Rose
Todo el mundo lo piensa alguna vez. Si volviese atrás en el tiempo no actuaría de ese modo. Pero es más fácil teorizar que actuar. Tal vez volviendo atrás en el tiempo sólo volvería a repetir los mismos errores. El paso de los años sólo me hace ver los acontecimientos de otro modo. Como mucho, hacer algunos chistes sobre lo que en su momento me parecía un drama.
A llamémosla Rose no la quise a primera vista. Ni a segunda tampoco. Más bien llevaba tres años asistiendo a la universidad con ella cuando me comenzó el gusanillo ese del querer. Pero sin mariposas en el estómago ni porquerías de ese tipo. Me refiero al querer follar disfrazado incluso para mí mismo de un sentimiento al que llamamos amor. Pensé, creí, puede que algo sintiera que la quería. ¿Y ella? No lo sé. Con mis dotes detectivescas busqué las cartas con las que jugaba esta chica. Algo encontré. Durante todo ese tiempo ella, su amiga del alma y mi amigo del alma de la universidad nos encerrábamos en un cuarto de estudio privado(sólo nosotros parecíamos saber de su existencia) en uno de los módulos de la hoy desaparecida facultad de Pedagogía junto al Camp Nou. Allí hacíamos los trabajos que se nos pedían en común en ciertas materias. Y eran trabajos muy laboriosos. Recuerdo que escribir una sola palabra le costaba a mis compañeros horas de pensar y borrar y emborronar. Ninguno apoyaba mi metodología de “bueno, la primera palabra que se me ha pasado por la cabeza no tiene por qué estar tan mal”. Pero no. Allí nadie tenía prisa. Nos llevábamos unas tapitas, unas bebidas y de ocho horas de puesta en común de opiniones sólo se salvaban cinco minutos de trabajo efectivo. El resto era criticar a las compañeras(eso lo hacían muy bien nuestras amigas), reírnos de tonterías, comentar “Bola de Drac”, hablar del último libro o la última película que nos había interesado, tirar cosas al piso de abajo para reírnos de la gente… En fin, buenos ratos sí se pasaron en ese cuarto. Sobre todo cuando no sentía nada por Rose.
Recuerdo haberme reído de un corazón escrito con bolígrafo Bic, el mismo con el que hacíamos los borradores de los trabajos, dónde al lado de mi nombre estaba el de Rose atravesados por una flecha. La chica, en algún momento de esos tres años había divagado sobre una relación entre ambos. Y yo sin saberlo. Ese corazón lo vi mucho más tarde. Incluso después de que a mí me diera por salir con ella dos o tres veces e intentase algo y no lo lograse y entonces saliera con el rabo entre las piernas de esa relación frustrada antes de comenzar. Cómo no me gusta ponerme pesado decidí olvidarme de ella al primer no.
Algunos meses más tarde me llamó. Era Navidad y me ofreció unas entradas para un concierto al que decía que no podía ir porque se había quedado sola. Yo salía de viaje al día siguiente así que con amables palabras le rechacé las entradas. Y luego me olvidé de ella. En realidad ya estaba olvidada cuando ella se acordó de llamarme.
Y dos meses más tarde me llamó nuevamente por mi cumpleaños. Debía tener la agenda al día. Tuvimos una conversación animada. No esperaba esa llamada como no había esperado la de Navidad. Fue muy esclarecedora la información que me dio. En la época en que me “rechazó” estaba saliendo ya con un chico. No iban muy bien pero tampoco estaba segura de querer dejarlo. Y sin embargo esa relación terminó. Cuando me llamó en Navidad estaba triste. Justificaba su tristeza diciendo que había visto “Franky y Johnny” una deliciosa historia de amor entre dos perdedores(Al pacino y Michelle Pfeiffer) de las que me detienen el zaping si estoy cambiando canales por televisión. También me dijo con otras palabras y sin querer admitirlo del todo que necesitaba quedar con alguien esa navidad. La película la había puesto tierna. Y claro, si yo hubiese quedado con ella cuando me llamó y no me hubiese ido de viaje por Murcia dónde seguramente me lo pasé muy bien, pues hubiésemos fabricado nuestra propia “Franky y Johnny” durante esas fechas en que la gente está de un vulnerable que asusta. Pero no sé. Creo que volviendo atrás en el tiempo me hubiese comportado del mismo modo. Hubiese vuelto a decir que no.
Puedo ser un romántico pero sigo sin ser capaz de cambiar los billetes de tren que he comprado. Sobre todo cuando ya me he hecho a la idea de que quiero viajar. Total, el amor esta en cualquier sitio.
Comentarios
Mi blog: www.lacoctelera.com/eros
El video: http://www.youtube.com/watch?v=2JOKBnLHHSw
Saludos
Creo sinceramente que es el mejor vivo.
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Me gusta contar contigo en mi blog.
Bss