Pensamiento mágico
Estaba ojeando y hojeando un comic en “La casa del libro” del centro de
la ciudad. Me di cuenta que lo tenía por una escena que recordaba. Difícil de
olvidar. Un carnicero montaba una mujer frankenstein hecha con salchichas y demás carne
de su empresa y se enrollaba con ella. Este Garth Ennis, qué guionista tan
elegante.
Para aliviar toda esa carnalidad la suerte me plantó una
conferencia gratuita allí mismo sobre Kabbalah. Me acerqué a ver qué aprendía.
Especialmente porque una organizadora me dijo que traerían más sillas y podría
sentarme. Había bastante público. Todos pendientes de un esquema con el árbol sagrado
de la vida judío proyectado en una pantalla al fondo. Podía ser algo esotérico.
De hecho lo era. Toda religión tiene su lado oscuro. Los musulmanes tienen a
los sufíes. Los judíos tienen esa Kabbalah. Los católicos imagino que a los
gnósticos. Los jedis tienen el lado oscuro de la fuerza. Esta lo exotérico que
sigue casi todo el mundo (dogmas y liturgias) y está lo esotérico, el camino
alternativo a las reglas. Dos caminos distintos para llegar al mismo lugar. Los
humanos intentando superar una realidad que se les queda pequeña o triste o
gris mediante el pensamiento mágico. Yo tengo mi propio camino que es el del
arte pero imagino que cualquier modelo es bueno siempre que no te laven el
cerebro, te violen, te obliguen a explotar en un mercado lleno de gente o te vacíen
la cuenta del banco y te hagan querer vaciar la de tus familiares. Esta teoría
de “todo es un modelo” que por el camino equivocado o no, te puede llevar a un
resultado aceptable hizo que en la comida del post anterior quisiese practicar
un ritual de sigilismo de magia del caos con mi sobrina. Yo no creía en eso
pero sí creo en la autosugestión. Le quería extirpar los miedos nocturnos.
Convencer a su subconsciente de que dejase de temer a lo que su imaginación
creaba en mitad de la oscuridad. Le dije que apuntase el deseo en la servilleta
y luego crearíamos un sello que blah, blah da igual. Cuando vi que su deseo no
era dejar de tener miedo si no conseguir un permiso de armas me mosqueé y dejé
de hacer magia. La devolví a su pantalla. Eso sí que es diabólico pero me
faltaba energía para sacarla de la tablet o del móvil. Y además hay que tener
en cuenta que no es huérfana, tiene padres. Le regalo la responsabilidad a sus
dueños. Sólo espero que los deseos fascistas de mi sobrina no se cumplan. Con
ella no funciona la magia de mentira o la verdadera.
Pero volviendo a la conferencia no saqué gran cosa. Casi
todo pretende hacer que el ser humano salga de su rutina. El deseo de la
mayoría de la gente es abandonar una realidad que le imponen. En la Edad Media
por ejemplo, tenían poco tiempo para reflexionar. Su preocupación era no morir
antes de los treinta. Ahora nos preocupamos más por asegurarnos de que no nos
pasamos muertos casi toda la vida, caminando como zombis por una semivida en la
que difícilmente nos sentimos vivos, solo a ratos. Yo he descubierto que muchas
veces me he sentido vivo cuando montaba un pollo en algún lugar y me iban a dar
una paliza o yo, con suerte, la iba a devolver. Pero no os preocupéis. No
levanté la mano para compartir mi “sabiduría” guerrera. Tal vez por eso medran
estas filosofías que quieren devolver al ser humano al centro de poder. En esta
conferencia se trataba de devolver a hacerte dueño de ti mismo, despertar tu
conciencia y decirte que tú eres tu propio Dios. Que tu eres causa de tu destino
y que debes dejar de vivir a salto de mata, de manera casual. "Causal contra
casual" era el lema. Pero no olvidemos que también era sobre sacarte veintidós
euros para comprar el libro de la ponente y hasta apuntarte a sus cursillos de
kabbalah. Nada que objetar. Tenía que ganarse la vida de alguna manera. Nadie
me detuvo cuando acabó la conferencia y me fui a buscar un tren a casa.
Y a partir de ahí se empezaron a dar sincronicidades. Vi la kabbalah mencionada en la televisión de
esa noche, en una página web donde decían que el Big Bang ya lo conocían los
judíos porque en el primer sefirot (esfera) del árbol de la vida se habla de
una gran explosión que creó la realidad tres mil años antes de nuestras teorías
al respecto, me encontré con un anuncio de una película llamada así “El árbol
de la vida” en un periódico. Y si yo tuviera pensamiento mágico relacionaría pensando
que el universo quería introducirme en ese tema. El pensamiento lógico es
similar. La inteligencia es eso, relacionar conceptos. Lo que ocurre es que en
el pensamiento mágico se relacionan los conceptos solo porque están cercanos en
el tiempo pero no se tienen en cuenta muchas más variables (apruebas un examen
con tu suéter amarillo y crees que el suéter te ha dado suerte y olvidas que
otras veces has suspendido con el mismo suéter, el pensamiento mágico se centra
en el lado supersticioso y se olvida cuando este falla). La mente mágica es muy
perezosa. Cuando no entiende algo, lo achaca a seres imaginarios o al destino.
No piensa mucho, con la fe ya lo tiene todo hecho.
Y eso está bien si te convence de perder el miedo o hacer
algo bueno con tu vida. También te puede llevar a asuntos más siniestros. Yo me
alegro de ver pocas señales en el aire. Esa noche descubrí que tenía entre mis
comics el de Garth Ennis y abrí uno por la página del sexo del carnicero. Si
creyera también en esto podía haber pensado que el universo quería que
descongelase las alitas de pollo o las hamburguesas y les diese una vida sexual.
Pero no. Ya he dicho que yo la magia la encuentro cuando abro libros o comics.
Y luego los cierro y vuelvo a pisar la realidad. Tampoco es que no tenga sus
buenos y amables momentos.
Comentarios
Ni te imaginas los combates dialécticos que tengo con dos amigas que viven por y para la "espiritualidad". Todo el día ven señales, pero se arman un lío porque es tal el bombardeo de ellas, que se pierden. Todo el día ven el vaso medio lleno y yo lo veo a la mitad. No se pierden estas conferencias, se meten en todos los talleres y venga comprar libros de autoayuda y temática espiritual. Me parece bien si las sirve, pero en mi humilde opinión, no somos tan tontos como para no saber qué hacer por nosotros mismos; vamos que esos "seres espirituales" y sus enseñanzas no están de niñeras, digo yo.
Hacerse responsable de uno, coherencia y si te pierdes, pide ayuda.
La "magia" es otro tema. Hay un autor muy famoso que hace psicomagia. Pues bien, una de estas amigas "metió mis angustias en un huevo", lo reventó y esperó que me sintiera bien. Al menos me hizo reír, la adoro jajaja.
Siempre he creído más en el lado oscuro de la fuerza que en otras filosofías, así que... que la fuerza te acompañe!!!
Abrazo grande.
El autor que dices me huele a Jodorowski. Y la psicomagia "funcionó" porque te hizo reír. Ya he dicho que hay otras formas de magia. Las palabras dichas de tal forma producen placer. Las payasadas hacen reír. Escogiste el mejor camino con tu amiga, el del humor.
Que la fuerza también te acompañe a ti. Aunque soy más de Star trek que de Star Wars.
Un abrazo, Sergio.
PD Lo del salchichero, genial y bestial. Me hizo mucha gracia pero no sé si podría leerlo :D
No, Garth Ennis es un autor duro, durillo. Sunque últimamente tiene una serie semi-dura llamada "Un tren llamado amor" bastante divertida.
ABRAZOS
Sería terrible pensar que todo es simplemente como parece ser.
Un beso