Cosillas sobre Bucay I
Su niño interior estaba fuertote
He leído un cuento del “ayudador personal”(tal y como le gusta ser definido)Jorge Bucay. Está escrito y resumido en cursiva. Yo soy el otro, evidentemente. El de la no cursiva.
Un perrito callejero es atropellado. Dos amigos que pasan por allí ven el perro herido. Al intentar ayudarle el perro gruñe y muestra los dientes. Cuando intentan ayudarle de nuevo, el perro muerde a uno de ellos. Este se queja del animal. El otro le disculpa: “No ha intentado morderte por maldad ni por falta de gratitud. Muerde porque está herido”
El cuento es el preludio a uno de los artículos de esa revista con la que se saca un sobresueldo Bucay. Dice que las vejaciones de las que hemos sido víctimas en la infancia se traducen en ese comportamiento del perro.
John Bradshaw, el más didáctico de los terapeutas contemporáneos, llamó a estos aspectos el niño herido interior. …Se trata de la represión de los sentimientos ligados a esos episodios los que condicionan esa conducta agresiva.
Claro, cuando el niño de aspecto más bien abominable iba a la escuela y los amigos se reían de él, el pobre se tenía que reprimir para no romperles los dientes porque ellos eran más y más fuertes. El psicólogo no analiza aquí un nuevo concepto poco tratado por la psicología pero si por las novelas de por ejemplo William Golding: el niño hijo de puta interior. Está bien curar al herido pero no olvidemos que también hay que colgar a los que lo hirieron.
La fantasía del desamor o del abandono crea un vacío que se intentará llenar después con actitudes inadecuadas, adicciones, autodestrucción, manipulación de los demás…
Esas conductas son tan abundantes que esto me confirma una vieja teoría mía sobre no permitir tener hijos a los padres antes de sacarse un carnet de buenos progenitores, hacer varios test psicotécnicos y estar dispuestos a pagar con la vida y la hacienda cualquier conducta vandálica del hijo.
Reconozcamos al niño interior. De estos cinco modos. 1- Volver a conectar con ese niñito para que confíe en él mismo. 2-Nuestro adulto interior debe reconocer a ese niño3-Tratar con cariño y permisividad a ese niño.4-Debemos respetar la forma en que el niño pretende enfrentar sus problemas 5-reconocer todo eso sin forzar al niño.
Vale, yo entiendo que hay que comportarse como un retrasado mental en la vida real. Si tenemos ganas de patalear por una tontería, pues hacerlo. Si hay que pagar una factura y el niño interior quiere solucionarlo haciendo un barquito de papel en la bañera y convertirla en papel mojado, pues también. Debemos conectar con aquel niño que fuimos y dejarlo salir al exterior. Como Tom Hanks en “Big”.
De todos modos yo creo que con ese niño ya se conecta demasiado. Nuestra sociedad es infantil, tiende a la simplificación y es de trauma fácil. Berrea con asiduidad.
Cuando podemos llevar adelante estos pasos, nos relacionamos saludablemente con ese niño vulnerable y le permitimos salir a la superficie. .. nos guste o no la vulnerabilidad y entrega del niño interior es lo que posibilita la intimidad, el encuentro de las almas…
Este hombre vive en Disneylandia. Pero entiendo que triunfe. Si la gente que odia leer literatura necesita “Crepúsculo”, la gente que odia leer psicología o filosofía necesita leerle a él. Consejos simplones, en algunos casos fantasiosos, que producen un alivio inmediato pero fugaz y que probablemente no pasan más allá de una hora en la cabeza del retardado que los aplaude. La autoayuda es muy eficaz para cierto tipo de gente. Dónde antes hablaban los filósofos ahora hablan estos “ayudadores personales”. Pero eso es como cambiar un buen entrecot a la pimienta por una papilla de niño.
Hay gente que necesita más que autoayuda. Con asistir a clases de adultos para volver a sacarse la educación básica sería suficiente. Además de poder detectar nuestro niño interior debemos alfabetizarlo. Eso es primordial.
Comentarios
bucay es hostiable y el único superventas pseudofilosófico que escribe peor que paulo coelho. y eso es muy muy difícil que yo lo diga de paulo, que ocupa el número uno en mi ranking. ese hombre ha llegado a la obra de arte del escribir mal. es imposible superarlo a no ser que pases tantos años como él entrenando. y llega jorge bucay y, ploff, va y lo consigue
además, como paulo coelho, la mitad es material ajeno. simplificado, en muchos casos con el lenguaje modernizado, pero yo ya le he cazado varios cuentos de colecciones medievales. y eso que la cuentística medieval dista muchísimo de ser mi especialidad, pero... claro que los desconocidos autores medievales que, a su vez, traducen tradiciones orientales, no pueden reclamar derechos de autor. ggggrrrrrrrrrrrrr
qué tal el desencanto? odias a felicidad blanch tanto como yo? a mí me dura el trama de haber descubierto de dónde sacaron la idea para el diario de patricia y todas estas cosas
besos
Un saludo.
(mi niña interior tiende a presionar el teclado repetidamente cuando lee cosas así) O no, o a lo mejor soy yo que las gilipoyeces me ponen de mala hostia.
ODIO,y sí, así con mayúsculas, a la gente que habla tanto y no dice más que capulladas, que se pierde en generalidades absurdas y simplificaciones estúpidas; y se cree una lumbrera digna de recibir una felación (adaptese en caso femenino) por solo abrir la boca.
¿Cómo se puede hablar tanto y decir tan poco?
¿Cómo se puede ser tan cursi?
¿Cómo se puede ser tan detestable?
Ugh, tengo un mal día. Y no creo que conectando con mi niña interior (simplemente tengo que desearlo, como cuando quería que viniese el ratoncito Pérez) solucione nada.
Vaya paridón.
Baj.
No me hagas mucho caso, yo hago mi propia terapia de liberación de la ira y el estrés :D
Muas!
M
¿De verdad que existe esa revista? ¡No te creo! ¿Se la autofinanciará él? Espero que sí.
Ps. Llegué aquí a través de Meryone, que conste. No soy una loca que entró aquí por casualidad.