Pendientes del facebook

Le teníamos en busca y captura por el Facebook. Mis amigos y yo le conocimos durante un par de años de nuestra adolescencia y después se fue. No dejó teléfonos de contacto ni direcciones. Sólo el recuerdo de esos dos años. El de su apartamento dónde íbamos a dormir los fines de semana cuando sus padres se iban a la costa. Los primeros pases de cine pornográfico que veíamos allí y las risas cuando su actriz preferida, esa de la que se había enamorado, le ponía celoso “actuando” en pantalla. Era diferente. Decía que le gustaba la música, la literatura y lo artístico en general. Y era cierto. Su vida era una Performance continua. Aquel día afeitándose a cuchilla y con espuma delante del espejo de la farmacia, ese otro invierno saliendo de la piscina y con el amplio pecho al aire (decía que no tenía frío pero su salud opinaba lo contrario porque se resfrió), aquellos bocadillos que me introducía en el buzón porque su llave, desgraciadamente para mí, lo abría, aquella obsesión por filmar una película, aquel cambiarse de nombre y llevar uno nuevo y artístico cada dos por tres…
Pasaron los años y no supimos nada más de él. Hasta hace poco. Uno de mis amigos coincidió con una familiar suya que le pasó su tarjeta artística. Era fotógrafo. Tenía Myspace, blog, Facebook, flicker… no le faltaba nada de lo que la red ofreciese. En uno de sus perfiles leí que aspiraba a filmar una película, que algún día lo haría. Era el de siempre pero con otro nombre. Se lo había vuelto a cambiar.
Le enviamos invitaciones por Facebook el Domingo. Seguimos sin saber de él. Mis otros amigos apuestan por el pesimismo y dicen que si no ha querido contactar antes, tampoco hay motivos para que lo desee ahora.
Yo voy apostando cervezas a que responderá más tarde o más temprano. Soy el más optimista.
Más teniendo en cuenta que una de mis últimas discusiones fue por esos bocadillos que me introducía en el buzón y salí detrás de él con una navaja multiusos abierta.
Pero sigo creyendo en la amistad. Todos discutimos de vez en cuando con nuestros amigos y nos acabamos arreglando.
Cuatro días y el Facebook sigue silencioso salvo por las burlas de mis otros amigos:
- Ese tío pasa de nosotros. Estamos muertos para él. Y tú más, navajero de mierda.
Comentarios
Un beso.
Venga a buscar a gente por todo el globo terráqueo. Je, y si una niña revoltosa volvía, después de las primeras lágrimas toma hostiazo.
No sé, a mí estas movidas de las redes sociales me dan un poco de repelús. Ya sólo el nombre es bastante disparatado.
Besos David.
Cambiando de tema Oliver Saks esuno de los preferidos de un amigo mío y me lo recomienda habitualmente. Yo lo soy de Punset y sus entrevistas y artículos. Tu cita llega después de mucha sequía de citas pero es bienvenida porque aunque no me gusta lo que se extrae de ella tengo que admitir que me resulta verosímil. Creo efectivamente que es como lo define Sacks. Estos científicos ni siquiera te permiten el sentimentalismo de la nostalgia. Pero yo no tengo problemas en disfrutar de las mentiras cuando son novelas así que seguiré disfrutando de mis mejores recuerdos aunque sean falsos. Buen principio de semana o final de esta. Saludos.