega a ninguna parte.
Besos de candidata a gripe, sin tan buena excusa.
Lo segundo que he pensado, es la cantidad de situaciones que han pasado a lo largo de mi vida en las que "he provocado que me suceda algo extraño por aburrimiento o por la falta de un objetivo claro" y que al final han terminado en un encogimiento de hombros.
Y por último el libro, y no sé explicar lo que veo en él. Pudiera ser que, ante los desencadenantes de una situación,en este caso tu cita, el libro represente la parte menos absurda de todo aunque parezca precisamente eso, ilógico que un libro sea lo más "aparentemente sensato".
Pero en fin, soy una mujer y puede que mi perspectiva sea completamente distinta a la tuya. :-)
Pd.- Como siempre, un placer leerte.
¿qué pinto yo en todo esto?, también cierta depresión o nostalgia, creo que con esas mismas sensaciones se va el protagonista, tratando de encontrar algo positivo en ello. Y luego la descortesía final de ella, imperdonable bajo mi punto de vista, al no ofrecerse siquiera a llevarte a casa o acercarte al centro. Un polvo a desgana y un tanto tristón. Llegarán otros más luminosos.
Lali tuvo lo que quería aunque con un final muy diferente.
Cuando pasa generalmente cuesta encajarlo y nos perdemos el gusto de haberlo logrado.
Bueno, de momento no quiero más trotes como los contados. Algunos nos aburrimos más con la acción real que con la tranquilidad de no hacer nada. Es raro pero es así. Besos
Eva: Claro que la versión femenina sería muy distinta. No me cabe la menor duda y tampoco que recordaría todo de forma muy distinta. Yo no puedo meterme tan pronto en la mente de otra persona que no conozco demasiado. Aunque intuyo que tú si has hecho tus teorías y tus cabalas sobre lo que pensaba ella y seguramente estarías muy cerca de acertar. Casi me quedo con las ganas de preguntar sobre qué pensó. De todas formas en una cita así pensamos distinto si no encontramos lo que queremos. Si yo me hubiese encontrado más a gusto hubiese pensado y reflexionado de otro modo distinto, no sé si masculino o no aunque claro, siendo sujeto hombre no me queda otra opción... Yo sé que me reventaron sus cuestionarios, sus manías y lo poco interesante que me resultó su discurso. También la sensación de que yo tampoco era lo que ella necesitaba. Estoy seguro. Incluso aunque ella pensase otra cosa o se enfadase después. Bueno, gracias por estar por aquí.
Verónica C. : Lali tuvo lo que quería. Eso espero pero creo que quería otra cosa y eso que me dio era el gancho, como "toma esto que te gusta a ti y yo luego te pediré otra cosa"(compromiso, protección,compañía... no lo sé). Y es que claro que cuesta encajar que llegue lo que queremos. Sobre todo porque en la imaginación era mejor. Es sólo cuando llega algo que no habíamos imaginado que nos gusta de verdad, porque lo recibimos sin prejuicios. Saludos.
además... ¿para qué buscarle más sentido? a veces creo que nos complicamos demasiado con interpretaciones y gestos y entre líneas. y no. no hay nada de eso. un encuentro, un polvo. adiós. listo. todo bien. no tiene que haber siempre un significado detrás.
a modo de queja (queja leve, por supuesto) diré queno nos hagas esperar tantísismo para llegar al final.
un abrazo.
Lo bueno de la historia es que si por casualidad te vuelve a llamar, siempre puedes contestarle que estás ocupado hasta que se canse de hacerlo...
Besos cargados de energía positiva y felicidades por el aprobado, estaba segura que lo conseguirías
Gracias por lo del examen. Yo no estaba tan seguro. Ahora espero que me sirva para todas las oposiciones a las que voy subiendo y no tenga que repetirlo siempre que voy a unas. Besos.
He leído este epílogo mientras sonaba de fondo la música de Keith Jarret (SUN BEAR CONCERTS- Piano solo) y no sé si ha sido la música (a menudo cambia mi percepción de lo que leo), pero me he quedado como tú en ese camino de vuelta).
Yo también me he quedado con esa frase: "Todo lo extraño que provocamos que nos suceda suele ser por aburrimietno o por falta de un objetivo claro".
Lo peor...
la actitud de ella a tu regreso. Solo con que su acogida hubiera sido diferente, más cálida, el regusto que te habría quedado de toda esta historia habría sido diferente...Eso creo...
En resumen, he disfrutado mucho con tu forma de contarlo, mucho más que una narración cronológica de lo que sucedió.
Besos
Yo siempre intento buscar el amor y el romanticismo en este tipo de historias de encuentros y chico chica, pero no lo veo por ningún lado en lo que has estado escribiendo estos últimos post,será porque no lo hay, jeje. Lo vi mas en aquel amor de aquella chica que te adoraba y con la que tomaste un café con tu dedo a remojo (si no recuerdo mal lo escribiste así), a pesar de todas las movidas veía algo de romanticismo en todo aquello.
Al menos ambos sacasteis algo de esa cita,un momento de pasión!!
Me gusta como relatas es ameno y pausado, conviertes lo cotidiano en algo que apetece leer.
Besos.
Enya: Ja,ja,me ha hecho reír con eso de que no encuentras por ningún lado lo romántico aunque lo has buscado. Te has rendido a la evidencia. En el otro episodio que recuerdas muy bien(esa imagen tan bestia del dedo en remojo parece que se introdujo en varias personas) sí había más romanticismo porque había habido una historia. Hasta el punto que todavía persiste algo y todavía nos citamos con calma pero siempre con la posibilidad de que ocurra algo. Me quedo al final con que he sacado algo. Pero tengo que decir que me supo a poco. Y lo curioso es que sabiendo a poco no quiera más. Besos.
Angèline
un abrazo
he empezado
por el epílogo
es lo malo de no mirar
los horarios y entrar al cine cuando
ya las palomitas ensucian los asientos y las gaseosas están volcadas produciendo pegotones al pisar.
Me gusta esa visión de los que no tienen objetivos
y todo merece un encogimiento de hombros.
La casa de uno, de madrugada parecen alejarse siempre del transporte público ¿no?
Siempre queda caminar
pero sería un largo encogimiento
de hombros
demasiado para mí, porlo menos
Reltih: Te veo en la siguiente poesía, un abrazo.
Por cierto, no he querido ser hiriente con Zavala. Es sólo que me sorprendió tanto su comentario que no pude evitar mencionarlo de esa forma. Pero te habla con cierta ternura, y eso me gusta.
Me reafirmo en mi opinión. Ella debería haberse ofrecido a acercarlo a casa o al centro, por cortesía, educación, camaradería, amistad o cualquier otro motivo que queramos dar. Él es probable que lo hubiera rechazado, pero me llamó la atención ese detalle, que no hiciera el ofrecimiento. Yo lo hubiera hecho, en idénticas circunstancias. Al fin y al cabo tampoco hubo una riña o una ofensa, el trato fue cordial, así que dentro de la normalidad hubiera encajado ese ofrecimiento o preocuparse por el modo en que regresaría a casa.
Hoy te leo, contesto-comento, desde mi teléfono, así que perdona si te resulto escueto...
Creo que, algún día, le dedicaré un relato al cine Comedia, o a las vibraciones al amparo de la oscuridad, o las mismas que se producen en sus sesiones golfas... en esos lavabos al final de la sala, como en las salas de antes, cuando "antes" era un cine en mi Granada natal...
Gran abrazo, Sergio.
(Y gracias)
Mario
Lo de los comentarios ha sido un "sobredimensionamiento" de estos posts que a pesar del tono de enfado(mío) en algunas partes por lo que he entendido como sarcasmos(ver ese en el que me envían a visitar un diccionario)finalmente no son para tanto. Sólo un halago involuntario por tomarse lo que escribo más a pecho que yo mismo(por cierto dama, tan enfadado no estaba, que luego me fui a tu blog a desgranar tu post en plan "Pálido fuego").
Pero volviendo a lo que dices sobre el cine "Comedia", si tienes algo pendiente por ahí puede ser un post mítico para mí. No puedo decir mucho de sus servicios pero el cine en sí es como una encrucijada dónde siempre acabo cayendo y comienzan mis historias y toman uno de los muchos caminos que se plantean y siempre uno distinto. Un abrazo.