De mentiras y hombres
Mi compañero de trabajo "preferido" me dijo que había vuelto con su mujer. Le respondí que me alegraba. Me dijo que seguían como siempre, que él se masturbaba mucho. No le dije nada porque le hubiese tenido que replicar "¿Y a mí por qué me explicas estas cosas?"
También me dijo que teníamos que celebrarlo. No me lo esperaba así que me cogió sin ninguna excusa a mano. La vez pasada le dije que me había tenido que ir al apartamento de mis padres en la Costa Brava. El que vendieron. Ahora solo existe en mis excusas.
Estoy en contra de ver las mismas caras durante mucho tiempo. Es por eso que las de los compañeros de trabajo son las que más detesto. Nunca quiero salir con ellos. A veces tampoco con ellas. Me llaman rancio a la cara. Por detrás seguro que cosas peores. Pero es que recordar el trabajo fuera del trabajo me parece extender su ámbito de influencia. A veces lo sueño, otras me preocupa, otras elucubro maneras de denunciar sus abusos, en ocasiones solo lo trabajo. Me gusta tener una vida real además de la que alquilo por horas. Sólo salgo con compañeros de trabajo cuando hay afinidad y este no era el caso.
Me dijo de quedar también con sus hijos. Y su mujer. Aún no sé cómo pero quedamos. En su casa. Me lo tomé como unas horas extra no pagadas. Pero para la próxima estaba claro que tocaba inventar excusas buenas de verdad. Crear un familiar necesitado de cuidados perennes. Alguien con una personalidad y una biografía verosímil. Una excusa tan larga que se aburriese de escucharla y la diera por buena. Algo que me evitase caer en el difícil trance para mí de quedar con quién solo puedo hablar de trabajo o de futbol.
La comida bien. La mujer menos sonriente que la última vez. A lo mejor fue imaginación mía. Porque no dejaba de pensar que ella sabía que yo sabía que su marido se había liado con una vecina, que luego se había desliado de ella(en un día más o menos) y que luego todo se había liado mucho porque ella había descubierto esos líos. Su marido podía tocarse a sí mismo los genitales pero no dejar que otras los tocasen. Tiene su lógica. Pero lo contrario también.
Me lo pasé bien con los niños. Les había llevado unos cómics porque sabía que en esa casa no se leía y así tendría la excusa para leérselos yo y pasar el rato haciendo algo constructivo. Les gustó la experiencia. No se si alguna vez se aficionarán a la lectura pero desde luego sí que se han aficionado a que les lean. Audible o plataformas así me deben un par de clientes.
Y no sé si fue el alcohol, el mareo por las preguntas de los niños o el despiste por estar pendiente de otras cosas como por ejemplo irme ya de esa casa pero en un momento dado Fernando me preguntó por mis padres, que si estaban en el apartamento.
- ¿El apartamento? Hace años que lo vendier...
Y tuve que acabar la frase. Cuando tienes un mensaje tan formado y claro es difícil abortarlo.
La expresión de Fernando fue cambiando pero no dijo nada.
- ¿No te lo dije?- añadí por decir algo- Vendieron el apartamento... Hace tiempo.
- No... no.
Había olvidado que le dije que había estado allí hacía poco. Como excusa para no quedar con él.
Y luego todo se tensó un poco pero muy civilizadamente. Hablamos un poco de los niños y poco más.
En el trabajo estuvo bastante callado.
Hace días que no me confiesa todo eso que yo no necesito saber. Actualmente desconozco su frecuencia masturbatoria. Vivo algo más tranquilo. Culpable y tranquilo a la vez es difícil así que digamos que medio en calma. Pero mira tú por donde ya no tengo que inventar excusas. Es lo bueno que tiene decir la verdad. Aunque se diga involuntariamente.
En fin. Todos mentimos y a todos nos mienten. Pero cuando nos mienten a nosotros esas mentiras parecen más grandes y las nuestras muy pequeñas.
Porque a él mentir a su mujer le hacía disfrutar muchísimo. Eran las suyas mentiras que en su boca parecían heroicas, casi divinas. Pero era todo lo contrario. Mentir es prosaico. Todos sabemos lo humano que es no decir la verdad.
Comentarios
Recuerdo que una vez llegué a casa de mis padres pasada la medianoche -estaba prohibidísimo llegar a las tantas-, mi madre me reprendió, pero era muy suspicaz y habló y habló tanto y tan aburrido que me hizo bajar la guardia, luego me suelta aquello de —ve a lavarte el rostro para que te duermas; ya me lo lavé, no lo pensé —¿Dónde?; y me lanzó esa mirada penetrante, le tuve que inventar una excusa bastante patética.
Y una mentira de cajón es el período, no falla. También eso de: —No quieres saber la verdad, les digo, no, no quiero y me evito explicaciones.
Vaya momento malo debiste pasar...
En el mundo laboral es muy común creerse que los compañeros de trabajo son amigos.
No lo son.
Es gente con la que se coincide muchas horas durante años y ese roce diario simula una amistad que cuando cambias de trabajo o de entorno laboral se descubre que no existía.
Yo confundí mucho tiempo a compañeros de trabajo con amigos.
Después comprobé que no, que no lo eran.
Ni ellos de mí ni yo de ellos.
Saludos.
De todas formas los escritores mienten mucho. Aunque estos para decir la verdad. O es lo que dicen.
Yo no tengo nada especial contra mis compañeros. Nada que me haga odiarlos. Es solo que no me apetece verles después de haberles visto tanto. Y efectivamente es lo que dices. Cuando se acaba el contrato y te vas a otro sitio, también sueles perder esa relación.
Cuando eres muy joven puedes hacer algún que otro amigo en esos lugares pero luego ya vas viendo que no. Que ni siquiera es recomendable. Saludos
y cínicos , esto
es como Eyes
Wide Shut en
laboral .
Lo de hacer lo posible por no ir. Pues casi hice una cancelación de última hora. No sabía por qué me tenía que obligar a algo que no iba conmigo. Especialmente cuando esas cosas solo te abren la posibilidad a que sigan contando contigo en el futuro, a más citas no deseadas. Y claro que siempre hay excepciones en el trabajo. Como dije, si hay compatibilidad y sobre todo afinidad con el compañero puede resultar en algo diferente. Pero muchos de estos compañeros que te dicen de salir fuera del trabajo me da la impresión de que son gente un poco colgada. Que si tuvieran una vida social normal no buscarían más de la que tienen en un ambiente como el laboral.
Así que me he prometido no volver a caer en esto. Seguro que volveré a hacerlo pero de momento la promesa está en el aire. No tiene sentido entregar tantas horas de tiempo a quién en realidad luego solo me tiene para arrojar sus frustraciones, para que le aguante sus monólogos con los que por cierto no suelo estar de acuerdo.
Feliz día de Reyes. Ya solo queda un año para la siguiente navidad. Un abrazo
Vayamos por partes, como dijo Jack the Ripper. En primer lugar, que sí, que alguna vez se puede encontrar un amigo en el currele (incluso hasta puede ser tu jefe), pero es como encontrar una aguja en un pajar: algo de muy escasa probabilidad, pues cuando no hay envidias de por medio, hay malos rollos o tensiones, así que lo que nos relatas es totalmente verosímil.
En mi caso particular, sí tengo como amiga a mi socia, pero es una amistad somera, superficial, no una verdadera amistad, no alguien a quien le contaría mi vida íntima. Aunque bueno, el compi de trabajo de tu relato sí que contaba la suya con pelos y señales. Quizá él creía que erais amigos porque no tenía a nadie más como tal. Cuando no se tienen amistades se tiende a tomar por amigo al primero que se arrime o con quien se tenga el mínimo contacto.
En segundo lugar, el tema de las mentiras, que suelen traicionarnos porque es difícil acordarse de ellas, de hecho, la diferencia básica entre la verdad y la mentira es que la primera es más fácil de recordar por el mero hecho de ser o de haber sido real.
Todavía no hace mucho que vi un documental en la tele donde decían que mentimos un promedio mínimo de 8 veces al día, pero que a veces no nos damos ni cuenta, porque muchas son mentiras insignificantes, algo así como asentir cuando nos preguntan sobre si la comida está buena, aunque no nos esté gustando. Y qué podemos decir los blogueros cuando leemos textos que no nos interesan o que ni siquiera nos agradan y decimos eso de: "Qué buen escrito, me ha gustado mucho".
Respecto a las excusas, a mí también me ha pasado, no es la primera vez e imagino que no será la última, que me invento alguna mentira: un pariente enfermo, un invitado en casa... lo que sea con tal de evitar una situación indeseada. Hasta el momento no me han descubierto y no me he tenido que comer ningún "marrón", pero no es raro que eso suceda, como te pasó a ti en tu relato, porque no siempre que hablamos pensamos primero, la boca suele ir más veloz que el cerebro, y más si se ha tomado previamente alguna copita. Me imagino el mal rato que se pasa si eso sucede, algo así como un "cómeme, tierra", jaja.
Lo bueno en tu caso es que ya no tuviste que inventarte más excusas y te libraste de un pelma que te daba la brasa. Y sí, las mentiras propias suelen justificarse, por gordas que sean, mientras que las ajenas resultan imperdonables.
Feliz día de Reyes, Sergio, espero que te hayan traído muchas cosas buenas. A mí solo me han traído carbón, es lo que tiene ser una bad girl, jejeje, que los reyes están al tanto de todo, que parece que vivan en Florida y sepan lo que ocurre entre bambalinas.
Un abrazote, compañero.
Pero este domingo, después de once horas de sueño intenso y una recuperación que casi parece una resurrección, me siento incluso mejor que antes de enfermar. Creo que hasta me iré de tiendas que por lo que sé hoy las abren por donde vivo.
Espero que te vaya bien el día a pesar de lo que trasnochas, ja,ja Saludos mi generosa amiga
Se ha escrito mucha literatura fantástica sobre un mundo sin mentiras. Casi toda acaba mal.
Me gusta cómo sacas una mentira con otra jaja. El más difícil todavía.
Saludos
La verdad es que a ti te ocurre cada cosa...
En esta historia veo varias frases claves:
"Algo que me evitase caer en el difícil trance para mí de quedar con quién solo puedo hablar de trabajo o de fútbol".
Cierto, es muy difícil mantener una amistad abierta con alguien del que tienes tan pocos temas de conversación.
"Hace días que no me confiesa todo eso que yo no necesito saber"
Qué alivio... sin duda
"Vivo algo más tranquilo. Culpable y tranquilo a la vez es difícil, así que digamos que medio en calma. Pero mira tú por donde ya no tengo que inventar excusas. Es lo bueno que tiene decir la verdad. Aunque se diga involuntariamente".
Mejor resumen... imposible.
Ese premio Awards... no te sientas ganadora antes de tiempo. Yo el sábado recibí más de doce andanadas no publicadas desde el sitio de siempre. Se refería a mi capacidad para tener erecciones y cosas así. Obviamente no me importa. Puede ser molesta pero es que eso de "no ofende quien quiere sino quien puede" es muy cierto. A mí sus palabras no me afectan porque no le concedo ningún valor a esa persona. Es como una caricatura. Si alguien a quién respeto me dijera algo más suave me hundiría mucho más que con los ataques de esta llamándome escritor aburrido, malo, que no se me "para", ¡abusador de mujeres! y una ristra larga pero repetitiva de lo de siempre. Me quedo igual. Se la conoce ya tanto por las redes que nada de lo que diga o haga ya puede tomarse en serio. Algunos despistados quedan que no la conocen pero ya lo harán.
Pero vaya, que no digo que no entienda lo tuyo de no querer levantarte cada mañana con un "piropo" así. Esa sensación tuya la han tenido muchos blogueros y blogueras que llegaron a cerrar su espacio. No siempre tienes el ánimo para aguantar todo ese montón de basura de una mente tan podrida. y no darle ni la posibilidad de escribirte la frustra, ja,ja
Ese mensaje de esa persona que mencionas ya entendí que no podía ser para mí. No había nada en este que me recordase a algo que yo hubiera hecho. Y desde luego llamaba la atención que estaba escrito correctamente y no con la dislexia habitual de la de siempre. Era otra su autora. Espero que esa batalla no siga. Abrir frentes en un lugar tan etéreo como blogger no me parece aprovechar bien el tiempo. Pero si te molesta algo que veas publicado o que creas que te ofende no tienes más que avisarme y yo hago un bonito delete.
Saludos, Mayte y otro abrazote para ti.
En cuanto a las cosas que me pasan no sé cómo va la vida del resto de la gente. Yo desde luego no dejo pasar una anécdota sin anotar. A la hora de escribir, estos sucesos son como oro. Supongo que tú como escritor también tratas de retener toda vivencia curiosa que te sucede.
Un abrazo, Ali. Espero que hayas tenido unas fiestas fenomenales.
Tu otro personaje es muy interesante como historia pero espero que no se manifieste. Con una ya tengo bastante. Problemas mentales o del tipo que sea, ya establecimos que esto más que locura es hijoputez pura.
Vuelve cuando quieras. Un saludo.
De todas formas, qué manía de sentirnos culpables, sobre todo cuando no debiéramos. Pero bueno, lo hecho hecho está, así que ahora disfruta de tu tranquilidad.
Tengo pendiente escribir sobre algo que me ronda la cabeza últimamente y que tiene que ver un poco con lo de juntarse con los compañeros (irónico, porque algunos son de todo menos compañeros) de trabajo fuera de él. Y es que cada vez me cuesta menos acudir a esas quedadas por voluntad propia porque cada vez me da más igual. Es como si hubiera superado ya cierto nivel de molestia y no me afectaran lo suficiente.
Besos.
Sobre lo de juntarse con esta gente del trabajo yo ya lo tengo claro. Recuerdo que hace unos quince años estaba en otro trabajo donde sí tenía muy buen ambiente y entre eso y un poco de alcohol que a mí, como consumidor moderado y social no experto, se me sube rápido, la fiesta me resultaba agradable. Pero es que esto de Fernando es ya quedar como amiguetes. Él y yo y su vida un poco gris. Como la mía pero sin aficiones (si descontamos el futbol que yo no considero que le llene tanto como a mí las mías que sí me distraen todo el tiempo). Besos
Pensando un poco más lo que te he dicho antes me he dado cuenta de que empecé a soportar a gente que no soportaba en ciertas situaciones por «culpa» de mis hijos.
Me explico.
En mi caso ser madre conllevó pasar horas y horas en el parque con mis hijos y relacionarme con gente a la que hay que dar de comer a parte. Lo mismo en el colegio. Al principio me costaba mucho y lo pasaba mal pero hasta que ellos han tenido edad en la que no han necesitado de mi intervención para relacionarse o se las han sabido apañar en ciertos conflictos he tenido que compartir mucho tiempo con personas a las que nunca hubiera querido conocer.
Eso es lo que creo que ha ayudado en mi caso a soportar ciertas compañías. Pero bueno, también hay situaciones y personas, y el estado de ánimo en el que me encuentre o el pie con el que me haya levantado.
Besos.
Un abrazo enorme. Y mi alegría infinita de que ya no tengas que aguantar a ese ser tanto como antes.
Tímidamente se va acercando a explicar otros pequeños asuntos irrelevantes suyos. Así que soy yo el único que debe actuar y echarle un poco más de firmeza y no quedar con él sin ganas. Y debo hacerlo sin excusas. Por más que me cueste.
Tú alguna vez también te cansarás de asentir. No llegarás a diablo, supongo, pero algo tendrás que hacer.Un abrazo
Debería haber técnicas para minimizar el agobio que estos vampiros energéticos forzados de nuestra vida nos infligen. Algo para paliar el cansancio mental que nos dejan o hacerlo más llevadero.
Pero lo que finalmente concluyes es tal cual. Depende de cómo te levantes. Hasta yo me he levantado alguna vez sin paciencia. Besos
Lo de tu compañero, bueno, la verdad siempre se nos sale porque hay que ser experto y mitómano para mantener mentiras absurdas con tintes de verdad. Lo importante es que salvaste de continuar escuchando y hablando con alguien que no te aporta nada más que bla bla de fútbol y cosas de trabajo.
Abrazos Sergio.
Y referente a las mentiras, pues todos mentimos. Y es verdad: las mentiras nuestras nos parecen, incluso no mentiras, pero cuidado con pillar una ajena. El tema de las mentiras da para mucho. Se leen comentarios donde parece que nadie miente, que todos son buenísimas personas. Sonrío.
Lo mismo la verdad se fue de manera inconsciente. Vete a saber. Que por evitar lo que sea se miente y hay que llevar un cuadernillo con la "trama" bien anotada :D
Y qué cómic llevaste???
Abrazo, Sergio.
Quizá no es malo ser selectivos y pasarla bien con quién uno elija.
Cuando leí el titulo creo que he juzgado abticipdamente y pues mis propios traumas personales... Jajaja vaya, me dije pero si eso casi es un pleonasmo.
Bah...
Creo que lo que ha salvado la situación quizá es haber dejado sembrada la semillita de leer con los niños. Espero que si :)
A ver si vas pensando en excusas mejores ejem... O mentiras piadosas
Asi se les fice no?
Beso
Por cierto, puede que mi verdad se fuera inconscientemente. Este hombre me exaspera tanto que ya me cuesta disimular. Nada descartable. Un abrazo
Y sí, piadosas es el nombre de las mentiras que damos por educación.
Creo que no debería buscar excusas. Si de todos modos voy a quedar mal, mejor hacerlo por algo real como decir... "no me apetece". Difícil pero necesario. Besos