Bestiario urbano
Le vuelvo a descubrir en otro foro liándola. Siempre es así. Entra en cualquier debate, suelta una larga parrafada para que veamos que sabe mucho y sobrado. Luego alguno le discute algún dato y él suelta una parrafada más larga porque siempre tiene razón. Le empiezan a crecer los indignados. Algunos otros le detectan más fallos. Pero él es perfecto y nunca se equivoca. Insiste con más parrafadas y no sabes si se mosquea o sólo quiere mosquear. Creo que esto último. Les suele escribir comentarios como “ a ver si te informas mejor” o “lee un poquito que va bien” o tal vez “opina sobre lo que conozcas”. Aunque él se haya equivocado visiblemente en algunos datos objetivos y esos comentarios sean borrados sospechosamente por su autor. Es como la machoexplicación o man explaining de la que tanto habla el feminismo sólo que este no discrimina entre sexos. Para él todos lo demás son los tontitos. Al menos hay que reconocerle eso. Que no discrimina. Y a todos les habla con paternalismo, condescendencia, con ese tono pasivo-agresivo que le haría ganarse todos los boletos de la lotería para que le rompieran la cara si no lo hiciera casi anónimamente y por la red. Es una variante de troll al que se llama erudito.
Yo le conozco personalmente. Desde que era un crío gordete y friki, pésimamente integrado. Era un amigo de amigos pero como compartíamos afición nos intercambiábamos cómics de vez en cuando. Tenía lo que hoy en día se llama mitomanía. Es un deseo enfermizo por contar mentiras.
Hablar con él era entrar en un mundo inventado al que pronto le descubrías las costuras. Tal vez por eso no se hizo escritor. Todos sabíamos que era un mentiroso y algunos se lo decían a la cara pero él se emperraba en que no, que era cierto que por ejemplo tenía una fotografía donde detrás suyo salía una casa que en la realidad no existía(y claro que existía, tenía un vecino que se moría de risa al contarlo) o nos decía que conocía a un cantante famoso que ni siquiera había estado en España. Cualquier cosa servía.
La mitomanía suele ser una característica de personas con baja autoestima que necesitan llamar la atención. Es más grave de lo que parece.
Cuenta la leyenda que un día llamó a todas las chicas del instituto para pedirles de salir a ver si tenía novia y ninguna quiso. Esto puede ser verdad o mentira pero no parece que sea algo que se inventase él. Los que mienten sobre sí mismos suelen tratarse mejor en sus narraciones.
Creo que se curó. Creció, consiguió un magnífico trabajo en el mundo de la informática y una pareja más que estable que llega hasta hoy. No sé cómo sanaría de lo suyo. Porque imagino la consulta del psiquiatra con un mentiroso nivel dios como él:
Así que viene usted por su problema con las mentiras.
No, yo no miento.
Su madre dice que tiene un problema con eso.
No es cierto.
¿No es cierto que es usted un mentiroso?
Siempre digo la verdad.
Pero eso tal vez sea mentira.
No, eso es cierto.
¿Es cierto que está usted mintiendo?
No es verdad, yo no miento.
Pero eso es mentira.
Y así hasta el fin de los tiempos. Y fuera de bromas, muchos mentirosos compulsivos dicen que ya están curados y engañan a sus psicólogos.
Actualmente ha derivado en troll. Uno sutil y cibernético que estropea algunas discusiones en internet pero muchos ya ni le hacen caso. Al menos los que recuerdan el lema “don´t feed the troll” y despachan sus comentarios con un “Vale, lo que tu digas” y siguen con lo suyo.
Si supieran lo que hay detrás de esa pobre alma de hater…
Recuerdo que una noche, cuando éramos adolescentes, ese pobre diablo tuvo la mala idea de venir a mi portería, con mis amiguetes de la calle. Estos tenían costumbres del tipo apedrear farolas, meter a niños en contenedores o reírse de casi todos los que llegaban al lugar. Pero sobre todo lo de los contenedores (nunca me uní a esas gamberradas pero las vi a menudo).Y este hombre, en ese ambiente hostil, comenzó a mentir para llamar la atención.
Le descubrieron.
A veces mi amigo J., uno de esos amiguetes, me pregunta por aquel tipo tan mentiroso de aquella vez. Desde entonces sigue con el apodo que se ganó esa noche: el basurilla.
Comentarios
Un saludo y buen finde!
Con alguno así me he cruzado y he de decir que al principio me han hecho dudar incluso de mí, de tan seguros que los veía. Ahora, en cuanto los calo, me alejo cuanto más mejor.
Besos.
Por cierto, con algo de vergüenza aprovecho para corregirme donde había escrito «súper poder» 😅
Besos.
Besazos Sergio!
Muy bueno.
En cuanto al mentiroso, vaya tela. Y les suele ir bien. En fin...
Ese foro debe ser fuente de inspiración para relatos.
Abrazo, Sergio.