La vida te da pocas oportunidades. Y si no aprovechas las que te da, a mí déjame tranquilo

Llevaba una semana desde que M. le devolvió la vida sexual. El mismo tiempo desde que se abrió la veda telefónica y aprovechaba cualquier pensamiento para enviarme un mensaje por WhatsApp.

Sergio, perdona que te moleste pero es que ya me he peleado con M. varias veces. El otro día porque la llamé y me dijo que tenía novio, que la comprometía. ¿Tú lo ves normal?

Lo que no veo normal es que no vea que el que también se está comprometiendo es él, que él tiene más que perder que ella. M. Tiene un novio al que pone cuernos habitualmente contra Fernando que tiene mujer e hijos. Pero ella ya está entendiendo que este es de los que no te sueltan. Cómo debe ser con ella que tiene pechos si yo, que no los tenía y por lo tanto no había nada atractivo en mí para Fernando, era continuamente acosado por teléfono.

Sergio, perdona que te moleste pero ¿Cómo era eso de que cuando follamos nos salen feromoras o como se diga y eres más atractivo para los demás? Yo creo que me miran más ahora que antes. ¿Y la colonia esa que venden de feromoras?

La colonia de feromonas. Uno de esos mitos como San Valentín o navidades para llenarle los bolsillos a alguien.

¿Pero funciona?

Funciona más no ser un pesado, pienso. Desde la televisión se produce serendipia. Estoy viendo "A dos metros bajo tierra", una vieja serie de HBO y alguien suelta como hablándome a mí o Fernando: "No hay nada más patético que un hombre de cincuenta años persiguiendo un chochito de veinte"

Oye Sergio, perdona que te moleste pero... ¿Tu me puedes cambiar un día festivo? Creo que M. Se va de vacaciones esta semana pero la siguiente volverá y me hará falta estar cerca.

Estoy perdonando muchas molestias pero este tío es infinito. Un universo de plomo y otros metales densos y pesados. Un agujero negro que te atrae a su oscuridad o un ladrón del buen rollo. No sabe que su historia tuvo tirón para mí uno o dos días pero que ahora sigo con mi vida. Que no soy como una farmacia de guardia las veinticuatro horas. Ferna, Fernan... Un hombre de cincuenta con la actitud de un crío de siete.

Sergio, buenas tardes, perdona que te moleste pero esta tía está muy loca. Creo que me está mintiendo. El otro día le dije de ir a su casa y me dijo que no estaría pero miré por la ventana esa misma noche y estaba con un tío. A mí que no me venga con mentiras que paso de ella. No me gusta que me mientan.

Ella no te prometió nada. Creo que te dijo que no se le dan bien las relaciones largas.

No, pero yo para que me pegue un polvo cada dos meses ya me quedo con mi mujer. Ella no me va a manejar como quiera.

Un año.

¡Qué?

Con tu mujer es un polvo al año. A unos cada dos meses con M... Ganas cinco o seis. En un año no está mal.

Me envía un emoticono con carita sonriente para demostrar que lo ha entendido. No siempre pasa a la primera.

Esa no me va a manejar a su gusto. Yo la dejo.

Estoy seguro de que a ella le va a doler, pienso en decirle irónicamente pero sería pasarse. Ese hombre está atormentado. Y lo sé porque me está atormentando a mí. Lo siento un poco por él. La vida es un cúmulo de días de rutina y trabajo y de pronto viene alguien, te despereza y te devuelve a la vida, a la verdadera VIDA, a esa que hace que valga la pena respirar y que cuente cada minuto. Al día siguiente te lo vuelven a quitar, casi sin tiempo para disfrutarlo o poder contárselo a los amig.. bueno, a tu compañero de trabajo de confianza. Duro. Lo entiendo. Pero yo no puedo ayudarle. No ha jugado bien sus cartas con M.. La ha cansado. Perdió esa oportunidad. Se veía venir. 

Sergio, perdona que te moleste pero me ha dicho que le envío muchos mensajes. ¿Qué te parece?

Me parece que ya le he leído bastante. Le pongo una excusa y apago el móvil. Sé que más pronto que tarde hay una veinteañera que hará lo mismo en algún lugar de Barcelona.