La fuerza del destino
Me siento a escribir y busco una historia. En la estantería de libros sobre el ordenador encuentro una. El libro de Marco Aurelio, emperador romano, me la recuerda por asociación de ideas.
Hace años una chica se quiso convertir en mi destino. Tenía algo decidido por mí sin apenas conocerme. Fue en un cursillo de informática. El primer día me apuntó con su mano destinataria la silla junto a ella "te sientas aquí". A su lado. Fue el principio de algo pero nunca quedaría claro qué, ahora lo explico.
Recuerdo que durante el curso cogió la gripe. Yo me convertí en repartidor de apuntes a domicilio porque ella me lo pidió. Recuerdo su casa de la alta burguesía catalana. Muy barcelonesa. Con techos altos y escaleras viejas como de serie de época sobre el franquismo. En el comedor tenía una librería cargada de clásicos griegos y latinos que llamó mi atención. Ella, como si los viera por primera vez o por mi interés cobrarán una vida nueva(aunque se notaba que nunca le habían interesado) me dijo con orgullo repentino: "Son de mi padre. Míralos si quieres". Y yo los hojeé un rato como el ratón que come queso en una trampa. Porque eso me pareció la súbita aparición de la madre. El cepo cerrándose. Pero era más una sensación que un pensamiento con letras y gramática. Sentí que la madre me estudiaba. Sentí que ella estudiaba la reacción de su madre. Yo intentaba refugiarme en la lectura a distancia de los lomos de los libros pero no me llegaban las dioptrias. Y me inquietaba tanto estudio.
Luego acabó el curso. Yo me dejé citar a la antigua. Estaba despechado con mi verdadero amor así que no tenía un plan en mente. Como mucho, de haberse terciado, un par de ratos perdidos de sexo veraniego. Pero la chica me tenía destinados otros tempos. Así que daba igual.A falta de un plan me dejé llevar por su ritmo.
Fuímos al cine para ver una película y solo eso, a una pizzería a comer y conocernos y hasta de público a un programa de TV3 como público. Mi brazo derecho salió televisado pero no me hice famoso. A ella las cámaras la captaron bastante bien. Y muy contenta. Al terminar el programa pasamos junto al presentador de esa época (Jordi Gonzalez) que hablaba con su entrevistado(Enrique Iglesias). Los tenía al alcance de mi mano pero era un desperdicio porque no me apetecía tocarlos.
Seguimos saliendo. Creo que ahora tocaba que yo le dijera algo. Me lo estaba dejando más o menos claro ella que era mi destino. Pero entonces quedé con la causa de mi despecho, la otra, arreglamos lo nuestro y se acabaron los juegos y las madres a traición.
Mi destino se enfadó. Tuve que pasar varios malos ratos dándole explicaciones sobre asuntos que ni yo mismo entendía muy bien. Yo sólo tenía claro que quería a la que en ningún momento había dejado de querer.
¿Y ella qué quería? Al parecer yo me parecía a alguien con quien ella había estado antes. De ahí su firmeza del primer día cuando me dijo que me sentará a su lado. Para ella yo era alguien casi conocido. Pero no es bueno creer que una persona que se parece a otra vaya a resultar igual. Yo era yo y el de antes era el de antes. Teníamos rasgos físicos parecidos o fenotipo gemelo pero no éramos el mismo. No nos parecíamos en nada más. O quizas sí. Ambos habíamos decidido tomar nuestro propio destino.
Comentarios
UN ABRAZO
Que andabas con la cabeza en otros menesteres y otras faldas. Y que la que te gustaba no era precisamente ella.
Estoy segura que a "la causa del despecho" le hubieras permitido eso y más, vamos que ni notas a la suegra haciendo el estudio.
Un besote grande.
Buscar lo semejante o lo puesto de quien nos marcó ya depende de nuestro carácter.
;)
en cualquier caso, querer estar con alguien porque se parece a otro, me resulta mucho más espeluznante.
detalles: Le hubiera permitido eso,claro. Y luego cuando el enamoramiento bajase el nivel se lo hubiese echado en cara o se lo hubiese devuelto con algún disgusto(involuntario, claro). De todas formas exponerte de buenas a primeras a una madre me parece cosa de siglos pasados. Besos.
Sylvia: Es que buscamos a veces algo parecido a lo que nos marcó. Lo importante es no engañarse con eso ni forzarlo. Y saber que a veces en algo muy opuesto te encuentras una gran sorpresa si le das oportunidad.
hilia: Espeluznante es una palabra que se adapta como un guante a mi pequeña historia con atmósfera siniestra. Debajo de todo eso había algo muy espeluznante. Algo que invitaba a salir corriendo.
Destinos... ¿qué son los destinos? No creo en ellos.
Saludos
Verónica: A todos nos pasa. Yo mismo lo escribí hace tiempo, que podemos amar un arquetipo. Yo tampoco creo por otro lado en el destino. Lo invoco como metáfora pero eso ya lo sabes. Saludos.
No sé cómo reaccionaría, igual por el absurdo del parecido físico, también pensaría como esta chica.
Lo que tengo claro es que no hay dos personas iguales, ni nosotros mismos nos parecemos a quienes fuimos el mes pasado.
Cuando te leo casi siempre pienso lo mismo, las cosas que te pasan a ti, sólo te pasan a ti... jejeje
Besos (BEP)
Laura: Es que somos muy distintos. Y lo que me pasa solo me pasa a mí porque a cada uno le pasa lo suyo, supongo. Aunque últimamente no me pasa nada y eso es bueno pero ya ves, aquí escribiendo sobre el pasado como un abuelito. Mal, muy mal. Besos.
Me gusta adentrarme en tus días, en tus historias porque es como si me pasara a mí lo que te pasa a ti, con sus cosas buenas, con sus plantes, con sus desplantes, con esas mujeres, con esos vecinos díscolos y peleones. Eres justo lo que necesito leer. Además, desde que me recomendaste a Castán, espero que me descubras a otros...
En fin, Sergio, gracias por este rato de placer escrito.
Gran abrazo
Mario
Sobre lo de Castán pues tan, tan así cuesta encontrarlo. Ahora estoy con Peter Handke que es también prosa pero traducida(muy bien). Su "La noche en el Moravia" es un librazo en el que no ocurre nada más que su pensamiento poético y requiere un esfuerzo y una paciencia por parte del lector. Pero para un avezado como tú sería interesante. Está cargado de imágenes para contemplar auqnue se lea. Otros autores que he disfrutaod este año (aunque los conozco de siempre) son Lobo Antunes, Ian McEwan, Julian Barnes y... Oh, vaya, he recordado que deberías leer por encima de todos a Rafael Chirbes si es que no lo has hecho ya. Este por encima de todos los anteriores. Saludos.
esas sí que valen la pena, nada de tibias tontas.
:)
Besos cargados de energía positiva
Annie: Yo aprovecho para saludarte a ti también que últimamente te encuentro callada y como ausente, que diría Neruda. Pero yo estoy también al borde desaparecer un poco. En el próximo post diré por qué. Besos y gracias por estar por ahí siempre de un modo u otro.