La sabiduría de estos perdedores
A mi hermana se le ocurrió que teníamos que vernos más a menudo.
Con la excusa de que tenemos los mismos padres. Es por eso que algún que otro
Sábado hemos quedado y accedido a ir a ver uno de esos partidos de baloncesto
de mi sobrina. Y no es tarea fácil. O te llevas una distracción alternativa o
el espectáculo es un desierto de aburrimiento. Hasta los padres se enfrascan en
sus pantallitas táctiles para no agotarse con sus propios hijos maljugando en
la pista. Y es que son un equipo de lo peor. Mi sobrina es muy mala. Le tiene
miedo a la pelota y cuando se la pasan se aparta no vaya a golpearla. Las pocas
veces que la tiene en las manos es para perderla en segundos. Salta mucho pero
más allá de eso… nada. Nunca a alguien se le dio tan mal algo que le gustase
tanto.
Los partidos no tienen más intriga que ver si al menos
consiguen marcar una vez. La canasta de la vergüenza. A veces ni siquiera eso
ocurre. Además estas ligas infantiles están desproporcionadas y se enfrentan
niños grandes y mastodontes a peques como los del equipo de mi sobrina.
Por supuesto, al salir, siempre les decimos que lo importante
es participar o mentiras piadosas de ese estilo.
Aunque son un equipo bastante feliz. Les ves salir del
vestuario después de un 120 a 0 en contra gritando “yupiiiii” y gastándose
bromas entre ellos. A mí desde luego me hacen reflexionar sobre la felicidad o
la tolerancia al fracaso. Estos chicos son maestros contra el infortunio. Y mi
sobrina la primera. Siempre nos recuerda esa jugada buena que hizo en tal
momento que (aunque decimos que sí) no vimos.
Todo el equipo sufre las derrotas más humillantes, llevan un
par de años así, y no tienen más aspiración que ver a la crack del equipo (una
niña de nueve años no demasiado desarrollada pero con una media máxima de dos encestes
al mes o 0,5 por partido) conseguir un tanto. Si la crack consigue dos puntos lo
celebran como si hubiesen ganado. Si por el contrario pierden 200 a 0(lo he
llegado a ver) los ves igual de contentos a la salida. Sólo ves un poco de
tristeza en los padres.
Cuando llego a casa observo las estanterías de mi habitación.
Un rincón para la autoayuda de L. y el resto de la biblioteca que es mía. Entre
esos volúmenes hay algunos de mis queridos libros de filosofía o clásicos
griegos y romanos. Esos sabios antiguos son como el germen de la moderna
autoayuda (esta no es más que un refrito simplificado de la sabiduría clásica).
Todos ellos escribieron pensamientos muy sabios sobre cómo se debe vivir. Yo
disfruto especialmente con los estoicos (Marco Aurelio, Epicteto, Séneca) y los
subrayo a menudo (también los hedonistas como Epicuro). Adoro lo moderno de
Michel de Montaigne… Casi postmoderno a pesar de haber vivido en el siglo XVII.
Y sin embargo no somos capaces de llevar a la práctica esas
doctrinas tan sabias.
Una vez trabajé en un cine y teatro. Pedro Ruiz presentaba un
monólogo que finalizaba con el famoso poema de Rudyar Kipling, la carta a su padre,
un buen montón de consejos de vida ideales. Como Pedro en persona era un
cretino al que una vez casi estuve a punto de golpear en puro ataque de rabia
por algo que no viene al caso, le pregunté no sin maldad: “¿No crees que es difícil seguir los consejos de esa carta al padre?”
Me miró con sus ojillos de comadreja y me respondió: “Imposible, absolutamente imposible”. Bueno, como persona era insoportable
y rigurosamente hostiable pero el tipo era y debe seguir siendo muy
inteligente. Y consciente.
Pues eso, que enunciar o leer sabiduría parece más o menos
posible. Lo difícil es llevarla a cabo. Mi sobrina y sus compañeros no han
leído nada de esos libros pero son más estoicos, hedonistas y en general
felices que los que los escribieron, que nosotros. Eso es lo que pienso cuando
les veo tan ajenos a sus derrotas.
El próximo Sábado les toca enfrentamiento contra un rival dos
cursos superiores y bastante profesional, líder de grupo. Les aplastarán a lo grande.
Y ellos volverán a salir contentos del vestuario. Se lo pasarán muy bien.
Comentarios
Los "ojos de comadreja" le cuadran perfectamente al fulano.
Sí...los niños siempre serán más sabios, lástima que crecerán y adoptarán las malas prácticas de los mayores. Un pez que se muerde la cola.
Luego buscamos respuestas a la vida...
Besotes!!!!
Con el tiempo uno se "resabia" y ahí es donde tenemos que aprender a asumir derrotas y victoria, para que nuestro ego no caiga en picado
Me has recordado tiempos muy buenos con mis hijos, lo más hermoso ver como disfrutaban, ver esos ojos cuando algo les iba mejor o muy bien .. hasta que comenzaron a ganar, a ser victoreados, se acostumbraron a esos abrazo por la espalda y como no empezaron a conocer
Hoy lo han hecho fatal...
y no digo más que tb se escuchan cositas feas en "los terrenos de juego" sobre todo y lo más triste por bocas de papis o mamis
un beso
Maman: Es que a lo mejor es la sabiduría lo que sobra para ser feliz. No es que ellos sean más sabios es que la felicidad no requiere pensar mucho. Se vive mejor sin complicaciones. Ellos son así. Carpe diem absoluto. Como el perro del escritor Houellebecq que decía que era feliz todo el día corriendo a por su pelota y trayéndola y volviendo a ir... Pero eso también lo sabemos. Que a menos luces más alegrías. Besos
María: Sí, eso es lo mejor. Parece que si les observas así se te contagia un rato esa manera suya de ver las cosas. Luego se contagian ellos de nosotros y la cosa empieza a empeorar. Aunque hay gente que se contamina menos, unos pocos elegidos que se estropean menos que la media. y sobre lo que se escucha en los terrenos de juego... De eso habría mucho que hablar.
Besos
Te dejo un beso, S.
Tu alma es grande y bonita.
y tu sentido del humor inmenso
También leo a Montaigne a Séneca y a Epicuro y siempre me ocurre lo mismo; durante la lectura disfruto y reflexiono, al cerrar el libro, me pregunto sobre lo fácil que parece y lo difícil que resulta llevar a la práctica ciertas cosas y a veces, me sorprendo y lo consigo.
Sobre el tal Ruiz, mejor no hablar.
Saludos!
José Nuñez de Cela: Emocionado me has dejado con tus lecturas. Pensaba que esos libros ya solo se usaban para dcorar pisos antiguos y solo los leía yo. Qué grande, José. Tal vez no nos cambien mucho en la práctica pero nos consuelan un rato, ¿No crees? A lo mejor llegamos a viejos y los acabamos adaptando algo. Tal vez los consigamos algún día.
Y sí, mejor no hablar de Pedro Ruiz. Lo estropearía todo.
Me he reído un montón leyéndote, sobre todo porque me acordé de mi gordo cuando era chiquito, nunca dio pie con bola para ningún deporte, y eso que el pobre le ponía empeño a todos, pero eso sí, se desquitaba en los juegos de mesa en casa, en todos lo teníamos que dejar ganar!!! jajajajaja
Besos (BEP)
Que si dejábais a tu gordo ganar... eso tampoco es que se le dieran bien los juegos de mesa,ja,ja. Pero ya ves que siempre acabas destacando en algo. A él seguro que se le dan bien otras cosas como la música. Yo también tengo que dejar ganar a mi sobrina en casa. Cuando está sola es terrible si pierde. De las que te tiran el tablero si ve que la cosa pinta mal para ella.
Pero en fín, que nosotros también tiramos otros tableros y jugamos algunas cosas peor. Aunque seguimos intentándolo.
Besos.
(Aparte ayuda que sean tan monos, : ))
Y yo me pregunto porque mi hijo no se cruzaría con tu sobrina, que parece pareja hecha en el cielo, porque no es que se le diera mal (aún se le da), es que tuvo la desgracia de ir a un equipo donde jugaban como si el resultado importara...
Y sobre lo otro, que anda todavía por casa ése que vendió tanto de "más Platón y menos Prozac".
Un abrazo de tu amigo,
rafarrojas
UN ABRAZO
Rafarrojas: Pues eso sí que es terrible. Vaya equipo. Se supone que van a divertirse. Mi sobrina de todas formas no es tan amable cuando juega sola y en juegos de mesa. A la que empieza a ganar algo, empieza la codicia. A lo mejor el problema es que las victorias nos hacen insoportables y las derrotas nos hacen más simpáticos. Saludos, amigo Rafa.
Reltih: Pues sí, Reltih, hay cosas que parece que no. Se debe insistir en ciertos aspectos pero no tanto. Si es que no, es que no. Un abrazo.
Ahora bien, dejarse llevar ¿es lo que necesitarán mañana?
Un beso
Leemos y ya lo sabemos, nos inyecta una dosis de "positivismo", a la primera de cambio, al agujero.
Creo que a tu sobrina y su equipo les inculcan que lo importante es jugar en el momento y seguir adelante ante el fracaso. Te lo digo porque conozco a una persona que entrena niños y lo hace.
No sé.
Me parece mejor que inculcar miras de competitividad excesiva (autoexigencia) que solo lleva a la frustración y a putear al prójimo.
S, que ando que no me ando jajaja
Buen finde!!!
Verónica: Yo creo que andas bastante bien. Buen finde para tí también si no nos saludamos antes(a lo mejor tienes pensado algo por tu blog).
SOS GENIAL
le veo con mis nietos lo mismo
a veces son unos crudos y es cierto se les dice cosas para levantarles el animo. Lo bueno es participar.Los chicos lo necesitan y tus mentiras piadosas les quedaran en la cabeza te lo prometo
sos tan genial con tus escritos que me das un momento de felicidad cuando leo.
besos MIL