Una fiesta por obligación es peor que trabajar
Durante el último mes mi cuerpo ha cargado con más fiestas que en los últimos cuatro años. No en el sentido de “rito social para marcar un acontecimiento especial” sino en el que le daba Casanova: “dónde todos los integrantes estén de fiesta (sin marcar una ocasión especial), es fiesta”.
La otra noche dejé de pasar calor en la calle para pasar CALOR en una sala dónde me arrastraron con trucos y mentiras de todo tipo unos que dicen ser mis amigos de siempre.
Como pez fuera del agua y “ahumado” por el tabaco de las docenas de noctámbulos que me rodeaban me dediqué a beber tequilas en la barra. Llevaba algunas cervezas de las que vendían unos pakistaníes muy simpáticos por la zona. También otras bebidas que había tomado en la cena. Pero el tequila era la horma del zapato que me faltaba. Cada vez que ingería la bebida en vaso enano hacía caras, me miraba en el espejo que había detrás de la barra. Entre dos botellas de JB que había en la estantería con el espejo detrás, veía mi rostro contraído por el esfuerzo de ingerir esa bebida tan fuerte. No me encontraba mucho más atractivo que el Golum del señor de los anillos así que dejé de beber tequila y cesaron esos gestos de asco que me afean tanto.
Luego perdí un poco el control de la nave. Apenas recuerdo como en fotogramas de una película con cortes y autocensura los pasos que me llevaron a caer en los brazos de una mujer de unos cuarenta en estado ruinoso. No era por los años que llevaba encima, hoy en día la cuarentena todavía es juventud. Era por la mala vida que debía llevar detrás. También recuerdo como si lo hubiese soñado, la risa de alguno de esos que dicen ser mis amigos y a otro de ellos con una señora que debía pesar más que él y yo juntos. El que se reía se pasó toda la noche riendo y bebiendo así que tampoco le envidio mucho. Beber y reír puede ser divertido pero si estás solo pierde mucho.
Recuerdo mejor que salí de aquella sala y sobre todo de aquellos brazos y de aquella boca y aquella lengua que no me sabían mejor que el tequila. Que el aire de fuera no era tan cálido como lo recordaba y la brisa mezclada con los efluvios de las alcantarillas fluyendo bajo mis pies me llegaron hasta la nariz y casi me hacen vomitar. Pero conseguí embridar el estómago. Los vómitos para mañana, cuando el cuerpo me recordase lo mal que me sienta mezclar seis tipos de alcohol diferentes (aunque sólo os he citado dos por resumir).
Mi amigo, el de la señora gorda, salió para ver si me pasaba algo. Creo que dijo algo así como “si tu no le cuentas a nadie con quién me he ido yo, yo no contaré a nadie con quién te has ido tú”. “¿Y a mí que me importa?”, pensé. Nos hemos unido fugazmente con dos personas tan tristes como nosotros, nadie que sea realmente feliz podría divertirse en un agujero tan sucio como ese en el que habíamos entrado.
Mi amigo se fue con la excusa de que tenía que ir un momento al coche a tomarse una rayita para “funcionar”. En fin. Si le buscas estimulantes al cuerpo para disfrutar es que te lo estás pasando realmente mal. Una carne que basa su sabor en la salsa es una mala carne. Pensé que tengo amigos o tipos que dicen ser mis amigos que se toman la diversión como una obligación, que la buscan dónde les dicen que será fácil encontrarla, que luego no la encuentran y se engañan con alcohol y drogas para alterar la realidad… También pensé que al día siguiente aceptaría la invitación de cena con mi amiga sin derecho a roce. A lo mejor no prometía emociones fuertes ni experiencias nuevas pero es que tampoco las necesito. No de este tipo. No conseguí sexo (la joya de la corona para el macho hetero u homo) y el premio de consolación, unos besos que no quería, se me aparecieron esa noche en una pesadilla.
Me regresó una arcada. No estoy seguro de que me la produjera el alcohol.
Comentarios
Me hiciste acordar de un amigo que no tuvo tanta suerte como tú y despertó a la mañana siguiente en la cama de la cuarentona en estado ruinoso diciéndose a sí mismo que era una pesadilla, que él no podía estar despierto y que no podía ser que eso le estuviera sucediendo realmente...
Es lo que tiene mezclar trago con malos amigos...
Me ha gustado mucho tu post, precisamente anoche también me di cuenta que hay amig@s que es mejor tener de lejos, muy lejos...
Besos brujos
Besos!
Annie, las historias como la de tu amigo son las que me consiguen horrorizar. Son habituales, me las cuentan personas que conozco...
Besos!
Y digo yo...(no quiero meterme en aguas pantanosas...)Tu podias haberte negado a entrar y aun mas podias haberte escabullido o no ponerte a soplar como un poseido...no sera que en el fondo necesitabas una situacion asi ?No se exactamente porque o mejor dicho no me atrevo a decirlo pero creo que en fondo tu no quisiste parar antes...
Y pienso tambien en que ando algo acojonada ante la llegada de la cuarentena...me queda tan poquito.Soy demasiado Peterpan y no me mola crecer.
Me has hecho pensar pero de verdad...
...como ves...sigo pensando
un abrazo
lo cuentas q da gusto leerte
detesto las drogas y el alcohol me sienta muy mal y me da cero suerte
me recuerda a otros momentos del pasado con peor suerte aún relacionado con el tequila ufff
paso de ir de fiesta he rehuido todas las del Tiro y hubo un escandalo gracioso entre un amigo de mi hijo y una cuarentona alcolizada q ha levantado póvora...
me ha contado mi hijo q la novia de ese chico ha roto con él me he partido de la risa aún le queda por vivir a esa pobre chica.... uffff
yo tengo 42 jaja y he hecho muy mala vida al menos una temporada pero no se me nota nada el socorrista q está muy pesado y me persigue y se me está yendo el morbo tiene 28 y su amigo q está super bueno aún menos jaja
el último párrafo es genial
un beso rubio y maduro
Besos!
BesO!
PD: Sí, lo de la pereza me caracteriza :P He estdo muy muy muy liada :S
El titulo de la entrada me recordaba esas fiestas que tanta expectación habían creado, semanas hablando de ellas, qué te pondrías, con quien irías, qué pasaría, y después (salvo horrosas excepciones) no eran nunca para tanto.
El empeño en disfrutar es contraproducente, y si hablamos de hacerlo a cuatro manos y dos cuerpos, creo que peor me lo pones.