Huellas
Hace
tiempo que no veo a cierta compañera de biblioteca a la que miré y
admiré cuando allí trabajaba, de ella sólo me queda un recuerdo.
Pero el recuerdo ni siquiera es entero. Apenas veo su rostro ya, las
caras caducan con el tiempo si nos las miras habitualmente. De ella
me quedan en las neuronas un vestido estampado con dos osos polares,
el hocico de uno de los cuales quedaba a la altura de su nalga
derecha(y repartía mi atención entre lo que hablábamos y esa nalga
durante aquellas tardes de biblioteca con pocos usuarios).
Tampoco
recuerdo bien a una de mis "subalternas" del equipo del
mismo trabajo. De ella no me queda ni el recuerdo de un vestido. Sólo
una anécdota. Me dio su número de móvil para que la avisase
cuando tuviese noticias sobre un curso de salud e higiene que
teníamos pendiente con el Ayuntamiento(por si nuestra coordinadora
seguía empeñada en no acordarse de avisarla, que al menos yo, el
jefe de equipo, le dijera algo y no le pusiesen inútiles faltas de
asistencia). Apunté su nombre y el número, claro: A.. Como era la
primera de la agenda la estuve llamando todos los días. No porque
quisiera sino porque mi pierna izquierda al caminar, presionaba las
teclas del móvil y este llamaba a la primera del abecedario. Y A.
respondía y probablemente solo oía ruido de coches o el frotar del
forro de mi bolsillo del tejano contra el móvil. Supe todo esto
porque en una de esas recibí un mensaje poco halagador: "¿Quien
eres?" Yo, un poco ninguneado no le respondí pero si lo
hubiese hecho le hubiese escrito algo como: "Un idiota que
gasta dinero en el móvil por no recordar lo de bloquearlo".
De A. como digo, sólo recuerdo la anécdota, su cara se me ha
extraviado hasta cualquier posible encuentro fortuito por nuestro
estrecho municipio.
Recuerdo
perfectamente palabras que intercambio con la familia y los amigos,
palabras que escribo en mi blog o en los ajenos(y mis viejas
historias y las vuestras tejidas con verbos). Y también almaceno
pequeñas anécdotas y detalles minúsculos que me ocurrieron y que
en principio no sirven para nada(buscar utilidad si no, del vestido
estampado con los osos polares). A veces me pongo nervioso y llamo a
alguien antes de que esa persona pierda su cara y se convierta en el
mencionado vestido, en una anécdota con el móvil o cualquier cosa
así. Llamo antes de convertirme en un simple "qué habrá
sido de este" o "ese que no llama nunca". A
veces lo hago demasiado tarde.
Está
claro que el olvido ganará la partida. Conviene resignarse.
Especialmente si sólo se trata de tonterías como esta. Pero es que
el otro día se murió un saludable y simpático señor al que veía
cada día en la cafetería. Todos le recordamos porque sólo hacía
bromas y rimas con "olla" y "oño".
A
ver el recuerdo que dejo yo.
Comentarios
FULLL TEXTO BROTHER, COMO SIEMPRE.
UN ABRAZO
qué fue de tanta invención
como trujeron?
Las justas y los torneos,
paramentos, bordaduras
y cimeras,
¿fueron sino devaneos?
¿qué fueron sino verduras
de las eras?". Y que para recordar a los que se fizo o no, tertuliano de bar que rimaba cañita con oñete, y en la barra apoya el brazo con la olla, ¿ubi sunt qui ante nos fuerunt?, siempre cabe usar el método de Guy Pearce en Memento para recordar que tiene que recordar, tatuado el brazo, o repetir eternamente como Adam Sandler en 50 primeras citas.
La del oso panda, osobuco, osario y huesos pasados, la nalga es recurso nemotécnico.
un saludo
(y sí: me gustan las frases largas y los pechos grandes)
¿Te sentiste ninguneado o te hiciste el ninguneado? He tenido que estudiar esta palabra después de leerla e tu entrada, la desconocía, en serio!!
Yo he olvidado muchas caras de mi pasado, caras de personas que mi hermana siendo mas pequeña que yo las recuerda perfectamente y yo habiendo tenido la misma relación que ella con esas personas no las recuerdo ni teniéndolas cara a cara, y a veces me pregunto si mi mente ha seleccionado lo que quiere recordar y lo que quiere olvidar, a quien quiere recordar y a quien olvidar ,porque luego hay cosas de mi pasado mas lejano que las recuerdo perfectamente, incluso caras, olores y sabores, la mente es muy compleja para estas cosas y a mi esto me fascina...
Me gustó volver a leerte S. feliz domingo,
¿que recordarán de nosotr@s? Cada un@ algo diferente, y muchos menos que nada. Así es la vida, creo.
Rafarrojas: Tu comentario, como continuación y respuesta y ampliación de mi post y hasta de los tuyos, es de tal exuberancia que me exige un repaso tranquilo y hasta otro más o menos intranquilo. Hay mucho por leer y mucha ocurrencia condensada. Gracias por la generosidad dialéctica, casi siempre me entretienen más y durante más tiempo mis comentaristas que mis propios posts. Saludos de alguien que no teme a las frases largas y mucho menos a lo otro.
Sobre las caras es lo que más olvido cuando trato de recordar(salvo en algunos sueños pero sueño poquísimo o recuerdo poco lo que sueño). Saludos.
P.D.Y si vuelvo a escribir es sobre todo para leer a gente como tú. Pero no os presiono, ¿Eh?
Pilar: Yo nunca sé qué es lo superfluo o lo realmente importante por eso me acabo quedando con minucias. Es que a veces me ha pasado que un pequeño detalle me ha ganado extrañas adhesiones. Recordarle a alguien en el trabajo o en otros sitios algo que dijo hace años les halagaba. Hay gente que se siente adulada cuando no sólo recuerdas su nombre si no el grupo de música que le gusta o su marca de refresco preferida. Por mucho que estudie estos comportamientos nunca los acabaré de entender del todo.
Es curioso como nos parecemos en lo que respecta a los recuerdos, yo también guardo en mi memoria hechos puntuales, anécdotas, palabras y olores que relaciono con determinadas personas, pero por mucho que me esfuerzo no logro visualizar su cara o poco más de esa persona.
En cuanto a lo de hechos que no sirven para nada, me hiciste acordar cuando estudiábamos para los exámenes preparatorios de civil y todos retenían cada artículo, cada parágrafo que leíamos, mientras yo tenía la mente en blanco; pero si me preguntaban por el diálogo de la pelea entre Krystle y Alexis Carrington de la serie Dinastía, lo recitaba con pelos y señales jajajajaja
BEP y que la semana te sea leve
caducamos nosotros,
la memoria se deshoja
en el otoño ¿eterno?
Ahora ya sé que no soy el único que pierde caras, pensaba que era otra tara más de las mías.
Por cierto, si le dabas más importancia a Dinastia en tu memoria es porque para ti la tenía. Recuerdo la serie y que la veía pero he olvidado casi todo de ella. ¡Aunque recuerdo caras de algunos de sus actores!
Besos y que la semana te sea fructífera.
Garriga: Tu poesía de la tristeza es cierta. Caducamos nosotros y las neuronas no son precisamente perennes. y no, eterno no es ni el otoño.
Yo suelo tener buena memoria para recordar una cara y mucho mejor para los detalles (como el del vestido) puedo recordar infinidad de detalles de cualquier cosa, detalles que incluso en el momento de vivirlo pasas inadvertidos. No me ocurre lo mismo con los nombres, los números, la voz y los olores.
Ahora bien, solamente recuerdo el rostro de las peronas que causan algún efecto en mí, tanto para bien como para mal. El resto ni me molesto en memorizarlos.
Pero la voz... la voz y el olor son cosas que me gustaría recordar, sobre todo de las personas que he querido mucho y ya no están conmigo.
Los rostros son cosas que me gustaria recordar pero no siempre puedo. Algún motivo habrá...
en cualquier caso, tampoco estoy segura que, una vez muerto, uno se preocupe mucho de quien se acordó de quien.
me ha gustado mucho esta entrada.