En la cara oscura de cualquiera

 


Creo que fue hace décadas. Le ayudé con el coche. Sólo tuve que empujar. Era del barrio. Luego coincidimos de nuevo en otra calle del mismo barrio. Recuerdo la carcajada cuando descubrió que vivía allí. Le hacía gracia que volviéramos a ser vecinos más o menos. Diferente portería pero misma manzana. Siempre se reía. Hay personas a las que no imaginas serias. Este era o es, porque sigue vivo y espero que por años, de esos.

Coincidimos habitualmente en la churrería. Le ayudé un día que no tenía a nadie para subir un sofá al cuarto. Fue duro. No cabía en el ascensor. Recuerdo el sudor pero las lágrimas no. Ya he dicho que al tipo solo le enseñó su madre a reír.

Desde entonces aprovecha la navidad para regalarme whisky. Dice que es incapaz de recordar mi cumpleaños pero que esas fiestas sí. Así que me trae whisky o Bourbon. Chivas, Four Roses, algunos menores como Dewars, 100 Pipelines, lo que sea. Lleva años haciendo proselitismo del alcoholismo. Los bebedores son así. No gustan de la gente sobria. Lo poco o mucho que sé sobre el whisky o el Bourbon lo he aprendido bebiéndome sus regalos. Si alguna vez me habéis visto patinar mucho con la escritura es que estoy bajo los efectos del altruismo de mi… ¿amigo? Pues no sé. Supongo. Nos llamamos vecinos. Y nos ayudamos. Aunque yo nunca le he pedido nada imagino que si lo hago estará ahí como yo lo he estado para él. Yo le regalo libros. Bukowski es lo único que le gusta. Me devolvió un Houellebecq porque "algunas páginas le gustaban y otras se le hacían pesadas". Respeto absoluto. Bukowski pues. Tal vez John Fante. O el alcohólico de Joseph Roth, el austríaco. 

La última vez le vi muy serio. Iba con una mujer. Me hizo gestos extraños con los ojos. Reaccioné rápido. No quería detenerse. Luego supe que usa su domicilio habitual como picadero. Es un soltero otoñal y por tanto, crónico. No quiere pareja, quiere parejas. Así que les dice que no vive donde vive. Que van a follar al piso de un amigo. Y es cierto. Supongo que el mejor amigo de sí mismo es él. No quiere compromisos. Se casó hace tiempo con su casa vacía. Y sus botellas. 

A veces siento una mano ruda en el hombro y una voz que me invita a tomar algo. Nada por debajo de la cerveza. Si es refresco dice que se levanta de la mesa y me retira la palabra. Y supongo que la sonrisa. Un verdadero hombre odia su hígado, parece pensar. Abracemos la cirrosis. Aunque nos vemos poco, debo decir. Siempre me pregunta que donde me meto. Y yo nunca le digo que a resguardo del mundo. Entre libros y cómics. Me callo lo de la biblioteca como si fuera un pecado o un crimen.

Hace poco le vi sin que me viera. Estaba de perfil. Con el móvil en la oreja. Junto a su coche. Inéditamente serio. No sé con quien hablaba. Él tampoco me lo diría cuando colgó el teléfono. Sólo se desconectó y al verme se le encendió el rostro. Como el que se pone una máscara soltó su carcajada. Pero esta vez no le llegó la risa a los ojos. Hay cosas que se saben sin saber por qué se saben. Pero ninguna persona se puede convertir en personaje. Las novelas y el cine nos dan personajes enteros, más o menos complejos pero a los que podemos predecir. Pero en la realidad nadie es ni mínimamente coherente consigo mismo. Ese día mi vecino o amigo se salió del personaje. Era otro que a su vez era él mismo. En un lado al que no me dejó acceder. Un lado sombrío y oscuro que se guardó para sí mismo. Porque esa es otra. No hay nadie tan cercano a ti que te vaya a dejar entrar en todas las habitaciones de su alma.


Comentarios

Cabrónidas ha dicho que…
Es obvio que todos tenemos nuestras procesiones interiores. Nadie se desnuda por completo ante nadie; el riesgo es altísimo. ¿Cobardía o prudencia? Pues no sé. Quién sabe algo de nada...
Sergio ha dicho que…
Cabrónidas: En este caso apuesto por prudencia pero nunca se sabe. Aunque tiene un hermetismo muy logrado. Ni con alcohol lo ha abierto.
Tatiana Aguilera ha dicho que…
¿Somos un personaje como el amigo del barrio?. Pienso que todos dejamos conocer una parte de lo que somos en verdad. Todos guardamos bajo llave nuestro verdadero ser y, tiene sentido, porque no podemos abrirnos por completo. Ocultamos parte de nuestro interior para cuidarnos de nuestras debilidades y temores. Solo en la intimidad de nuestro hogar, somos absolutos.

Abrazos para ti.
Sergio ha dicho que…
Tatiana: Tiene que ser algo intuitivo. Un mecanismo de defensa de los muchos que nos brinda la naturaleza. Nunca exponernos al cien por cien puede ser bueno. No a todo el mundo desde luego. A este amigo no le recrimino nada. Aunque algunos son tan reservados que tampoco me inspiran mucha confianza, la verdad. Hay grados.
Joaquín Rodríguez ha dicho que…
Yo reconozco que como lector de blogs soy sergiófilo, tienes una forma muy especial de describir a quienes te rodean, tu mirada es como aquel viejo anuncio de ¿cueces o enriqueces? De algún manera conviertes en especial lo que para muchos es invisible y ordinario. Este retrato tan cuidadoso como amigable de tu vecino me ha recordado un cuento que leí hace tanto que no alcanzó a discernir si era de García Márquez o de Kundera sobre un pareja de decide fantasear jugando a ser desconocidos que se gustan. Ella juega a ser algo descarada y desenvuelta y lo hace con tanto verismo que a partir de ese momento no puede dejar de dudar de cuál es su verdadera forma de ser, y los celos y la desconfianza estropean lo que era una relación de amor. Algo en tu vecino revela que todo lo humano se resiste a ser encasillado: esa parte de nuestra personalidad que siempre se revela como insondable. (Por cierto no busques mi blog, un día decidió descansar y aún sigue en ello 😉)
Sergio ha dicho que…
Joaquín Rodríguez: La historia que cuentas parece de García Márquez pero como no la he leído la vamos a dejar en la duda, por si alguien se anima a dar el dato que falta. Lo digo porque parece interesante. Yo por mi parte estoy obligado a rebuscar entre lo cotidiano las historias porque mi vida no se va a mover nunca por montañas, selvas ni lugares donde mi físico esté en peligro. Y aún así digo como Nabokov, que asegura que sólo se aburría alguna vez de niño pero ya de adulto nunca.
Lo de tu blog es una pena. Tenías más versatilidad que nadie. Cada entrada era distinta a la anterior salvo por el tratamiento maduro, analítico, documentado. Pero me aferro a eso que dijiste sobre las veces que has ido y vuelto. No acepto su dimisión. Vuelva a sus labores escritoras en cuanto pueda, caballero. Un saludo
TORO SALVAJE ha dicho que…
Dentro de cada cuerpo hay muchos personajes.
Yo ya renuncio a saberlos.
En su momento creí conocerlos, me refiero a mis amigos, pero me equivoqué.
Supongo que ellos también se equivocaron conmigo... y el tiempo acabó de rematarlo todo.
Cuando atraviesas la primera barrera de seguridad de cualquier persona comienzan las sorpresas y no suelen ser muy agradables.

Saludos.
Sergio ha dicho que…
Toro Salvaje: Me comentaba un amigo que a veces le sorprenden actitudes en gente que conoció hace años. Gente a la que admiró y que ahora incurren en actitudes infantiles o ridículas que tiran por tierra su propio mito. Es cierto que esa barrera es mejor no pasarla. Aunque algunos la enseñan sin querer.
Maia ha dicho que…
Siempre hay algo que se oculta, o quizás hay mucho que se oculta y solo se deja ver una parte pequeña. Me gusta tu respeto a sus límites.
Sergio ha dicho que…
Maia: El respeto a los límites siempre. También me gustan que respeten los míos,claro.
Orlando ha dicho que…
Desde luego ,
lo que
entiendo , es
que si en su
momento fuiste
gentil con el,
solo quiso hacer
lo mismo por
aquello de los
regalos que te
hizo , vete a
enterarte de
quien es en
realidad, o
a lo que se
dedica , mejor
dejarlo si no
da chance a
nadie .
Sergio ha dicho que…
Orlando, la verdad es que no sé a qué se dedica, creo que a comercial, pero es una cara familiar del barrio. Mientras no lo vea esposado o con policía no me preocuparé demasiado. Y tampoco es que coincidamos mucho. En fin, tantas vidas pasan por la vida de uno...
Devoradora de libros ha dicho que…
Yo, como Joaquín, me declaro «sergiófila». Me ha gustado mucho la palabra y su definición.

Cuando la gente me sorprende me doy cuenta de que soy yo quien ha decidido que sean de una u otra manera; yo sola me he montado una película en mi cabeza en base a lo que veo y la mayoría de las veces no es cierta. En ocasiones incluso salen perdiendo en mi imaginación.

Besos.
Sergio ha dicho que…
Devoradoradelibros, ja,ja al que le ha gustado la palabra y la definición ha sido a mí por motivos obvios. Y no he comentado más por pudor.
En lo otro que comentas, intento mantener a la gente en una opinión intermedia si no les conozco. Incluso les concedo varios puntos de ventaja al principio. Eso significa que les dejo una o dos trastadas antes de comenzar a esquivarlos. Pero es mejor mantenerlos como tú, en puntos bajos. Luego te decepcionan menos. Supongo. Besos
Jo ha dicho que…
creo que las personas en general somos asi de extraños, quizá hasta con personalidades distintas para quiénes conocemos... hay con quien nos explayamos o somos graciosos o a quien solo confiamos una parte muy profunda de nuestra personalidad o sentir....

en realidad creo que esa es la más sincera

no sé si antes o después de la pandemia pero... yo me encuentro con que siento que soy mas solitaria pero mas amable y menos gruñona hacia los semejantes
eso si... como tu

nada de visitas jajajajaja a menos que traigan libros y un vinito :P

No sé.. ahora mismo me pregunto como sería la crónica escrita referida a ti :)

beso
;)
Jo ha dicho que…
por cierto A mi me regalan siempre vino. o libros No es queja eso si , ni los libros ni las botellas las devuelvo jamás :P

soy sergiofila
Verónica Calvo ha dicho que…
"No hay nadie tan cercano a ti que te vaya a dejar entrar en todas las habitaciones de su alma."

Qué verdad. Tampoco nosotros lo hacemos. Todos ocultamos y postureamos.
Observar a alguien que no se da cuenta de nuestra presencia, es descubrir oscuridades, luces, facetas. Fíjate que al leer me vino a la cabeza algo parecido, pero fui yo quien se sintió descubierta. A veces parece que son solo los demás los malos y defraudadores y nos olvidamos de nosotros mismos.

Como siempre, enganchada a tus palabras.

Abrazo, Sergio.
Sergio ha dicho que…
Jo: La idea de una crónica sobre mí escrita por mí mismo sería sesgada y le faltaría información. He oído que las autobiografías son un género muy falso precisamente porque el sujeto cuenta lo que le interesa. Nunca lo que le interesa a los demás. Pero hace años que hago algo parecido aquí mismo. Creo que en el blog he contado cosas más privadas y personales que a mucha gente en la realidad. Hay muchas personas con las que hablo y me relaciono en la vida cotidiana que no saben ni que existe este blog.
Yo no devuelvo regalos nunca. Me quedo hasta los que no me gustan por eso de no hacer sentir mal al "regalador". Si se hace con buena intención hay que acogerlo con la misma buena disposición. Mientras no me regalen cicuta para que me la beba...
Gracias por añadirte al club más pequeño del mundo de los sergiofilos. Es un honor tener a gente de vuestra categoría diciendo esas cosas de uno mismo. Un beso
Sergio ha dicho que…
Verónica: Tienes razón. Yo también he sentido algo raro cuando el descubierto he sido yo. Nunca he pretendido escaparme de esa inquisición. Arrastro culpas. Lo que pasa es que no suelo sentirme culpable mucho tiempo. Pero ya sabes, el que esté libre de pecado...
La de cosas que aprenderíamos si tuviéramos la verdad de los ojos que nos observan cuando estamos despistados. Aunque prefiero saber un poco menos. Montaigne decía que hay que tener los oídos muy duros para escuchar lo que nuestros amigos dicen de nosotros cuando no estamos presentes, que mejor dejarlo correr. Un abrazo
Dorotea Hyde ha dicho que…
Ay, Sergio, qué texto tan maravilloso. Es una descripción buenísima, no sé si acertada o no porque no conozco a la persona en cuestión, pero es emotiva y un poco afilada también. No podía ser de otra manera siendo tuya. :)
Me ha quedado un sabor triste al terminar, aunque parece que esa soledad es elegida.
Un abrazo.
Sergio ha dicho que…
Dorotea: He publicado este comentario tuyo que no se publicó porque estaba pendiente de moderación(tengo la moderación por... bueno, imagina, a mí me dan igual los descerebrados pero no que ataquen a mis invitados).
Sobre la tristeza final del personaje no es un personaje triste. O sí. Como todos nosotros en la tragicomedia particular que llamamos vida. A saber qué historia habría en en esa cabeza ese día. Aunque ya puedes imaginar que preguntar no sería delicado. Un abrazo
P.D. Siento que tuvieras que hacer un bis con los comments. Da un poco de rabia escribir un comentario y pensar que no se ha publicado.
Dorotea Hyde ha dicho que…
Ningún problema por repetir, Sergio. La cosa es que no me salió el mensaje de que estaba pendiente de moderación... o más bien yo no lo vi, que no tengo la cabeza en su sitio estos días. Ya ves que más o menos todos vamos poniendo el filtro por lo mismo. :S
Un abrazo.
diego ha dicho que…
Yo creo que simplemente tu amigo se casó con uno de sus ligues. Eso marca. En lo de Houellebecq estoy completamente de acuerdo con él :)
Sergio ha dicho que…
Diego, no le imagino en una boda ni a cambio de todo el oro de la reserva federal americana pero cosas peores se han visto.
Supongo que Houellebecq es de esos que tienen páginas a las que uno se resigna. O no. Saludos, Diego.
Recomenzar ha dicho que…
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Sergio ha dicho que…
Recomenzar: Primer y último aviso, yo sí te voy a denunciar a ti pero en serio. Mi mujer es abogada y ya dice que lo tuyo es acoso y tú si usas mi nombre. No te publico los comentarios porque son basura que me difama a mí y todo el mundo pero me los guardo. Yo tu nombre no lo he usado en ningún lugar. ¿Te aburres y quieres guerra? Yo te la daré.
Amaranta ha dicho que…
Por algún motivo desde la tablet no consigo logarme en este perfil de Blogger, así que llevo tiempo queriendo escribir lo mucho que me ha gustado esta entrada. "No hay nadie tan cercano a ti que te vaya a dejar entrar en todas las habitaciones de su alma". Ni debería hacerlo, añado. Un abrazo.
Sergio ha dicho que…
Amaranta: Totalmente de acuerdo en eso de que no debería hacerlo. A todos nos da escalofríos esa especulación donde existiera la telepatía y no hubiera intimidad ni en el pensamiento. Si se pudiera hacer, incluso nos controlaría eso, lo que pensamos. Gracias por tu amable comentario, un saludo
Rajani Rehana ha dicho que…
Beautiful blog
Sanhoycal ha dicho que…
Hola! He llegado a ti de un blog a otro y me parece que tienes uno super sugerente, así que te he seguido. Te invito a que te pases por el mío, que trata sobre joyas literarias de editoriales pequeñas. https://granlibroeditorialchiquita.blogspot.com/ Lo he creado esta semana, así que todavía no tiene mucho contenido, pero prometo subir cosas verdaderamente interesantes. Siempre procuro comentar los nuevos posts de todos mis seguidores. Si te apetece nos leemos! Un abrazo.
Sergio ha dicho que…
Sanhoycal, me interesa mucho el tema de tu blog así que no dudes que pasaré. Las editoriales pequeñas merecen y deben tener más visibilidad y a mí me particularmente me encantan. Me verás pronto por tu blog. Saludos
Hisae ha dicho que…
Tarde o temprano todos nos derrumbamos. No podemos mantener la sonrisa perpetua. Es durísimo. Muy duro. Casi siempre llorar un poco te da fuerza a seguir y que los demás sigan comprobando lo guay que eres.
Sergio ha dicho que…
Hisae, creo que este en especial se permitió ser débil cuando pensó que nadie le observaba.
Un saludo. Ya te visitaré a ti. Veo que también tienes tus escritos.
Mayte Llera (Dalianegra) ha dicho que…
Ay, qué precioso final te ha quedado, Sergio. Eso de: "No hay nadie tan cercano a ti que te vaya a dejar entrar en todas las habitaciones de su alma", es para quitarse el sombrero.
Tu amigo, que no sé si esta vez será de ficción o real, me recuerda un poco a mí, no solo porque yo tampoco soy de refrescos, aunque me intento cortar todo lo que puedo y bebo vinitos y cervezas de vez en cuando, dejando las altas graduaciones para muy contadas ocasiones y siempre en combinados, todo lo más, un ron con cola, un mojito, piña colada...

También nos parecemos en que solemos llevar puesta la máscara de la risa, de hecho, me han llegado a preguntar si estoy siempre risueña. Lo que no saben es que a veces también estoy triste y hasta muy triste, pero si estoy en compañía suelo disimularlo, aunque creo que se me nota como al protagonista de tu relato, que en esas ocasiones no me llega la sonrisa a los ojos.

Aparte de estas "felices" coincidencias con tu "prota", y de que también recibo botellas por navidad (es que es un regalo muy socorrido, como los perfumes), lo que me ha sorprendido es lo "vivo" que es ese amigo tuyo del relato, que les dice a sus ligues que su casa es prestada, para que no se les ocurra volver a picarle en la puerta cuando él ya les haya dado "puerta", jajaa.

No te extrañe que te regale bourbon y "güisquises" caros, es que tiene que agradecerte lo del sofá, que ahí es nada subirlo por las escaleras, jaja.

Como siempre, tus relatos me hacen sonreír todavía más de lo habitual en mí, y es que escribes derrochando ingenio y gracia.

Pasa una buena noche. Espero que te hayas mejorado y si así no fuera, que te mejores prontito, Sergio. Mis mejores deseos para ti.

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