La última vez que la ví (II)
Me pregunta si quiere que veamos libros porque recuerda perfectamente mis costumbres. Decido no llevarla de tiendas porque ella no me ha llevado a mí nunca de “sus” tiendas. Hoy no entraremos en ninguna librería.
Pasados unos metros recalamos en un lugar dónde ella pide algo dulce. Su cuerpo necesita tanta energía como gasta que es mucha. De ahí su pasión por el azúcar.
Cuando pedimos y nos sentamos le da un bocado a su Muffin, lo deja sobre la mesa, estira sus manos hacia mí y me dice inesperadamente: “¡Te hubiese podido hacer tan feliz!”
Yo no sé qué decir. Ya dije una vez que la felicidad no nos viene de fuera. Soy el único encargado de mi felicidad. De ahí que no siempre vaya bien.
Le comento que me recuerda a la Amy Winehouse de cuando no conocía las drogas ni los moños. Que tal vez por eso escucho mucho a esta desaparecida cantante. Ella dice que sí, que se lo dicen mucho. Yo le aseguro que incluso las letras de Amy se podrían poner en sus labios. Me dice distraída que ya las escuchará. Pienso que a veces nos gustan ciertos artistas porque nos recuerdan a nuestras parejas. También nos gustan algunas de nuestras parejas porque nos recuerdan a ciertos artistas. Podemos amar arquetipos.
Cambiamos de local. En medio varios semáforos en rojo nos detienen y recordamos que hace tiempo eran excusas para los besos.
Entramos en una cafetería dónde no nos conozcan mucho. En los viejos tiempos no nos preocupaban los espectadores. No éramos exhibicionistas voluntarios pero siempre regalábamos alguna imagen lúbrica a los que nos rodeaban.
En esta cafetería ella introduce mi mano derecha en su pantalón y coloca encima su bolso. Es como un recordatorio de que le debo algo. Nuestro último encuentro había sido en un cine. Su mano llevándome al orgasmo sin que lo pidiera pero de todos modos le estuve muy agradecido. Es cierto que al menos un clímax sí que le debía pero no pensé que tuviera que pagar esa deuda. Al menos hasta ahora.
La camarera y sus paseos para traernos el Capuccino o el agua me inquietan. Mi mano sigue allí. El brazo está tenso e incómodo. Mi Amy no me devuelve la mano. Dice que está cachonda. También me dice en una voz más alta de lo esperado “me da igual que digan que soy una puta pero quiero que me folles”. No sé por qué dice lo de puta. Nunca la llamaría así. Nunca llamaría así a ninguna mujer. Al menos a las que no me cobrasen.
- Mira, tenemos que quedar. O podemos bajar a los servicios. Estoy muy… Bueno, ya te lo he dicho pero es que nunca me he sentido así con nadie. He tenido algunos orgasmos pero no era lo mismo. Nunca me he sentido tan a gusto con nadie. Tan “yo misma”. Contigo me siento así. Puedo ser como soy realmente.
Por un lado me alegra. Soy un hombre cómodo y confortable.
Y doy demasiadas confianzas, por lo que parece.
Mi dedo corazón derecho sigue en remojo.
Comentarios
Creo que era Cortázar quien decía que de un buen cuento, como de un orgasmo, nadie regresa indemne.
se te vá a arrugar el dedo d tenerlo en remojo jejejje.
muy guay hou.
Me imagino que habrá capítulo 3... esto se está poniendo interesante :)
UN ABRAZO
No me quiero ni imaginar la 3ª parte de la historia..
Besoss
...hay que remediar ese problema de "humedades" antes de que sea tarde XD! ;)
"las letras de Amy podrían ponerse en tus labios"
Suena romántico, otra vez,jajaja, tal vez no te escuchó bien, algo así no puede pasar tan desapercibido.
No se, la situación era algo violenta, para ti, supongo que ella intentaba recuperarte con sus mejores armas, las que anteriormente le funcionaron para tenerte.
Lo mejor de cuando estás con alguien es no tener que ser otra persona distinta para agradarle, y a ella le pasaba contigo, "eres un hombre cómodo y confortable" En esta frase bromeas como un payaso pero serio, como le pasaba a esa chica que conociste en las fiestas de tu barrio, a que si, creo que la describías así cuando bromeaba.
Por cierto,,, no se como se puede mantener una conversación medio seria con el dedo en ¿remojo?, la mente deja de pensar con claridad y empieza a divagar jajaja... ¿no?
BESOXX
Pitt: Debió ser Cortazar que desubrió tarde el sexo y le impresionó mucho.
Mara: Por supuesto que conozco que lo de puta en según que contexto puede funcionar. Pero ya ves que aquí va por otro lado el asunto. Lo del dedo es evidente. Ya lo tenía escrito para la tercera y última parte.
Ximo: Sí, sí, Acapu, ya termino en la siguiente que me estoy centrando mucho en esta cita. El dedo y su ubicación está dando mucho juego por lo que veo en los comentarios.
Reltih: Bienvenido al club de los de las Amys. De momento somos tú y yo y algunos millones por internet. Un abrazo.
Vanessa: Te prometo que me pasan a mí y que no intento para nada que me pasen. A tí seguro que te pasan otras distintas que también tienen lo suyo cuando las analizas en frío. Y luego está que el ser permisivo y abierto con la gente hace que la gente se muestre comoe s conmigo y descubres de todo. Besos.
Hilia: Queja aceptada. Yo tampoco lo veo bien terminado así hasta el punto de que lo acabo en la próxima. Por supuesto.
Liss: Te lo dije. Claro que has leído muchos. Tú la que más, pobrecita. Pero convendrás conmigo que esta chica me ha dado grandes momentos en la vida. Y se resiste a dejar de dármelos. Porque ni mucho menos la veo de otra forma que así. Espero equivocarme. Besos.
Meme: Con eso de que lo intentaste, lo de ser feliz por tu cuenta y no te funcionó pues no sé, hay que seguir probándolo. Yo sé que si me hubiese dejado llevar por esa relación o si hubiese visto que podía ir a algún buen ouagr con ella hubiese sido feliz llevándola adelante. Eso no hubiese dependido para nada de ella. Yo nunca le pido a nadie que no sea otra cosa que ella misma porque es imposible y porque tampoco es razonable. Ella es como es y así la conocí y así tiene que seguir siendo. A no ser que su personalidad consista en algo asesino.
Y me hace gracia cuando señalas lo romántico. Lo puedo llegar a ser sin propnérmelo así que si me lo propongo pues todavía más.
Lo de no mantener conversaciones con el dedo así te diré que cada día me incomoda más el no poder estar quieto en un lugar público haciendo según que cosas y en la tercera y última parte eso es lo que comentaré. Algunos ya me conoceis tan bien que podéis adivinar algo que todavía no he escrito. De cómo esa camarera y los clientes y sus ojos dirigidos hacia mi brazo(la mano no se ve porque hay un bolso en medio) no me parecen muy eróticos. Besos.
Y sin duda el broche de oro lo pone la última frase.
Leí tu anterior encuentro en la primera fase tras las fauces de tu amiga, al poco de subirlo. En seguida, y créeme, no sé bien por qué, pensé que no estaba ni todo dicho, ni mucho menos escrito. Hay mucho en esa historia que puedes, o no, contar, confiarnos a los que llegamos aquí hambrientos de historias para dormir con el alma en paz y el cuerpo suplicando sueños propios… Te leí, sí, y pensé en comentarte. Nadie lo había hecho, lo de comentar, digo, así que estuve a punto, por una vez y sin precedentes que valgan para sentarlos, de ser tu primer comentarista. Pero sonó el teléfono y ella me dijo no sé qué y tarde poquísimo en abandonar tu senda escrita para buscar otra senda en unos senos que invitaban a letras y café y miradas y paseos furtivos a la hora de los sueños que huyen de las noches. Así que me temo que como vuelva a sonar el teléfono, saldré pitando sin haber dejado pintado este comentario en tu espacio. Bien, me fui. Vale, traicioné, como no sé hacerlo de otra forma, ni mejor, mis costumbres. De hecho las costumbres pasan de mí que es un primor. Pero me llevé tu texto tras imprimirlo. Y eso que podía leerlo desde el móvil súper chulo y nuevo que me he agenciado, pero en papel, tus historias tienen otro color, otro calor, otro sabor, otra perspectiva, incluso.
Y ahí estaba por la tarde, sin escotes que se interpusieran entre mis deseos y mis concesiones. Te leí y me maravillé. Hoy me he maravillado durante el café al ver en el móvil que tenías entrada nueva, vamos, lo he visto hoy cuando casi se me pasa el arroz de la lectura. Total, no había nadie en la cafetería, todos los periódicos estaban repasados, el café, liquidado… y he venido como alma que lleva el diablo a encontrarme contigo, a decirte que tu historia me ha encantado por recordarme a historias que en sus días con sus noches, también me sucedieron similares.
Además, otra vez para que nada sirva de precedente, creo que en algunas cosas, no escribiendo, quizás, sí viviendo, sí entendiendo, sí queriendo, sí dejándoNOs, querer, sí siendo y estando, ya ves, verbos doctos y copulativos o “copuladores” donde los haya…
Te felicito.
Ahora sí, voy a ver si escribo algo, coño, ya está bien…
Por cierto, entre tu historia y mis recuerdos, sigo pasado por agua.
Un abrazo, y mi admiración, siempre.
Esta frase me descoloca. Hasta ahora estaba convencida de que eras tú quien babeabas por ella y no al revés. ¿Me perdí algo?
No sé cómo seguirá la tercera parte pero hasta ahora me da la impresión de que su impulso te deja indiferente; es como si a partir de ese instante perdieras todo interés.
* No te hagas tanto de rogar con la tercera parte. ansío ver el desenlace!
Cambiando de tema me alegra que salgas con historias parecidas, que asegures que las has vivido porque a veces mientras cuento un fragmento o pequeños pedazos de la mía temo que resulten extrañas o imposibles. Como si el mundo no estuviese lleno de sorpresas así o peores. Sobre esta he contado algo más otras veces y en su momento. Aquí sólo falta por explicarse el final de esta cita y lo que ocurra en el futuro que todavía no lo sé ni yo.
Espero que la persona que te sacó de tu rutina te diera un buen momento del tipo que fuera(intelectual o más prosaico, da igual).
Me resulta curioso o halagador que me lean en papel. De alguna manera cada vez que me imprimes siento que me publican de verdad, en el soporte preferido de los lectores de toda la vida: la hoja y la tinta.
De momento te digo hasta pronto con la esperanza de que esta vez sí, nos veamos en tu blog.
Un abrazo.
La frase del final es por descolocar, lo admito, pero no es el final. El final es el siguiente post. Saludos.
Mi pérdida de interés es más bien que ya estoy convencido de que esa relación no va a ningún sitio como dije en aquel post pregunta de amor pasión o amor tranquilo. Esta es una cita recordatorio de todo lo bueno pero sin olvidar que vivimos en presente y que yo no creo mucho en recuperar el pasado. Y tu impresión del primer post es porque yo me estaba dejando hacer. Y claro, porque esa chica nunca me ha dejado indiferente, eso también.
Te prometo que no me haré de rogar mucho.
Perdona el tostonazo pero me ha salido así de largo...
Bss
Lo importante es que hayas disfrutado el momento y como respondes a algunos comentarios sea agua pasada, porque es harto que luego cuando regreses a tu amor tranquilo le sigas dando vueltas a la cabeza a ese "dedo en remojo" durante mucho tiempo...
Espero ansiosa el final de esta historia.
Besos mágicos y feliz inicio de semana
En cuanto al final hay una pequeña sorpresa que a lo mejor tú entiendes mejor porque te demostraré que de alguna manera conoces a mi amiguita sólo un poco menos que a mí. ¿Sorprendida?Pues eso. Ya verás. Besos.
La entrada muy buena, también la anterior, de esas que devoras y te dejan esperando más.
Qué momento ese del semáforo en rojo, las miradas cruzadas de "quinceañero" y las bocas que se buscan hasta que el pito (el del semáforo) suena y corta el momentazo tórrido-callejero...
Salud!
Isra: Ese momento del msemáforo que mencionas le sirvió a ella para escribir su propio post en su propio blog hace tiempo. Esos momentos. Saludos.
Y me llamó la atención el comentario del anónimo, pues en verdad que te dan muchos consejos. Yo escribo ficción y, generalmente, creo que lo que leo en los blogs también es ficción. Por las dudas, no doy consejos.
Un cariño.
HD
No sé, no sé, a mi el aquí te cojo y aqui te pillo, como lo de satifacer deudas pasadas como que no me pone gran cosa...
(esperando la tercera, supongo)
En fin, que sepas que te releí, y dejé que te leyeran. Y los resultados han sido de lo mejorcito. Como esperaba, gustas, como gustas, te leerán, como te leerán, te etceterarán, o algo así. Vamos, llevas la calle y la aventura de aceras y cines y escaparates y ofertas y demanda de emociones, en cada uno de tus textos, en tu sangre literaria.
Te dejo un abrazo, agradecido.
Mario