Buscándome la vida para perderla un poco
El
papel y lo que leía en él me hipnotizaba, me abstraía, ya no veía
el entorno. Pagas prorrateadas, sueldo en bruto, sueldo base y pluses
incluidos... Aún así ni se asomaba a una paga que hubiese
considerado decente ocho años atrás. Un sueldo al nivel de un
insulto. Pero no me podía permitir más días viviendo sin ingresos.
Entre una llamada del Ayuntamiento y otra. Cada vez más
distanciadas. Esperando la resolución de un error administrativo.
Me
llamaron para un puesto de conserje y de auxiliar de vigilancia en
dos lugares distintos. Un par de puestos de trabajo o “servicios”
en uno(el verbo servir suena a esclavitud y se ajusta muy bien a lo
demandado, un aplauso por la sinceridad de los contratistas). Y yo no
podía seguir jugando al cortesano real. Me gusta no hacer nada y no
soy de esos que dicen que no pueden vivir sin trabajar. Con dinero
podría vivir perfectamente el resto de mi vida de vacaciones y
llenando el tiempo con libertad. Pero los sueños no suelen ir más
allá de las neuronas salvo en contadas ocasiones.
Aún
así miraba angustiado el papel. Si el sacrificio de trabajar ni
siquiera tiene el premio de vivir con una cierta holgura económica
algo terrible estaba fallando.
Pensé
que si después de la entrevista me aceptaban lo cogería a falta de
algo mejor.
La
faena no parecía muy dura y además me dejaba tiempo para leer o
escribir. Ya me veía como Roberto Bolaño generando mundos en un
camping de Castelldefels . Encerrado pero libre a la vez. Claro que
aún no me habían seleccionado.
Salí
a la calle con un vigilante profesional con título y todo, más
ancho que alto, que me acompañó hasta la parada de metro y un par
de estaciones. Sólo hablaba yo. Él parecía autista. Pero
escuchaba. Se interesó por mi trabajo en la biblioteca. Le orienté
algo sobre las “áreas de promoción económica del Ayuntamiento”
y si llevaba el tiempo suficiente parado y no le cogían de este
trabajo tal vez pudiera usarlas. Y tanto le interesaba mi orientación
que me pidió dirección de correo electrónico y hasta número de
teléfono. Pero a mí no me gusta entregar mis datos de contacto en
una “primera cita”. Hice como que apuntaba su móvil y le dije
que si sabía “algo sobre algo” ya le llamaría. Una mujer muy
cotilla a mi espalda veía cómo hacía que marcaba números en el
teléfono sin realmente marcarlos y me miró con dureza hasta que yo
la miré con más dureza y descaro y se limitó a sus propios
asuntos.
Salí
del vagón de metro con varias preocupaciones. ¿Ese hombre barrigón
y silencioso era mi futuro?
Debo
decir que no tardaron en llamarme y acepté para probar. A mis
antiguos trabajos de peón de fábrica, administrativo, todos los
trabajos de un cine, bibliotecario, canguro, profesor de “inmersió
llingúítica”, de controlador de accesos en el Camp Nou,
introducción de datos, etc. ya podía añadir uno nuevo. O en eso
estoy.
Pero
aún recuerdo esos ojos perdidos de zombi y esos silencios incómodos
del obeso vigilante. Ese mundo interior tan grande que se había
comido el de fuera.
Como
un aviso de lo que me esperaba si dejaba que un trabajo me devorase.
Comentarios
Un abrazo S.
Muy bueno lo de la cotilla con cara de poker y mejor aún tu reacción ;)
Me pasa como a ti también con lo de dar los datos.
Un abrazo fuerte
A veces pienso que vivimos atrapados en el día de la marmota, con la única diferencia en que cada día supera al anterior en le conteo de las cosas que se fueron, que se perdieron y se queda un poco más corto en lo que tenemos, e incluso (y esto duele más) en lo que soñamos, para nosotros, para nuestros hijos...
En fin, ya ves que ando pocha, será esta primavera que se niega a venir, quizás para que no parezca que estar a deshoras en un parque es una licencia.
Un abrazo fuerte.
UN ABRAZO
es curioso, pero algunas veces, cuando menos tiempo libre se tiene, más ideas y ganas te vienen para escribir, así que supongo que no todo es malo.
ánimos. y si sale un relato, o dos, del nuevo puesto, ya habrá valido la pena.
La suerte es que tú eres un berraquito(echado para adelante) y no te amilanas por nada ni nadie; por eso estoy segura que este trabajo será temporal y pronto sólo será un recuerdo.
Besos
Pilar: Completamos los círculos pero son iguales y a la vez diferentes. Caemos de diferente manera y nos levantamos de diferente manera también. Nos puede sonar a ya vivido pero siempre es diferente. Ese día de la marmota del que hablas como en "Atrapado en el tiempo" es tal cual lo defines. Bonita aunque melancólica imagen. No te dejes vencer por una primavera venida a menos que ya parece que asoma algo el sol. Un abrazo.
Reltih: Y con lo que tenemos hacer lo que podemos. En esa filosofía estoy y no, no me quejo tampoco esta vez. Un abrazo.
Laura: ¿Un berraquito? ja,ja, pues no lo había visto de esa forma pero me gusta igual. Yo creo que sí que se puede aceptar algo así si realmente lo necesitas. Trabajar en una mina me costaría más pero también lo aceptaría si no me quedase otra. Las barreras psicológicas están para romperlas. De hecho, creo que he realizado tareas bastante peores. Mis tiempos de fábrica eran para mí como el Vietnam. Aquello si fue malo y toda mi vida laboral ha girado en torno a la negativa a volver a desempeñar aquellas tareas. En fin...
Besos
Mientras no se trabaja se trabaja en ser porque uno no es realmente sino lo que produce (igual q obras son amores, las personas son lo que dice su tarjeta de presentación: ingeniero, lampista, sexador de pollos, escritor)... y de pronto sale un cutre trabajo y uno que se quejaba de no ser, tiene que estirar ahora el cuello para que no te ahogue la vulgaridad, la rutina y el desaliento, el ser zombie con que nos infecta la Corporación (umbrella), : )
suerte y a disfrutar de los dineros y el tiempo libre
Sé que hay gente pasandolo realmente mal pero yo no me conformo. Es lo que toca ahora, probablemente lo que me toque el resto de mi vida pero no es un "al menos tengo trabajo", porque más de la mitad de los días desearía dejarlo y siento que si digo esa frase al final acabaré creyendomela.
Procuro hacer mi trabajo lo mejor posible porque creo firmemente que no hay trabajo indigno y del que no se pueda apredender algo, pero no pasa ni una sola noche en la que sueñe con tiempos mejores.
Siempre hay que aspirar a más, siendo realista por supueto, y sabiendo que para hacer algo en el futuro tienes que estar "vivo" (o sobrevivir) en el día a día, trabajando donde haga falta.
Saca lo positivo de esta experiencia Sergio, y cuando estés muy, muy quemado, utiliza tu elocuencia literaria para desahogarte, (eso o te buscas un saco y le das puñetazos, dicen que también funciona :-)
Ánimo con tu trabajo. Si cada día lo odias es lo peor del mundo. Te deseo que esa esclavitud, cuando pueda ser y con suerte o sin ella, pueda ser superada.
Yo soy de las que tardo en cambiar mucho de empleo, aaaañooooossss interminables, tal vez por miedo o por comodidad, por necesidad, y no por que me tengan en condiciones optimas, y el otro dia intenté moverme un poco por estos mundos de entrevistas y cursos de formación para ver si tenia algo que hacer aún por estos mundos de tanta preparación académica y ¿sabes que pretendían? Que pagara un módico precio por enseñarme a trabajar y con unos meses de practicas no remuneradas en el lugar del empleo, y 4 meses de teoría, todo eso pagando yo,incluso los desplazamientos corrían a mi cargo, pagar el curso vale, pero las practicas sin una mínima remuneración me pareció demasiado y lo triste es que habia gente ya apuntada y pagando la matricula. Pagar por trabajar, jaja
Así funciona este país de ensueño.
Un beso
Besos.
te dejo un abrazo
¿Enhorabuena?
si es así, un abrazo y disfrútala.