Atentado en Barcelona
5:15 Estaba en el trabajo. Todavía molesto porque habíamos
discutido en casa. Eso hizo que cuando escuché gritos por la calle, pensase en
forma de gruñidos contra los alborotadores. “Como salga, van a tener motivos para montar escándalo esos turistas
borrachos”, pensé. Pero miré un monitor de control y vi que no había nadie.
Se habían ido los alborotadores.
5:20 Un compañero entró en el trabajo y preguntó. “¿Por qué corre la gente por el Paseo de
Gracia?”. Yo me encogí de hombros y él entendió que allí dentro sabíamos
tanto o menos que el que venía de fuera. Por más que lo hiciera en coche.
Le llamaron por el móvil. Le escuché exclamar “¡Hostia!” mientras más gente aparecía y
desaparecía a la carrera por el monitor. Y al verles correr de esa forma ya
supe lo que pasaba. Cierto atavismo me dijo sin palabras que esa gente a la que
veía tan mal y escuchaba de lejos, se movía con un terror que no he visto nunca
antes. Busqué en el móvil del trabajo las noticias del día. Me salió la de un
diario digital muy conocido. Me había
dejado mi propio móvil en casa, durmiendo al calor de la tarde como suele
pasarle tantas veces en que lo abandono o sencillamente lo apago.
El atentado había ocurrido unos veinte minutos atrás, en
Plaza Cataluña, a dos calles de dónde estábamos. Y sí, ya todos los que
estábamos o iban llegando venían con sus relatos, con sus hipótesis o con sus miedos. Las tablets, los móviles y
hasta el monitor de televisión que teníamos nos fueron informando de lo que
sucedía. El sonido de los helicópteros en las pantallas se ahogaba con el ruido
de los helicópteros reales que nos sobrevolaban.
18:00 Gente que pasa por la calle a la que conocemos y nos cuenta
que estaba a punto de ir a pasear por la Rambla. Nos informan que todas las
persianas de los comercios de la zona están bajadas.
19:15 Salgo a que me dé el aire, se oye un frenazo de coche
y dos asiáticas gritan y me asustan a mí. Cualquier ruido afecta a la gente que
pasea. Si tienen miedo, ¿por qué se quedan a molestar a la policía? Ah, sí,
porque las muy gilipollas llevan un móvil con el que intentan filmar algo para
reenviarlo por internet. Veo algunos adolescentes morbosos también con sus
móviles a los que me encantaría enfundarles sus cacharros en el recto. Pero es
inútil. No entenderían mi mensaje. El odio o la rabia se expresan mal.
20:00 Vuelvo a salir y vuelvo a ver gente gritando por el
sonido de una mosca (no tinc por? Ja,ja claro que tienen miedo, todos tienen
miedo, no vengáis luego a decir que no os dan miedo los terroristas a no ser
que consigáis convenceros a vosotros mismos y algo adelantemos). La policía
saca a los de la tienda vecina y les dice que no hay peligro. A mí me dicen lo
mismo pero que no vayamos por la zona acordonada.
Yo no he conseguido sentir que la cosa fuera conmigo. Me siento alienado, sigo sin asimilar ese miedo. Pero
al menos no molesto ni me meto en el trabajo policial o voy a hacer retratos
innecesarios con mi móvil. Bueno, no lo llevo encima pero es que tampoco,
vamos.
20:30 Llamo a mi madre desde el móvil de la empresa. Sabe
que trabajo cerca y ha estado llamándome. Me pregunto si mi compañera seguirá
molesta conmigo o también me ha estado llamando.
21:30 Un silencio casi sobrecogedor por dónde estoy. Sólo
roto por el de las ambulancias y la policía en sus pesquisas.
23:00 Me voy para casa. En Plaza Cataluña no hay metro, en
Paseo de gracia no hay tren. Camino hasta Universitat y tampoco hay metro. Todo
acordonado. Vecinos que no pueden acceder a su casa increpan con insultos a la
policía (en realidad sólo uno con aspecto de okupa, muy sucio de aspecto y de
lengua y puede que de mente pero no le secunda casi nadie la pobreza de
espíritu). Por fin consigo medio de transporte en Urgell.
23:45 Miro la televisión y no hay nada nuevo salvo las
muertes confirmadas (que ya sabía mucha gente desde el minuto uno pero ya se
sabe que lo de confirmar va con retraso). También que han abatido a uno de los
criminales en un control. Enciendo mi móvil y veo que mi compañera me decía que
llamase a mi madre sobre las siete de la tarde. Ella está ahora en su cuarto
pero no duerme aunque tiene que madrugar. Oigo su radio transmitir.
Y al día siguiente el segundo atentado que suele acompañar
al primero en Cambrils. Un poco más de sangre para la historia. En nombre de
Alá. Yo pensaba que la gente creía en Dios para buscarse una vida futura no
parar acabar con la que tienen.
A día de hoy, y a casi una semana vista del asunto veo lo de
siempre. La gente diciendo lo que en todos los atentados. Los mismos apoyos a
los unos. La misma repulsa a los otros. Los gestos infantiles de sacar pecho y
decir que no nos dan miedo cuando sabes que si pones un petardo en sus
manifestaciones la gente se matará literalmente por huir y sí, les vencerá la histeria
colectiva.
Lo que me preocupa por encima de todo es el bucle. Si cogen
a un psicópata, la historia muere con él. Pero los terroristas son diferentes.
Son muchos, lo están intentando todo el tiempo, no tienen miedo (ellos sí que parecen
no tenerlo o por lo menos van drogados)… Es un bucle porque todo esto lo hemos vivido
ya y lo seguimos viviendo igual y todo indica que lo seguiremos viviendo. No
veo avances ni nada que me inspire tranquilidad. Al final solo me inspira
tranquilidad mi propio desapego. A la estadística me encomiendo y si muere más
gente por accidente de tráfico que por terrorismo, pues con eso me quedo.
Una educadora social que es casi de mi gremio (estudié pedagogía)
llora un poco en la prensa por sus “niños”, esos cariñosos terroristas a los
que educó y se pregunta en qué ha fallado con ellos. No sé en qué ha fallado con
esos chicos. Creo que más bien acertó el imán que les lavó el cerebro. Lo que
sí sé es que se podía haber metido su carta lacrimógena y empática en el culo.
No es momento para llorar por lo que hiciste tú o la sociedad, amiga. Vete a
llorar terroristas a tu casa y respeta a la gente que está llorando a las
verdaderas víctimas, los que murieron o fueron heridos o marcados por un trauma
para el resto de su vida. Respeta a esta gente.
Hacemos bien en no culpabilizar a todos los musulmanes. Eso
no nos va ayudar. Pero esos ejercicios masoquistas de “la sociedad esto” y “la
sociedad lo otro” me enferman. En todas las sociedades hay fundamentalistas que
quieren destruirlas (no solo musulmanes radicales, mira los supremacistas
blancos por ejemplo). Hoy en día es más fácil matar por poco dinero. Pero la
mayoría de la gente, le guste o no su sociedad, no sale a asesinar inocentes. El
problema es tan complejo que honestamente no sabemos dónde está.
Sí, hay un Estado islámico que nos odia, hay una religión
que malinterpretada o interpretada parcialmente puede ser muy dañina (como
todas), hay un occidente cuyos gobernantes venden armas a oriente con las que
este mismo oriente luego nos viene a matar…
Pero no tenemos ni la punta del iceberg del problema.
Supongo que lo que más me mosquea de todo esto es mi propia
ignorancia sobre el asunto. Al menos la reconozco. Por eso es mejor que vaya
dejando ya está larga entrada.
Tenía un post escrito hace dos semanas sobre Paseo de Gracia. Era en mi línea, claro. Pero como en cierta canción, “hoy no hay sonrisas”.
Comentarios
Pero antes de esta entrada tuya sobre el atentado, he leído sobre tus vacaciones. No me da miedo volar. Hasta hace poco, me inquietaba. Pero de un vuelo a esta parte ya no. Disfruto desde que reservo el billete hasta que embarco o, mejor aún, hasta que paso los controles y me pongo tibio a cafés mientras leo, miro, observo despegues y aterrizajes, consulto el móvil, compro alguna revista o algún periódico, o las dos cosas, y vuelvo a la taza sentado frente a un mundo a punto de despegar. Tengo un amigo que justo antes de saludar a la azafata o azafato y tomar su asiento, toca el fuselaje del avión y exclama por lo bajini (a veces a viva voz azuzado por el terror a las alturas no controladas) "pajarito, pajarito, llévame enterito) Y el pajarito lo deja allí donde marca su billete. Siempre. Cuando me inquietaban los vuelos, emulaba a mi amigo y repetía su oración con una mano apoyada en la puerta de par en par y los ojos clavados en la azafata vestida de altos y graduales vuelos.
He estado siete días en Asturias, Galicia, Salamanca, Ciudad Rodrigo y Almeida (Portugal) Y pese a agotarme mucho, pero mucho, andar como un loco de un sitio para otro, no dejo de hacerlo. Cada cierto tiempo repito el mismo patrón cuando durante el viaje anterior me prometí que iría más tranquilo, que vería menos cosas pero que disfrutaría de la paz, del sosiego, de la cosa de no hacer nada. Pero nada, nada se cumple de lo que se propone y promete con los dedos del alma frágil en cruz. En fin, el año que viene, al menos, si voy por ahí seguro que me cojo un par de tardes libres para mis asuntos. A veces lo más descansado que he estado ha sido en la antesala del embarque, en esa zona descontrolada que es el duty free, viendo engendros mecánicos que suben y que bajan como mecidos por los vientos de la paz.
Me duele lo de Barcelona como en su día me dolió Madrid y Londres y otros tantos sitios que sucumbieron bajo el yugo del terror expelido por una creencia mal creida. En fin, me enteré cuando estaba de viaje y empecé a recibir llamadas y comencé a hacerlas yo.
Y me ha molestado el trato desigual que se ha dado a terroristas y asesinos desde unos medios y desde otras redes sociales que informan desde una vertiente estúpidamente humana y solidaria. A la carta de la psicóloga o profesional me refiero. Porque en cuanto la leí pensé que bien podría haberse metido cada letra, cada punto, cada coma, y cada espacio, por el culo, por indicar alguna coordenada.
Ya no comento nada de la politización que se ha hecho de todo... Porque, también mientras escribo, las letras intencionadas me tiran de la lengua y me dan ganas de escribir aquí y ahora que no sé qué hacer cuando me cruzo con un mosso d'esquadra, si besarle la mano como a su santidad cuando hasta hace pocas semanas los poníamos de vuelta y media y los "elevábamos" a la categoría de infernales señalándolos por vaciar el ojo a una inocente que lanzaba proclamas por un mundo mejor...En fin, vale, me callo...
Sergio, gracias por escribir, sobre todo, santificadas sean tus letras.
Un abrazo.
Sobre la politización de lo del atentado se veía venir. Pasa en cualquier sitio. Y los mossos son personas. Los habrá heroicos y los habrá que no. Pero al menos es en este tipo de trabajos cuando vemos por fín lo de "servir y proteger" y cuando nos gustan.
Espero que sigas disfrutando de tus vacaciones. Un abrazo
Como un pensamiento equivocado puede provocar tanto daño...
Saludos
Y harta de esas frases/slogan tan manidos que surgen del calentón y luego a seguir. Estamos idiotizados, aborregados y con ecefalograma plano.
Aquí pasa que no hay rigor, que lo políticamente correcto priva, que nadie ha tenido cojones y que lo único que importa es estar atentos para seguir barriendo a favor.
La profe se culpa, qué absurdo. Será por el schok, porque se integra, aprende, educa quien quiere, ya se haga todo lo que esté en la mano. Pero siempre tendemos a buscar culpable, aunque seamos nosotros mismos.
Lo que me parece vergonzoso es quienes aprovechan para seguir cultivando odio y para buscar sus minutos de gloria en redes.
Y penoso que el gobernante de este país no haya declarado la alerta máxima.
Vengo de París y allí, pese a todo, te sientes más seguro aunque sabes que esta locura puede ocurrir en cualquier momento, lugar y sin grandes armas de destrucción/asesinato, como está ocurriendo.
Invito a visionar el video post atentados y a reflexionar.
Por lo demás saber que estás bien me alegra aunque el resto me indigne y me cabree.
Un abrazo.
Los pensamientos equivocados o no deberían tener un límite en lo de derramar sangre.
De momento sigo mi vida como si nada. Un saludo.
Verónica: El aborregamiento es extremo. Los valientes que no tienen miedo no salen a gritar en multitud lo de "no tengo miedo". Se suele alardear de lo que se carece. Y lo peor es que esas multitudes que se manifiestan van pastoreadas por líderes políticos que van a jugar a lo suyo. Lo de ayer en Barcelona, manifestación contra el terrorismo, dio una vergüenza extrema. Esteladas, gritos de independencia, Rajoy hablando de su unión de todos con segundas, el rey abucheado. Los terroristas deben flipar con la estupidez de esta tierra catalana. Es cierto que parece mejor lugar para atentar que París donde la gente no se pelea entre ella cuando se trata de rechazarles. Qué falta de respeto la de ayer a las víctimas. Que vergüenza me dio la poca o mucha catalanidad que tengo. Y un poco también la española que para mí es lo mismo. Como si no hubiera días para protestar por el rey, Rajoy, Puigdemont o quién sea. Pero no, había que dar la nota ayer. En una manifestación que todo sea dicho, debe reforzar al terrorismo. Como si gritándoles no tengo miedo se lo fueran a pensar y se fuera a acabar su fundamentalismo. Como si usando a la policía para controlar manifestantes fuera mejor que usarla para seguir en su verdadera lucha antiterrorista. Indignado, mucho. Un abrazo y perdona el rollo.
No olvidemos los trenes de Madrid: aun estaban buscando restos en las vías y estábamos votando. Debieron retrasar las elecciones, pero no. Unos vieron su oportunidad para meterse en el gobierno, y el otro, en su soberbia que le costó la presidencia, creía que le iban a apoyar.
Damos vergüenza.
Abrazo.
PD Me alegro de que estés bien y espero que no hubiera ningún conocido tuyo entre las víctimas.