La verdad y sus inconvenientes y viceversa
Entro en la
cafetería con unos cuantos libros por hojear. Un placer añadido al de leer.
Pido el café y me entretengo leyendo a picoteos leves. Son
las primeras páginas del libro de García Montero que me recomendó el buen amigo
Mario. En esta novela alguien lee en una cafetería. Literatura dentro de la
vida que a su vez se vuelve literatura al escribir sobre el asunto. Leéis sobre
alguien que toma café y lee sobre alguien que a su vez lee y toma café. Existe
también un libro que se titula algo así como “La gente que toma café y lee es
feliz” pero no salen casi librerías ni cafeterías así que lo considero timo y
no lo leeré.
Estoy esperando una llamada. L. está en la Ciudad de la
Justicia (asuntos laborales) y cuando acabe yo debería estar allí pero se me ha
hecho tarde y “allí” me pilla un poco lejos. Yo debería estar como medio distrito
más cerca de L. pero los cantos de sirena de la biblioteca me han vencido, debí
ponerme los tapones. Ahora tendré que buscar alguna excusa para decirle por qué
no me he situado más cerca de ella o por qué no he dicho que no lo iba a hacer.
Normalmente tendría montones de argumentos para defender mi
caso contra la abogada. Pero la abogada ya me conoce después de tantos años y
creo que no escucha mis excusas. Ahora pone más la mirada en el contador de los
resultados y cuando termino con mis argumentos me suele decir “Pretextos no te
faltan”. Y con eso da por zanjada la conversación y además me dice que no se
cree nada.
Suena la llamada más o menos esperada.
-
¿Estás
por aquí?
-
No,
estoy por otro aquí. Es que he ido a… Estoy ocupado.
-
¿Ocupado
en qué?
Si le digo la verdad le tendré que confesar que ahora mismo,
leyendo el texto del sobrecito de azúcar, un texto apasionante, corto y
directo: “Etiopiá-Moka, El café noble por
excelencia, desciende en línea directa de los primeros cafés, descubiertos,
según la leyenda. Café con bastante cuerpo, de aroma salvaje y perfumado, de
excelente paladar, suave y poco ácido”
No, definitivamente puedo buscar algún otro pretexto que el
de “estoy ocupado” pero ninguno será escuchado.
Toca mentir. Inventar un cuento galardonado con el Primer Premio
a la mentira que cuela.
Pero ya lo he dicho. Esta mujer es que no me escucha. Con el
cariño y mimo con el que le preparo mis mentiras…
-
Y
no me cuentes historias que te conozco- me dice.
Está claro que por el camino de decir la verdad acabaré antes.
De hecho nadie tendría que mentir si la verdad no se
penalizase tanto.
Comentarios
Incomprendidos.
Decir la verdad siempre es la mejor opción. Si el otro no está preparado para asumirla, es otra cosa.
Interesantes lecturas las de los azucarillos.
Saludos
besos
En cualquier caso, me apunto tu recomendación de lectura cafetera, por supuesto que sí :)
Es curioso en lo que se entretiene una mente ociosa. lo digo por el sobrecillo del azúcar.
Pilar: La mentira es más o menos una forma rápida y muy perezosa de arreglar un asunto.
Sylvia: Lo del café y demás también tiene algo de lo que leí en tu último post sobre no querer darle más vueltas a ese único tema. Siempre se puede rizar el rizo. Nuestras pequeñas obsesiones siempre se pueden exprimir hacia un lado u otro. Cada esritor tiene las suyas. En fín, espero que no dejes lo tuyo.
Deja la imaginación para escribir tus textos, me parece bastante más provechosa.
Un placer saludarte,espero que todo esté bien y un besote grande.
Aparte de eso, donde esté una mujer hermosa que se quiten los libros...
Un abrazo,
UN ABRAZO
Reltih: Bueno, hace sus pinitos como abogada sí, pero ella me critica que soy más abogado yo que ella. En fín, perdido siempre estoy. Un abrazo.
Ahora solo falta que tomemos café. Bueno, que quedemos y no te presentes porque estás allí, muy allí, con ella, muy con ella. Lo entenderé. Gran abrazo.
Pero eso es muy difícil y sé de qué hablo.
Uno no puede ser sincero ni con su pareja ni con amigos y ni si quiera con la familia...
Sería perfecto que pudieras haber dicho que te entretuviste en la biblio haciendo algo que para ti es pasión.
Y que la otra persona al otro lado del teléfono hubiera sonreído o no...pero hubiera respondido...vaya Sergio...los libros son mi competencia directa...veo que prefieres hacer un café con ellos. Buennnnooooo nos vemos luego!
(por decir algo...)
Y aquí se hubiera terminado todo. Ni excusas, ni pretextos ni nada.
Sería perfecto llegar a comprendernos todos y no tener que andar ideando estupideces.
Supongo que es difícil encontrar el equilibrio en todo lo que hacemos. Queremos estar y se nos hace tarde...queremos ir y no tenemos ganas, queremos hacer y no podemos...el día a día es un sinfín de historias que si a todas pudiéramos decir las cosas tal como fueron, quizás sería más fácil...
Pero así está hecho el mundo. De la verdad y sus inconvenientes...como dijiste. Y de la hipocresía y sus mecanismos...
Jolín...hoy amanezco filosófica...grrrrrrr!!! no me hagas caso...yo es que estoy muy guerrera...últimamente...o siempre...no sé...
Buena SEMANA!!!! MUAAAAAAA
tD1b.