Un par de postales gallegas (II de II)

 


Le acepté la cafeína a esa mujer que no sabía de donde había salido. Su instinto maternal rebalsaba de su propia familia y se extendía a un viajero como yo. Su marido estaba en segundo plano. Por su expresión parecía más áspero, menos altruista.


-Así que no nos ha visto nadie- le dije a L..


-Es raro. No he visto entrar a esta pareja en el autobús. Pero déjalo ya. La gente no está pendiente de ti.


Ya en Finisterre miramos desde un faro el mar. Parecía curvarse. Daban ganas de llamar un terraplanista, enseñarle que estaba equivocado y luego despeñarle. Ese agradable pensamiento homicida me hizo sentir mejor.

Le pedimos que nos hiciera una foto a un compañero del autocar. Nos la hizo. En realidad varias. Era de los que buscaban asegurarse de que las cosas se hicieran bien, un profesional.

Me devolvió la cámara y me puso la mano en el hombro. Me preguntó si me encontraba mejor de lo mío. Le balbuceé sorprendido que sí.

Ahora sólo tenía sueño. La cafeína de la pastilla era de corto recorrido. Y la certeza de que era el centro de atención:


- La gente va a su rollo, déjalo ya- me dijo L..


Detrás nuestro el marido de la extranjera amable dijo algo en su idioma en el que sólo reconocí palabras como “vomito”, “sombrero” y “sol”. El tipo pensaba que lo mío era producto de no llevar protección contra los elementos o el vaivén del autocar. Cuando lo cierto es que yo no me mareo ni en los barcos.

Al subir al autocar la guía me preguntó si necesitaba una bolsa para el vómito.

L. ya no dijo nada. Estaba claro que la estrella del día era yo. Una estrella colapsada sobre sí misma y convertida en agujero negro.

En Costa da Morte me sentí revivir. Pero tres pueblos más tarde recaí. Necesitaba dormir o tomar café. Cualquier cosa menos un autocar pendiente de mí.

Ya en el hotel dormí tres horas y me sentí como nuevo. Me suelo curar así. Mi farmacopea es el sueño. Volvía a estar listo para una visita nocturna y con alevosía por la bonita Santiago de Compostela. Incluso recuperé el apetito y me compré un pedazo de tarta de ídem. A lo Homer Simpson.


- Eso te ha pasado por no hacer bien el camino de Santiago- me dijo L..


-Tú lo has hecho conmigo, volando. Ni siquiera existe la maldición que te estas inventando.


- Yo no me he reído de los peregrinos.


- Yo tampoco… demasiado. Además yo he tenido claramente un virus. El de haber comido más de la cuenta. Por encima de mis posibilidades. De todas formas lo que más me ha dolido ha sido lo de ser el centro de atención.


- Sí, claro, todo el mundo está pensando en ti. Te crees más importante de lo que eres. La gente va a su rollo.


Al día siguiente nos íbamos. El tipo de recepción era muy amable. Nos había recomendado la excursión. Nos preguntó que qué tal y nosotros le dijimos que muy bien, evitándole inconvenientes. En un momento de la conversación nos dijo en confianza:


- Dicen que un turista en el autocar se puso enfermo y vomitó. Ya es mala suerte… Con lo bonita que es esa excursión. 


- ¿Ah, sí? No me di cuenta- le dije yo con más sangre en el rostro de lo normal.


Cualquier día aparece un vídeo mío colgado por ahí con el título de “viajero pusilánime” o algo así. Con mi suerte...

Mi compañera sigue diciendo que la gente iba a su rollo y no se fijaba en nosotros. 






Comentarios

TORO SALVAJE ha dicho que…
Ahora que recuerdo... justo en esas fechas alguien me comentó que un turista había vomitado en Galicia.... jajjajajajaa
Tu compañera quería que estuvieras bien y relajado.
Hizo bien... pero claro, la realidad es tozuda.

Saludos.
Amapola Azzul ha dicho que…
El sueño siempre suele ser reparador al menos si es profundo.

Besos.
Cabrónidas ha dicho que…
Tu compañera quería quitarte presión. Al margen de eso, es posible que alguien te grabara vomitando y ese vídeo dé un par de vueltas al mundo.
Sergio ha dicho que…
Ya ves. El mío en un par de horas md resucitó. Besos
Sergio ha dicho que…
Jaja. Quien necesita filmar el bello paraje gallego teniendo un mejor motivo como el señor vomitón. No hay color.
Sergio ha dicho que…
Jaja salió en La voz de Galicia en primera página. Y yo creyendo que aguantaba bien el tipo y disimulaba...
Devoradora de libros ha dicho que…
Tu compañera empeñada en negar lo evidente.
A mí el sueño también me cura muchas cosas, aunque con la edad está empezando a ser menos efectivo.
Yo creo que en todos los viajes hay alguien que se pone enfermo, aunque supongo que no consuela si eres tú.

Besos.
CarlosMxAx ha dicho que…
buena historia me gusto
gracias por pasar por mi blog

al fin probo de su propia medicina, dejara de molestar un buen rato
pero 24hrs fue suficiente
saludos!
Sergio ha dicho que…
Si, Carlos, te leí y estoy al cien por cien de acuerdo contigo. Un abrazo
Sergio ha dicho que…
No estoy acostumbrado a que me pase a mí y el asuntome resulta más sangrante. Porque puede que la edad también me esté avisando. Pero de momento dormir sí. Aunque gracias a que mis enfermedades no están siendo de las peores. A ver qué pasa en los próximos viajes. Besos
Verónica Calvo ha dicho que…
En serio, Sergio, menos mal que ya algo me conoces y sabes que, a veces, soy una impresentable, pero me has despejado la nube mental que ha anidado en mí. Si hasta me has hecho reír con eso de que reviviste en Costa da Morte reviviste. No hay mejor lugar para ello. Si llega a estar Woody Allen en la excursión, tenemos escena segura, en libro o peli.
Lo de los terraplanista: tienen respuesta para todo. Creo que ni despeñándolo cedería.
Que te leo siempre con ganas. Gracias por los buenos ratos.

Abrazo.
Joaquín Rodríguez ha dicho que…
Siempre te leo a unas horas en que no puedo comentar, pero me alegro que volvieras entero de ese viaje, he estado pensando y creo que fuiste valiente aceptando una pastilla de una desconocida, debiste de encontrarte realmente mal. La imagen de despeñar a un terraplanista es realmente terrorífica sobre todo para un terraplanista que cree que de verdad hay un borde del que caerse. A mi me caen bien (siempre en la distancia) desde que lei algo de la saga de mundodisco. Un saludo
Sergio ha dicho que…
Precisamente porque te conozco, Verónica, no podría definirte como impresentable. Y tus nubes mentales te las guardas mucho pero el que esté libre de tenerlas que abra su primer paragüas. Me alegra que te guste. Yo lo paso bien mientras escribo. Luego ya no me gusta el resultado y espero con ciertas dudas los comentarios. Aunque juego sobre seguro. O sea, entre amigos. Un abrazo
Sergio ha dicho que…
Ja, ja la pastilla no venía de un señor en un callejón. Piensa que esta mamá me enseñó la tableta donde hasta pude leer caffein sin problemas. Soy confiado, es cierto, pero no tanto.
Esa saga de mundodisco siempre es algo que tengo pendiente porque dicen que además de fantástica tiene humor. Debería leerla. Pero otra cosa son los terraplanistas de verdad. Te prometo que no mataré a ninguno pero... buff
Gracias por tus comentarios increíblemente analíticos que ven hasta el más mínimo detalle. Es un lujo tenerte por aquí. Saludos, Joaquín.
Nino ha dicho que…
Hola, Sergio:
Tal y como ocurría con las postales de antaño, lo estimulante de tu tarjeta está en tu texto (sin desmerecer la foto)
Gracias por tu comentario solidario, Sergio.
Sergio ha dicho que…
De nada. Gracias a ti por ese brillante blog que tienes.
Dorotea Hyde ha dicho que…
Te iba a decir que mis padres lo habían leído en el periódico, pero te me has adelantado con la primicia, jajajaja.

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