Verano I
Paseamos por la playa. A la hora en que el sol ya no es tan grande por aquí abajo. Me voy a nadar un rato. Lejos porque en la orilla cubre poco. Hay poca agua y demasiada gente todavía. Cuando estoy lejos me siento bien. Estoy a tiro de las corrientes. Este año han muerto muchos así, ahogados por irse lejos. Pero es que a mí lo que me mata son los tumultos.
En esa playa me suelo ahogar más en recuerdos. Con aquella chica a la que prometí futuros que no se cumplieron. Aunque no le mentí. Yo tenía fe en lo que le decía. Y ella en lo que escuchaba. Es sólo que el tiempo te transforma. Lo que una vez dices con convicción el desgaste te lo puede desdecir. Aquel que se comprometía a aquello no era el que después no supo estar a la altura.
En aquel verano era fácil hablar. Emocionarse un poco. La libido me debió soltar la lengua. Ella y yo nos llevábamos bien en horizontal. Y nos habíamos hecho virtuosos del sexo oral. Nos lamíamos con profesionalidad mútua los genitales, los intervalos entre polvo y polvo eran tan cortos que parecían de película de pornotube, el sol no calentaba ni la mitad de lo que lo hacíamos nosotros incluso con el aire acondicionado a temperatura polar. Pero luego volvíamos al estado horizontal y ya era otra cosa. Sólo funcionaba la química del cuerpo. La otra era un desencuentro. Eso no podía durar mucho más que aquellos veranos, más cortos y amables que los de ahora, supongo. Los de entonces ya no somos los mismos, decía Neruda. Cierto. Ni nosotros ni nada. Todo es cambio.
A ella parecía importarle mucho aquella promesa cuando nos volvimos a ver. Y como le importaba, seguía resentida. Tenía toda una carta de reclamaciones por entregarme. Y yo se la acepté. Qué menos que eso.
Aunque le envidié la suerte. A mí cada vez me importa menos todo.
Ella estaba viva aún.
Si te importa y te enfadas es que sigues en la lucha. Pero cuando el mundo no te importa demasiado es que tal vez te queda poco para que tú tampoco le importes mucho al mundo.
Comentarios
leer ciertas
líneas del
texto , yo
te llamaría
Sergio x ,
😀
Neruda "a veces" es algo que puedo suscribir yo. Sus obras completas me descubrieron que Neruda "no siempre". Pero es que escribió mucho.
Nunca he sido de promesas, siempre he sido mi mayor decepción respecto a expectativas, supongo que el tiempo te pone en tu sitio en ese sentido y aprendes a no extender cheques sin fondo, en nuestra cabeza todo sonaba fantástico, luego ya si eso...
Saludos varios!
confieso que no es ni era ni ha sido mi hit eso del sexo en la playa y que me hagan sexo oral jajaja.
ay -fuertes declaraciones-
Este texto me ha dejado pensando que las mujeres entonces gozamos de buena memoria para anrdarnos con reproches
:)
Me ha dado envidia leer lo bien que estás nadando lejos del tumulto... pero es que no puedo con el sol.
Ni a última hora lo soporto.
Los últimos veranos nadaba con camiseta de surf, protección solar de 50 y descanso bajo la sombrilla (que ayer me enteré que la sombrilla equivale a una ridícula protección de 2!!!)... bueno, pues por la noche tenía calor del que no se apaga. Ni aire acondicionado ni nada... la piel me quemaba.
Entre eso y que se ve que le gusto a las medusas he decidido exiliarme para siempre de nadar en la playa.
Voy a la piscina, que además es cubierta, y con eso me apaño, ya sé que no es lo mismo pero duermo mejor.
Me temo que el mundo me importa cada vez menos... sí, lo sé, mala señal, muy mala pero es lo que hay.
Me has hecho recordar a una chica a la que tampoco mentí pero no acabó bien el romance... si pudiera volver a entonces...
Saludos.
No, si yo las promesas tampoco las ofrezco mucho pero es que a veces me las han forzado. Y el primero en creérselas he sido yo mismo. Buen verano.
Sobre el sexo en la playa o en otros sitios, no, yo tampoco. Pero a veces te dejas llevar por la situación o por otra persona y sus ideas y en fin, nada especial. Aunque lo importante es participar.
Imagino lo que dices sobre volver a entonces y demás. En tus versos hay algo de ese pasado que no conseguimos alcanzar.
A veces funciona, a veces no.
Besos.
Son tantos los cambios que ocurren en nosotros que, lo que importaba va dejando de importar, solo queda el recuerdo. Me gusta que le hayas recibido los reclamos sin decir palabra, a veces solo se necesita un desahogo para continuar.
¿Por qué no me llegan tus actualizaciones?
El pornotube me sonaba pero no es mi página de referencia. Ver comentario a Joaquín Rodríguez. Saludos
De la lívido en la playa, ese es un tema aparte. El sol, las tardes luminosas, el mar provoca que la sexualidad sea muy satisfactoria y adictiva.
Abrazos Sergio
sobre ello se pueden escribir tochos.
Todo es "para siempre" y luego... lo has dicho magistralmente.
Y sobre los tumultos, pues eso, que también yo nadaría lejos. Hasta la misma línea del horizonte.
Abrazo, Sergio.
Sobre los tumultos ya le decía el otro día a Toro que los que escribimos o leemos presentamos ese síntoma de no gustarnos la masa. Un abrazo.
Igual es lo que más extraño. A veces recuerdo lo cerca que lo tenía cada día de mi vida. Conducía mirando el mar cada puñetero día y no le daba ningún tipo de importancia.
Las personas tenemos una tendencia psicópata a recordar las cosas buenas del pasado y no valorar el presente.
A la playa voy poco y a horas de poco calor y no mucho sol salvo excepciones. Ya no me atrevo a más con estos veranos. Acabamos de pasar la peor semana de calor. Ahora tocan lluvias salvajes.