La mano de la paz
"Si accediéramos a la biografía de nuestros enemigos y comprendiéramos la tristeza y el sufrimiento que padecen, nuestra hostilidad se desvanecería" -Henry w. Longfellow
Miro dos veces para asumir que él es quien imaginaba que es. Y él lo confirma porque me llama por el nombre. Es curioso. Yo le miro y me acerco aunque el protocolo hasta ese momento había sido muy distinto. Nos habíamos retirado la palabra durante los últimos dos años. Mi “amigo” estaba ahora en el montón de las personas con las que no me quería cruzar. A veces hago estadísticas y veo lo difícil que es cruzarse con quien no te quieres cruzar. Con los vecinos lo tengo difícil pero si la enemistad está fuera de barrio confío en una vida dónde no vuelva a ver a ciertas personas… Y sin embargo me equivoco.
Me acerco a mi amigo y me ofrece la mano humildemente. Parece que no va armado. Y eso que es policía. Pero viene de civil. Su suegra, mira tú por dónde, vive cerca de mi casa y está enferma. Él pasa cada Sábado a recogerla para llevarla al hospital y se aposta en ese lugar que es el punto en mitad del camino entre mi piso y el bar dónde me esperan mi hermana y sobre todo mi sobrina.
Tenemos un pasado difícil de esquivar. Ya escribí mucho sobre él. Cuando escribo mucho sobre algo es que tengo prisa por olvidarlo. Y más o menos me iba bien con el olvido.
Él era mi amigo. Yo le invitaba gratis al cine, yo ayudé a que su mujer trabajase conmigo, su mujer se hizo encargada en seis meses, su mujer leyó la dirección de mi blog en el facebook de mi amigo, su mujer pasó mi dirección de blog como tarjetas de visita por toda la empresa, yo luché contra su mujer por muy encargada que fuera y la insulté desde el blog y la puse en evidencia y le toqué dónde más le dolía… Fue una guerra muy sucia dónde perdimos todos. Como siempre que me hacen algo me rebelo como un animal acorralado. Así que todo eso pasó factura. A él no lo vi más ni por casualidad. La última imagen de mi amigo era su coche esperando a su mujer y su cuerpo de cuello para abajo frente al volante( a él no le veía bien). Ese coche desde el que antes asomaba su cabeza ofreciéndome acercarme hasta la estación. Y nada más. Ahora sólo quedaba el deseo de no pasar por esas situaciones tan violentas dónde la casualidad te cruza en una calle con alguien que no deseas ver.
Pero me ofreció la mano. Y yo le presté la mía y hasta puse cara de circunstancias cuando me habló de la artritis de su suegra. Y me dijo que debíamos tomar un café. El que no pudimos tomar en otros tiempos. Estaba serio pero pacífico. Era el tipo que recordaba, uno bastante buenazo y sin dobleces. Me dijo que le enviase un mensaje porque él no tenía mi teléfono (o no estaba seguro de que yo respondiera a su llamada, creo que aún desconfía de mi estabilidad mental).
Nos despedimos. Perdonar economiza energía. Ese estrechón de manos era más relajante que el yacusi. No digamos que las noches en vela pensando en las posibles nuevas venganzas contra su mujer (no es que a ella la haya perdonado del todo pero ya no me importa y ese es el principio).
Cuando llegué hasta mi sobrina me sentía como el perfecto compañero para esa niña de seis años. Rejuvenecido hasta extremos infantiles.
Comentarios
Y me encanta lo que has escrito porque hoy tengo un cafe pendiente con una amiga...espero que cuando vuelva del cafe siga siendolo...y voy con animos de sosiego de no complicarme la vida.ya sabes que trato de recoponerme a mi misma y no voy a dejar que nadie me trunque esa necesidad.
Me ha encantado...y me ha llegado mas de lo que te imaginas,has sido tan pero tan oportuno...
Besos
En cuanto a lo de la hostilidad que mencionas, Pitt, has llegado justo en un cese temporal de largas y a estas alturas tediosas hostilidades. Es un texto literario basado en algo real. Y bueno, por primera vez alguien afirma que cultivo la templanza. Es un refuerzo para seguir cultivándola porque llevo una carrera...
Me alegra el encuentro que narras.
Un beso
Cultivas la templanza en las letras porque te explayas a gusto en la foto. Tu "amigo" y su mujer, supongo.
Como también supongo que has cambiado de bar en el que quedar con tu sobrina, ¿no?
Buen texto, me gusta tu estilo.
Me alegro de que te ofreciera la mano y que tu la aceptaras.
Besos.
No es necesario que me contestes, porque como te he dicho es una pregunta cotilla, pero me llama la atención que te hayas enfadado con él si no causó el daño que te perjudicó...
Lo bueno de lo que nos cuentas es que pasaste página y ahora tienes una paz que no se compara con nada, en mi opinión, te estás convirtiendo en un hombre exitoso!!!
Besos mágicos
Anónimo, yo no puedo esquivar ni olvidar el pasado porque tengo bastante memoria. Una memoria que me martiriza cada día. Para ser feliz necesitaría ser un poco más tonto. pero de momento me conformo con ser un poco más tolerante y perdonar que también relaja.
Meme y Pilar, al parecer todos estamos de acuerdo en lo inútil de las guerras y en el desgaste que causan. Y a pesar de esa sabiduría sigue costando evitarlas.
buen texto.
un abrazo
yo también he perdido amigos, ahora son de la guerrilla, paramilitares, traficantes y militares.
Joder, reltih, y yo me quejaba porque los míos me robaron los cromos...
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Para el autor del blog, te dejo un pequeño fuckmind, ya que son las 5:25 de la mañana y me encanta ser redundante.
Esta noche he tenido una discusión muy fuerte con un completo extraño, por Internet. La típica conversación que empieza con toda la buena voluntad del mundo, y acaba 12 mensajes después atacando con toda la fiereza con la que eres capaz de atacar verbalmente a otro ser humano. He buscado machacar a esa persona hurgando en la más mínima de sus muchas bajezas, y creo que con notables resultados. El intercambio ha sido en ebay, y el asunto ha sido lo suficientemente peliagudo para costarnos a ambos la expulsión (Tenemos los mecanismos). A lo largo de casi toda la conversación he estado convencido de que hablaba con un corriente y moliente hijo de puta, pero a partir de cierto punto, he tenido la impresión de que hablaba con un pobre hombre, también; alguien que seguro no se sentó frente al ordenador con la idea de discutir con nadie del modo que lo hemos hecho, y que pese a buscar hacerme daño, ha acabado humillado de manera excesiva, y no totalmente necesaria. A mí me la sopla, pero quizá él pierda su pertenencia e ebay, y también ventas, que yo no hago. Y ahora me aprieta la conciencia.
Un rato después, me voy a mis feeds, y entre las muchas docenas de la lista infernal, me voy directo a visitar este blog. Será por el título.
Y la primera entrada que leo, es la de Longfellow. Y tu entrada, sobre el hostilizado deshostilizado.
El mundo es un lugar más vivible cuando lo comprendemos lo suficiente, y lo ignoramos lo indispensable, sospecho.
Sólo quería compartir la historia, disculpas por la extensión.
Un cordial saludo
Yo pense hasta hace poco que no seria capaz de dejar de hablar a nadie, y mira por donde no ha sido asi pero a mi si me han retirado la palabra, previo email informativo. Quiero creer que un dia nos cruzaremos de nuevo y comprendere todos los porques de aquello y podremos olvidar, pero hoy por hoy temo ese encuentro.
Hay gente que lleva el rencor tan enraizados en el elma que es dificil arrancarselo.
Te has debido quitar un gran peso de encima, enhorabuena! :)
Besos
Andario, la historia que cuentas es tan adecuada como cualquier otra.
Así dicho, tu comentario no resulta muy halagüeño... Pero sí, tienes razón, una historia mínima que durante unas horas de mi vida tuvo una cierta importancia, cuando estaba calentito todavía.
La idea de cómo una misma persona puede resultar razonablemente neutra o absolutamente intolerable en cuestión de minutos, me resulta más interesante que nunca. Quizás porque entiendo que en la percepción hay voluntad, hay defensa, hay deshonestidad necesaria para sobrevivir el momento, sin que tener la razón sea tan importante como tener un puñado de mentiras suficientemte sólidas para atravesar tal momento. De ahí la empatía con el "enemigo", de ahí Longfellow, de ahí mi sorpresa al tropezar con tu post en un blog "al azar", que mi subconsciente eligió premeditamente. :-)
En fin, lamento la extensión, again. Procuraré contar algo que merezca más la pena en el futuro.
Un saludo
Um belíssimo texto.
Espero que vc consiga entender o português como eu entendo seu delicioso idioma. Amo o espanhol, tão belo, tão romântico.
Convido-o a conhecer meu blog e saborear uma mousse de chocolate comigo.
Beijos e que sua semana seja maravilhosa.
Seguindo...
Me gusta tu blog
de todas formas ese daño q se hizo nunca se puede recuperar hacia el lado positivo
y ya nada es igual
no suelo cruzar acera levanto la cabeza y saludo
en este caso lo entiendo